P. Jaime Ruiz del Castillo: «En España, donde ha reinado la Inmaculada y el Corazón de Jesús, el demonio se tenía que cebar especialmente»

P. Jaime Ruiz del Castillo: «En España, donde ha reinado la Inmaculada y el Corazón de Jesús, el demonio se tenía que cebar especialmente»

Quizá muchos de ustedes conozcan al padre Jaime Ruiz del Castillo por haber visto algunas de sus homilías en redes sociales.

Este sacerdote toledano ejerce como misionero en la prelatura de Moyobamba en Perú. Allí se fue hace unos cuantos años para dedicarse a llevar el Evangelio a los fieles de Moyobamba. Fue ordenado sacerdote el 16 de diciembre del 2001 en Toledo y actualmente es párroco de la parroquia Santiago Apóstol de Moyobamba y Vicario general de la prelatura.

Durante los últimos años, varias de sus predicaciones se han hecho virales especialmente a través de Instagram. La prelatura de Moyobamba cuelga diariamente en esa red social fragmentos de homilías de varios sacerdotes de la prelatura, pero especialmente de Jaime Ruiz, cuyas predicaciones destacan por su claridad, contundencia y sencillez.

Publicamos a continuación esta entrevista de InfoVaticana con Jaime Ruiz del Castillo:

P-Nació en Madrid y fue ordenado sacerdote en Toledo, ¿cómo acabó en Perú?

R-Bueno, pertenezco a una diócesis maravillosa, que gracias al gran cardenal Don Marcelo, es muy rica en vocaciones. En Toledo hay muchos y fantásticos sacerdotes, siempre tuve claro que yo necesitaba a Toledo pero que Toledo no me necesitaba a mí. En el Seminario, siguiendo la magnanimidad de Don Marcelo, nos educaron en el amor por las misiones. Siendo seminarista tuve una experiencia misionera de un mes en República Dominicana y vi una tierra sedienta de sacerdotes, sedienta de Dios. Luego, otro cardenal generoso, Don Antonio Cañizares, nos embarcó en la aventura de Moyobamba y me alisté con un batallón estupendo de sacerdotes, donde estoy desde hace diecisiete años.

P-¿Cuáles son las principales similitudes y diferencias que ve entre la Iglesia de España y la de Perú?

R-España fue evangelizada hace casi dos mil años, Perú hace “sólo” quinientos. Eso se ha de notar por fuerza. En España hay más “sabiduría” y raigambre, pero también cansancio y anquilosamiento. En Perú, en Hispanoamérica, hay menos tradición, pero más esponjamiento, más humildad y apertura para recibir el evangelio. Yo lo comparo con el trabajo que un sacerdote pueda realizar con gente madura o con grupos de jóvenes o niños. Los mayores son más sabios, pero también más duros para el cambio, más difíciles para la conversión. El joven puede ser más inexperto, pero más ágil y dócil. Yo me siento en una tierra joven, esponjada, abierta, humilde.

España ha sido, y aún es, puntera en el campo de las misiones

P-¿Cree que hace falta una reevangelización de España?

R-Vivimos un mundo apóstata. Muchos de los que llevan a cabo las políticas más agresivas contra el hombre y contra Dios ¡son bautizados!, no pocos educados en instituciones católicas, o al menos cristianas. La corrupción de lo mejor es lo peor, “corruptio óptima, péssima”, decían los antiguos. España ha sido, y aún es, puntera en el campo de las misiones, como en el de la vida contemplativa… y hoy es un banco de pruebas de las agendas más salvajes de ruptura con nuestras raíces. Un político socialista dijo que a España no la iba a conocer ni la madre que la parió, y fue profético. No ha sido casualidad: en España, donde ha reinado la Inmaculada y el Corazón de Jesús, el demonio se tenía que cebar especialmente.

P-Muchas de sus intervenciones se han hecho virales gracias a las redes sociales, ¿le preocupan las críticas que puedan llegar desde España por su claridad a la hora de defender la fe?

R-Bueno, procuro no estar muy pendiente de las críticas, como tampoco de las alabanzas. Los “haters” y los “followers” son siempre peligrosos, aunque los últimos tengan buena intención. Procuro aprender de la gente que me quiere y me aconseja, aunque a veces no vea las cosas como yo. Esas críticas siempre me hacen bien, construyen.

P-Tras la publicación de la declaración Fiducia supplicans, dijo usted en una homilía que «la Iglesia no puede bendecir a una persona que no quiere cambiar», ¿Considera que este documento ha sembrado gran confusión entre los católicos?

