El progresismo eclesial nunca ha dejado nada al azar. Durante décadas, los cardenales y teólogos de la izquierda católica han trabajado con una meticulosidad casi admirable para influir en los cónclaves. Reuniones, acuerdos previos, creación de estados de opinión, movimientos tácticos…
Todo lo necesario para que, llegado el momento, los votos se inclinen hacia el candidato que garantice la continuidad de su agenda. No hay improvisación ni espera pasiva a que el Espíritu Santo actúe sin más. Trabajan. Y trabajan bien.
En cambio, entre los cardenales más ortodoxos se ha dado con frecuencia un cierto sobrenaturalismo paralizante. Una actitud que, sin negar la acción del Espíritu Santo, se traduce en una inacción práctica. Como si el Espíritu descendiera en el cónclave en forma de paloma a señalar, con luz mística, al elegido. Pero el Espíritu Santo no elige al Papa, lo inspira, como recordaba Benedicto XVI. Y la inspiración divina no es excusa para la pereza humana.
Cristo nos lo advirtió: sed astutos como serpientes y sencillos como palomas (Mt 10,16). No hay contradicción entre la fe y la estrategia, entre la gracia y la prudencia política. La Iglesia no es ajena a la realidad del mundo, y el bien no se impone por arte de magia. De hecho, Jesús mismo señala que los hijos de este mundo son más astutos en sus negocios que los hijos de la luz (Lc 16,8).
Es hora de que los cardenales fieles dejen de llegar tarde a la batalla. El siguiente cónclave no será una sorpresa. Todos sabemos que habrá uno en algún momento. ¿Por qué no empezar a trabajar desde ya? ¿Por qué no orar y actuar? ¿Por qué no hacer lo que los otros ya hacen, pero para el bien de la Iglesia?
La historia de la Iglesia está llena de momentos en los que el mal ha avanzado porque los buenos no supieron o no quisieron hacer nada. No repitamos el error. Si queremos un Papa santo, católico y firme en la fe, más vale que los cardenales fieles empiecen a moverse. No se trata de conspirar, sino de estar preparados.
Porque Dios da la gracia, pero espera nuestra cooperación.