El Papa critica los manuales de teología con los que estudió: «Eran cerrados, como piezas de museo, que no fomentaban el pensamiento»

El Papa critica los manuales de teología con los que estudió: «Eran cerrados, como piezas de museo, que no fomentaban el pensamiento»

En el marco del Congreso Internacional sobre el Futuro de la Teología, celebrado en la Pontificia Universidad Lateranense los días 9 y 10 de diciembre de 2024, el Papa Francisco recibió en audiencia con los participantes para ofrecerles un mensaje cargado de reflexiones y desafíos.

La cita, organizada por el Dicasterio para la Cultura y la Educación, congregó a académicos de todo el mundo para debatir sobre el legado teológico y sus perspectivas de futuro.

En su discurso, el Pontífice comparó la teología con la luz, que permite que todo emerja de la oscuridad sin hacerse protagonista. “La teología es un trabajo escondido y humilde, porque hace brillar la luz de Cristo y su Evangelio”, afirmó. Asimismo, subrayó la importancia de que los teólogos mantengan una relación profunda de amistad con Cristo, origen de toda reflexión teológica, y un compromiso con el mundo, definido como «dramático y magnífico, lleno de dolor y de conmovedora belleza».

El Papa destacó el rol esencial de las mujeres en la teología, recordando un episodio bíblico en el que Hulda, una mujer, ayudó a interpretar textos sagrados que los hombres no comprendían (2 Re 22,14-20). “Una teología de solo hombres es una teología a medias”, señaló, alentando a la inclusión femenina en esta disciplina.

Además, Francisco exhortó a superar la simplificación de las realidades complejas, señalando que “las ideologías mutilan la realidad y generan pensamientos estériles”. Propuso como alternativa la interdisciplinariedad, un enfoque que permite que la teología se nutra de otras áreas del conocimiento como la filosofía, la literatura y las ciencias. Este planteamiento, según el Papa, puede devolver a la teología su relevancia en la Iglesia y la cultura contemporánea.

En ese sentido, el Pontífice señaló que «el deseo es que la teología ayude a replantear el pensamiento. Nuestra forma de pensar moldea nuestras emociones, voluntades y decisiones. Un pensamiento amplio y generoso genera creatividad y valentía, mientras que un pensamiento estrecho y mediocre no produce nada valioso». En su discurso, el Papa recordó los manuales de teología con los que estudió que definió como «cerrados, como piezas de museo, que no fomentaban el pensamiento».

En un gesto hacia quienes desean profundizar su fe, especialmente en etapas avanzadas de la vida, el Papa invitó a que las facultades teológicas se conviertan en espacios accesibles. “La teología puede ser una compañera de viaje para quienes buscan respuestas en medio de las crisis de la vida”, afirmó, haciendo un llamado a adaptar los programas educativos para acoger a personas de todas las edades y contextos.

Francisco celebró que el Congreso fuera un espacio donde todos los participantes pudieran expresar y compartir sus ideas, destacando el valor de aprender de todos, “incluso de las ancianas que son sabias”. Finalmente, agradeció a los presentes por su trabajo y les animó a seguir colaborando en este “fecundo camino común”.

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