Monseñor Francisco Jesús Orozco, obispo de la diócesis de Guadix, se suma a la lista de los pocos obispos españoles que se han pronunciado públicamente contra la bochornosa y blasfema inauguración de los Juegos Olímpicos en París.
Lo hizo durante la homilía del pasado domingo en la Misa de 12 en la catedral de Guadix. Hablando sobre la cultura del descarte, el prelado de origen cordobés hizo mención a lo ocurrido en la inauguración de los Juegos Olímpicos. «Un gran desastre para quien ha querido a través del deporte mostrar y expresar la dictadura de las ideologías», señaló Francisco Jesús Orozco.
Además, sin complejo ninguno, el obispo de Guadix ha denunciado que fue «un canto al aborto, al feminismo rancio y al movimiento LGTBI» al mismo tiempo que criticaba que en esa mofa contra los cristianos de todo el mundo utilizando la imagen de La Última Cena se haya producido con drag queen y con personas transgénero.
«Si esa es la libertad, la igualdad y la fraternidad que venga Dios y lo vea. Solamente pedimos respeto a nuestro credo y a nuestra fe. Fijaros si lo hubiera hecho con nuestros hermanos musulmanes, pero con ellos no se han atrevido. Por algo será», añadía el obispo de Guadix quien concluía su reflexión sobre lo ocurrido en los Juegos Olímpicos de París subrayando que «es hora de reivindicar que hay muchos cristianos muriendo por ser cristianos en medio del mundo».
Acto de adoración en la catedral de Lugo
El obispo de Lugo, monseñor Alfonso Carrasco Rouco, también ha hecho público un comunicado a través de la página web del obispado gallego. “A muchos ha llamado la atención y a muchos nos ha disgustado la presentación de una parodia de la Última Cena en la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos en París, retransmitida a todos los países», expone el obispo.
El obispo de Lugo afirma que «no era posible que nos dejase indiferentes a los que creemos en el Señor Jesucristo, a nadie que crea realmente en Dios, que respete lo sagrado de la conciencia del prójimo, la dignidad de quien afronta la vida desde el amor a la verdad reconocida con la mente y el corazón».
Monseñor Alfonso Carrasco Rouco denuncia que lo ocurrido en París «es grave» por «la banalización radical del Evangelio, la negación ante el mundo entero de su significado propio por parte de tan gran institución, que implica a Estados y naciones. Es una forma de normalizar el rechazo de la fe cristiana, contradiciendo lo más íntimo y precioso de la vida eclesial y denigrando directamente a la persona de Cristo, la realidad de su amor y su entrega hasta la muerte por la salvación de todos».
«No podemos aceptar que deje de resonar ante nuestros contemporáneos, y para nosotros mismos, el anuncio cristiano según su verdadero significado; que no llegue a ser conocido realmente, ocultado por imágenes desorientadoras como la de esta ceremonia», añade el obispo gallego.
Carrasco Rouco remarca en su mensaje que «banalizar el corazón de nuestra fe, la entrega de Cristo en la Eucaristía, daña la dinámica más honda de nuestra conciencia y también de nuestra vida social».
Por ello, el obispo de Lugo ha propuesto este jueves, día 1 de agosto, a las 20h en nuestra Catedral y en las parroquias que deseen unirse a ello, un gesto especial de adoración al Señor. «En él expresaremos nuestro reconocimiento por el Amor inmenso que nos dona, nuestra fe en Él como verdadero Salvador, camino, verdad y vida, y nuestro dolor por los pecados, por todo lo que contradice su presencia en nuestra vida y en la vida social, como ha sucedido de manera tan pública y expresa en la inauguración de los Juegos Olímpicos», zanja el prelado.
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