
La diócesis extremeña que parecía olvidada del Vaticano, su anterior titular había sido nombrado arzobispo de Toledo el 27 de diciembre de 2019, es objeto de quinielas en la prensa regional.
El periódico Hoy da como posibles candidatos a los vicarios generales de Sevilla y Plasencia, León y Núñez, inclinándose más bien por el primero.
https://www.hoy.es/caceres/diocesis-espera-verano-20210428195315-nt.html
Los dos nombres son habituales en las quinielas y han aparecido frecuentemente en el Blog. En el banquillo de los suplentes para las diversas vacantes. Núñez preferentemente para Coria-Cáceres, León entre los muchos candidatos que se adjudicaban a Jerez.
Uno más intelectual, el otro más pastoral, no parecen candidatos que entusiasmen al progresismo. Cierto que el vicario general de Sevilla fue el más criticado entre los atribuidos a Jerez pero pienso que más por cuestiones de su carácter que suscita pocas simpatías que por cuestiones morales o doctrinales.
El periódico de Badajoz cree que el nombramiento está ya cercano vinculándolo a la situación de Sevilla con su arzobispo ya emérito muy incapacitado pero el arzobispo electo tomará posesión en un mes y unos días y si el vicario general pasara a ser obispo electo no iba a ser ordenado antes de dos o tres meses.
Parece pues realista pensar que por fin está próximo el nombramiento de Coria-Cáceres. Año y medio para encontrarle obispo a la diócesis del ecuador de Extremadura parece excesivo.
Y bueno sería que todo clérigo constituido autoridad, aunque sea en una rifa, obispo, vicario episcopal, párroco, ejerciera con algo más que el quia nominor leo. Un poco de simpatía, de proximidad, nunca está de más y ahorra disgustos posteriores. Y calificaciones poco gratas para el calificado.