El Papa Francisco ha decidido intervenir directamente en los asuntos del Principado de Andorra con el objetivo de poner orden y, en un futuro no muy lejano, proceder a la renuncia al título de copríncipe episcopal, una figura medieval del siglo XIII.
Este cambio se ha materializado con el nombramiento del nuevo obispo coadjutor de Urgel, Josep-Lluís Serrano, anunciado el pasado 12 de julio a las 12 del mediodía.
Joan-Enric Vives, actual titular de la diócesis y copríncipe de Andorra, cumplirá 75 años el próximo 24 de julio por lo que tendrá que presentar la renuncia ante el Santo Padre tal y como establece el derecho canónico. Será decisión de Francisco aceptar o no de inmediato su renuncia. En cuanto lo haga, Josep Lluís Serrano pasará a ser el nuevo obispo de Urgel.
Lo cierto es que son varios los medios catalanes y andorranos que apuntan a que el Papa tiene en el punto de mira al copríncipe de Andorra y no se demorará en aceptar su renuncia. Medios de Andorra como La Valira señalan que el actual copríncipe episcopal se ha tomado demasiado en serio su condición de jefe de Estado, llegando a eclipsar al mismo Papa y mostrando complicidad con los secesionistas catalanes durante el proceso independentista, en contra de la política oficial de la Santa Sede. Sin ir más lejos, hace pocos días, recibió en el Palacio Episcopal de Urgel al expresidente independentista de la Generalitat, Quim Torra.
El nombramiento de Josep-Lluís Serrano, un discreto sacerdote natural de la diócesis de Tortosa con una carrera en el servicio diplomático del Vaticano, significa un golpe de autoridad del Papa Francisco sobre Andorra. Se acabaron los tiempos en que el nombramiento del obispo de Urgell se manejaba internamente en Cataluña, como ocurrió con la designación en 2001 de Joan-Enric Vives como obispo coadjutor y posterior sustituto de Joan Martí Alanis.
Un Obispo joven y diplomático
Josep-Lluís Serrano, un alto funcionario del Vaticano, está bajo las órdenes directas del cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado y mano derecha del Papa. Nacido en Tivissa (Ribera de Ebro), fue ordenado sacerdote en 2002 y ha trabajado en las nunciaturas de Mozambique, Nicaragua y Brasil. Además del catalán y el español, domina italiano, inglés, francés y portugués.
Lo que destaca del nuevo obispo coadjutor de Urgell es su edad: 47 años, lo que lo convierte en el obispo más joven de la Conferencia Episcopal Española (CEE). Es poco probable pensar que Josep-Lluís Serrano permanezca los próximos 28 años como obispo de Urgel y copríncipe de Andorra. No se descarta que llegue a Andorra con la misión de ser desmantelar este sistema para ser él el último obispo copríncipe y de ahí dar el salto a alguna otra diócesis catalana de más peso.
No es un secreto que el Papa Francisco se opone al mantenimiento del copríncipe episcopal de Andorra. Esta responsabilidad trae consigo conflictos que incomodan profundamente al Vaticano, como la polémica sobre el aborto o la consolidación del Principado como un «refugio fiscal» para grandes fortunas extranjeras que evitan el pago de impuestos.
Sobre la cuestión del aborto, esta misma semana La Vanguardia aseguraba que la visita del cardenal Parolín a Andorra del pasado mes de septiembre tuvo como tema ‘oculto’ la cuestión del aborto para ver de qué manera se puede evitar que el obispo copríncipe tenga que firmar la futura ley que despenalice el aborto en el Principado.
Desautorización a Mons. Vives
El actual titular del obispado de Urgell, Joan-Enric Vives, ha recibido un duro golpe con el nombramiento de Josep-Lluís Serrano como su sucesor. La terna de candidatos que envió a la Nunciatura Apostólica fue rechazada, según cuentan esta semana tanto La Valira como Germinans Germinabit.
Joan-Enric Vives propuso como sucesores a varios sacerdotes de la diócesis: Antoni Elvira, Ignasi Navarri y Norbert Miracle. Sin embargo, el Vaticano no consultó previamente a Vives sobre el nombramiento de Serrano y le comunicó la decisión solo tres días antes de hacerse pública. Aunque Vives ha tenido palabras amables en público para su sucesor, es evidente que se ha sentido menospreciado y marginado por la curia romana.
La designación de Josep-Lluís Serrano como nuevo obispo coadjutor de Urgell también ha descartado la opción del obispo auxiliar de Barcelona, Javier Vilanova, candidato apoyado por el cardenal Omella. Aparte de eliminar el coprincipado episcopal, Serrano llega a la Seu d’Urgell con la misión de poner orden en los intereses económicos e inmobiliarios del obispado en el Pirineo y Andorra, así como afrontar el escándalo de protección a miembros de la secta herética del Seminario del Pueblo de Dios, disuelta por el arzobispado de Barcelona y la Congregación para la Doctrina de la Fe en 2017.