Durante la rueda de prensa de ayer jueves en la que el cardenal Víctor Manuel Fernández dio a conocer la decisión del Vaticano sobre Medjugorje, el purpurado argentino también se pronunció sobre Garabandal.
El prefecto para la Doctrina de la Fe explicó en rueda de prensa que muchos obispos en el pasado han emitido sobre presuntos fenómenos sobrenaturales la determinación «non constat de supernaturalitate». Es diferente de otra más severa que es «constat de non supernaturalitate».
El purpurado argentino explicó en rueda de prensa y posteriormente a InfoVaticana que «esta última niega que tenga un origen sobrenatural y por lo tanto se prohíbe todo lo que pueda tener relación con ese fenómeno. En cambio, el juicio «non constat» es suspensivo, afirma que no consta, al menos por ahora. Con las nuevas Normas, ese juicio puede identificarse con diversas determinaciones».
Es decir, puede ser equivalente a una prohibición completa por razones prudenciales (prohibetur et obstruatur), pero también podría corresponder a un «curatur», y esto es lo que ocurre en la mayoría de los casos. «Curatur» significa que se prohíbe todo culto publico que pueda estar conectado con ese supuesto fenómeno sobrenatural, pero no se prohíbe la devoción privada.
«Para saber si este es el caso, hay que ver de hecho que es lo que ocurre en la práctica. Si el Obispo no lo prohíbe completamente y deja lugar a la devoción privada, se trata de un «curatur». Por lo que se ve, es lo que ocurre en Garabandal, donde las personas van privadamente al lugar y luego, eventualmente, van a la Misa de la parroquia donde son acogidos», aclara Víctor Manuel Fernández.
Por otro lado, deja claro que mientras el obispo de Santander, Arturo Ros, no entienda que es necesario tomar otra determinación, «entendemos que su decisión es lo que de hecho está ocurriendo. Si el quisiera, se podría explicitar, pero probablemente no tenga interés porque Garabandal no es un asunto que interese demasiado en la Diócesis, aunque llegan algunos peregrinos de ciertos lugares».
Tucho Fernández hizo hincapié en que este «curatur» implica también intentar reorientar o resignificar esa devoción, «y es lo que ha ocurrido, por ejemplo, en Ghiaia di Bonate (Italia), donde no se reconocen los supuestos fenómenos sobrenaturales y se prohíbe cualquier acto publico relacionado con ellos. No obstante, se admite la devoción privada, y por otra parte los Obispos del lugar han hecho un loable esfuerzo por reorientar la devoción en ese lugar hacia la oración por las familias».