El cardenal Schönborn no cierra la puerta al sacerdocio femenino

Cardenal Schönborn

El cardenal Christoph Schönborn, arzobispo de Viena, ha subrayado en una entrevista con una cadena de televisión la importancia de que los inmigrantes respeten los valores fundamentales de la democracia y se comprometan con la sociedad austríaca.

El concepto islámico de identidad, Estado y religión ya no nos resulta aceptable en esta forma, declaró. Además, remarcó que los musulmanes en Austria deben reconocerse primero como ciudadanos del país, disfrutando de libertad religiosa, pero también respetando las demás confesiones. Según el cardenal, esta misma lección la aprendió la Iglesia católica a lo largo de su historia.

Schönborn destacó que la distinción entre religión y política está estrechamente ligada a las libertades civiles, como la libertad de religión, de conciencia y de reunión. Este principio es esencial para la convivencia en una sociedad pluralista como la austríaca.

El cardenal también abordó la importancia de la inmigración debido a los desafíos demográficos de Austria. Sin inmigración, el cuidado de las personas mayores, como la atención 24 horas, no sería viable en este momento, afirmó. No obstante, diferenció claramente entre la necesidad de inmigración laboral y la situación de los refugiados, subrayando que ambas cuestiones requieren enfoques específicos. Además, apeló a tratar a los inmigrantes con la misma dignidad con la que cualquier persona desearía ser tratada en su lugar.

El sacerdocio femenino y la reflexión en la Iglesia

Sobre la posibilidad de abrir el sacerdocio a las mujeres, Schönborn reconoció que es una cuestión que continuará debatiéndose, incluso tras el reciente Sínodo Mundial. Señaló que ya existen numerosas mujeres en puestos de liderazgo dentro de la Iglesia, como es el caso de Nora Tödtling-Musenbichler, presidenta de Cáritas Austria.

Aunque reiteró que el oficio de pastor está vinculado al sacerdocio, que según una tradición de 2.000 años es exclusivo de los hombres, dejó abierta la posibilidad de futuros cambios. Antes de eso, es necesario un consenso más amplio, afirmó, indicando que un sínodo por sí solo no sería suficiente para abordar esta cuestión de manera definitiva, a pesar de que san Juan Pablo II ya zanjó este asunto.

En el ámbito político, el cardenal Schönborn prefirió no comentar directamente sobre los mensajes religiosos del Partido de la Libertad de Austria (FPÖ), pero destacó la necesidad de evitar la demonización mutua en la política. Recordó un episodio en el que intercedió por iraníes que buscaban asilo en Austria, logrando que se les concediera este estatus gracias a la colaboración con el entonces ministro del Interior, Herbert Kickl. Sin embargo, también se mostró crítico con acciones como el uso de la cruz por parte de Heinz-Christian Strache en campañas contra los musulmanes, subrayando que este símbolo debe ser un signo de bendición y unidad.

Ante la disminución del número de católicos, especialmente en Viena, Schönborn hizo un llamamiento a reflexionar sobre cómo abordar esta tendencia. Señaló que, aunque una clara mayoría desea que Austria siga siendo cristiana, es necesario tomar medidas para promover la fe y fortalecer la comunidad.

Finalmente, el cardenal expresó su amor por la Iglesia y su voluntad de seguir sirviendo tras su próxima jubilación como arzobispo. Espero que el Papa anuncie pronto a mi sucesor. Amo a la Iglesia, aunque reconozco sus defectos, concluyó, mostrando su compromiso con la comunidad cristiana.