R-Creo que no es una opinión, que es un hecho objetivo, que el documento ha sembrado gran confusión: hizo falta, de modo inédito, una aclaración solemne y muchas otras en entrevistas. Han corrido en muy poco tiempo ríos de tinta al respecto. Conferencias episcopales enteras han manifestado filialmente al Santo Padre su asombro y confusión. Creo que lo que ha quedado en el “imaginario” de mucha gente es que la Iglesia puede cambiar su doctrina de modo indefinido adaptándose a los caprichos y vicios de cada época.

La ideología de género se va imponiendo de modo totalitario

P-Usted es partidario de no dejarnos robar el símbolo y el significado del arco iris, ¿Cree que esto es posible o es algo utópico a día de hoy?

R-Bueno, para mí lo de menos es el símbolo, aunque tiene cierto significado blasfemo. El arco iris es un signo divino de la paz que Dios ofrece a los hombres y es usado, en palabras de Benedicto XVI como “la última rebelión de la creatura” contra su Creador. A corto plazo, la ideología de género se va imponiendo de modo totalitario, pero tiene los días contados, como los tuvo el nazismo. Una ideología que se tiene que imponer a la fuerza, con millones de euros, con amenazas y multas, no puede triunfar. La “cultura” que corta con la naturaleza, con nuestras raíces, y ¡con el futuro! es inviable. La victoria es de la Verdad y de la Vida. No tardará en llegar el día en que se estudie esta época como un tiempo suicida de locura y estulticia colectiva.

P-Es habitual escucharle hablar del pecado, de la confesión o de vivir en gracia de Dios para poder comulgar, ¿Por qué cada vez se escucha hablar menos sobre estos temas?

R-Bueno, desde el Renacimiento, o incluso desde el nominalismo del XIV, o sea, desde ayer, va acelerando vertiginosamente una revolución copernicana del teocentrismo de la Cristiandad al antropocentrismo actual. Autores muy influyentes como Freud, y diría que antes, Kant, enseñaban que el hombre deja de ser mono cuando desobedece la Ley de Dios. Nietzsche presume de haber matado a Dios. Aunque seamos creyentes, respiramos un aire ateo, y se nos contagia. No somos totalmente refractarios al pelagianismo, al voluntarismo que nos enseña a hacer el bien sin necesidad de Dios, e incluso a dudar exactamente qué está bien y qué está mal.

Dentro de la Iglesia no faltan “granos” que pretenden cambiar la doctrina ¡y la Ley Natural! para encajar a la Iglesia en los postulados y cosmovisión de la Agenda 2030.

P-Aborto y eutanasia se han “consagrado” como “derechos” en todo Occidente, ¿Denuncia suficientemente la Iglesia ambos crímenes?

R-Depende de lo que entendamos por Iglesia. Si hablamos de los Papas, el Magisterio de todos ellos, hasta el actual, de modo ininterrumpido ha dejado meridianamente diáfano en sus pronunciamientos que la cultura de la muerte es el peor mal de nuestra sociedad, fuente inmensa de desesperanza y dolor. Dentro de la Iglesia no faltan “granos” que pretenden cambiar la doctrina ¡y la Ley Natural! para encajar a la Iglesia en los postulados y cosmovisión de la Agenda 2030.

P-¿Cómo ve la Iglesia de cara a los próximos años? ¿Y en Hispanoamérica?

R-Creo firmemente en la victoria de Cristo, en la venida de su Reino, en el triunfo del Inmaculado Corazón de María… pero como ignoramos el día y la hora y se nos ha dicho que primero han de venir estos tiempos de apostasía y desolación, no sé cuánto tardará el Señor en cumplir su promesa. Me temo que aún hemos de ver empeorar las cosas y que a nosotros nos toca sembrar sin controlar el fruto inmediato, con la mirada puesta en el Cielo y en Cristo, amor y consuelo de nuestras almas, con la firme esperanza de Su Venida y Victoria. Si por el camino hay que pagar multas, cárceles y otros castigos, bienvenidos sean, no seremos ni los primeros ni  los últimos, y ya se nos han prometido en el evangelio.

P-¿Qué mensaje lanzaría a aquellos católicos que pueden sentirse más desanimados o desesperanzados ante la situación en la que se encuentra la sociedad y la Iglesia en estos momentos?

R-Que el alba llega tras lo más oscuro de la noche. Que la Iglesia ha de reproducir en su carne la vida de Cristo, su nacimiento, su crecimiento, su éxito… y su Pasión, ¡y Resurrección! Nada de lo que está ocurriendo escapa a la Misericordiosa y Providente Voluntad de Dios, estamos en Sus Manos, que son las mejores. Por José y María vendrá Cristo a reinar.

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