Hoy hemos asistido, una vez más, a una escena que debería revolver las entrañas de cualquier ser humano con un mínimo de decencia. Jesús Poveda, médico, activista y defensor incansable de la vida, ha sido arrastrado y detenido ante el abortorio Dátor de Madrid por ejercer su derecho pacífico a protestar contra el asesinato sistemático de bebés.
Su crimen: sentarse en la puerta del centro, un gesto simbólico, silencioso, que en cualquier otra circunstancia habría sido considerado heroico.
La escena, capturada en imágenes que ya circulan por las redes sociales, es desgarradora. Vemos a un hombre mayor, cargado de convicciones, siendo levantado por varios agentes de policía como si fuera un delincuente peligroso. Mientras tanto, los verdaderos verdugos, aquellos que cobran por terminar con vidas humanas indefensas, permanecen dentro, protegidos por el sistema, amparados por leyes inmorales y custodiados por las fuerzas del orden.
La indignación crece al ver este contraste brutal: policías, cuya misión debería ser proteger a los inocentes, actuando como escudos de los negocios de la muerte. ¿Qué clase de sociedad hemos construido, en la que los héroes son tratados como criminales y los asesinos como empresarios respetables?
Jesús Poveda no es un peligro para nadie. No lleva armas, no incita al odio, no amenaza. Su única «arma» es su conciencia, su compromiso con los más vulnerables y su fe en que la verdad puede triunfar. Y, sin embargo, ahí lo tenemos: humillado, arrastrado como si fuera un peso muerto, mientras los dueños del abortorio siguen acumulando beneficios manchados de sangre.
Este episodio es un espejo de lo que somos como sociedad: un sistema que llama «derecho» al exterminio de vidas humanas, que aplasta a los disidentes y que, con total hipocresía, habla de «tolerancia» y «progreso». Jesús Poveda es, hoy, el símbolo de lo que significa ser verdaderamente humano en un mundo deshumanizado: arriesgarlo todo por quienes no tienen voz, enfrentar el desprecio y la cárcel por los inocentes, defender la verdad aunque el precio sea alto.
La pregunta que debemos hacernos es simple: ¿cuánto tiempo más permitiremos este circo macabro? ¿Cuánto tiempo más permitiremos que los que deberían proteger la vida sean cómplices activos de su destrucción? No basta con indignarse. Es hora de actuar, de alzar la voz, de exigir justicia para quienes defienden la vida y de denunciar a quienes la destruyen, con o sin uniforme.
Jesús Poveda, hoy te honramos. Tú, que luchas desde la paz, eres la luz en esta oscura noche de indiferencia. No estás solo. Tu valentía nos inspira y nos obliga a no rendirnos. Que la historia recuerde tu nombre como el de un verdadero héroe de nuestro tiempo.
Ya han detenido a Jesús Poveda @aguiladepiedra. pic.twitter.com/F1BydcELwp
— muelavieja (@muelavieja) December 28, 2024