El obispo de Speyer, Karl-Heinz Wiesemann, ha manifestado su apoyo al diaconado para mujeres y ha solicitado una nueva reflexión sobre los argumentos que la Iglesia ha sostenido contra la ordenación femenina.
Según declaró a la Agencia de Prensa Alemana, Wiesemann considera que la base teológica para impedir a las mujeres acceder al sacerdocio es «muy limitada» y que urge un cambio de perspectiva para evitar la pérdida de una generación entera de mujeres jóvenes, comprometidas y competentes, que actualmente se sienten excluidas y no comprenden los motivos de esta prohibición. «El diaconado de las mujeres, que no es tan dogmáticamente controvertido, sería una manera de señalar que hay un movimiento y que a nosotros como Iglesia nos gustaría vivirlo», subrayó.
Wiesemann insistió en que esta cuestión no puede resolverse exclusivamente en Alemania, sino que debe ser abordada por la Iglesia universal, considerando que situaciones similares se presentan en diferentes regiones del mundo. En un arrebato por manipular y retorcer las Escrituras, este obispo alemán dijo que «si nuestro mensaje básico se centra en la universalidad de la salvación; si todos somos uno en Cristo y, como dice Pablo, ya no importa si uno es hombre o mujer, es difícil entender por qué las mujeres están excluidas del ministerio en la Iglesia».
Además, Wiesemann rechazó las críticas que tildan las reformas estructurales y doctrinales como un simple reflejo de adaptación al espíritu de la época, subrayando que el verdadero objetivo es fortalecer la credibilidad de la Iglesia, especialmente entre las generaciones jóvenes. «La reforma busca fortalecer la credibilidad de la Iglesia, no simplemente amoldarse a los tiempos», aseveró el obispo.
En cuanto a la bendición de las parejas homosexuales, Wiesemann recordó que el mensaje central de la fe es el amor incondicional de Dios hacia todas las personas, independientemente de su orientación sexual. «Debe ser posible bendecir a las personas y su amor«, afirmó. Sobre el celibato sacerdotal, sugirió la necesidad de una mayor flexibilidad. Aunque valora el celibato como un recurso importante para la Iglesia, propuso abrir el acceso al sacerdocio a hombres casados, considerando que «sería un avance significativo para la Iglesia».
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