Rígido, indiferente, nacionalista, confuso… Así sería el Jesús dibujado por el padre Antonio Spadaro, director del órgano jesuita La Civiltà Cattolica y estrecho colaborador del Papa, en su comentario al pasaje evangélico del encuentro con la cananea. Los comentarios indignados han llovido desde su publicación.
Primero fue Bruno M. en su blog de Infocatólica, en un magnífico artículo titulado ‘El P. Spadaro SJ y el nuevo arrianismo’, donde califica la visión que ofrece el comentario de Spadaro de “nuevo arrianismo, hijo del modernismo” que “no se coloca en el terreno racional de las afirmaciones dogmáticas, sino en el terreno puramente emotivo de lo que se sugiere y se da a entender (siempre contra la fe y a favor del mundo), la omisión sistemática de la divinidad de Cristo y todo elemento sobrenatural del Evangelio, la increencia práctica, el sentimiento de superioridad sobre todo lo antiguo y la risita satisfecha y engreída frente a la Tradición y la fe de los fieles”.
Ahora es el arzobispo Carlo Maria Viganó, quien desde su exilio fulmina al jesuita y su comentario del pasaje evangélico como “la manifestación, la epifanía, como la llamaría algún ‘teólogo’ de Santa Marta, de una contraiglesia con sus falsos dogmas, sus preceptos mendaces, sus predicaciones engañosas, sus ministros corruptos y corruptores”.
Pero, ¿qué dijo Spadaro? En el periódico italiano de izquierdas Il Fatto Quotidiano, el padre Antonio Spadaro ofreció su visión personal del pasaje de Mateo, 15: 21- 28 . Al relatar el pasaje del encuentro de Cristo con la mujer cananea cuya hija estaba afligida por un demonio, Spadaro acusa a Cristo de ser primero “indiferente” y luego “embarazado e insensible”.
“Jesús permanece indiferente”, escribe Spadaro en referencia a que Cristo no pareció responder a los gritos iniciales de la mujer. “Sus discípulos se acercan a él y le suplican asombrados”, continuó. “¡La mujer conmovía a quienes también la juzgaban mal! Sus gritos habían roto la barrera del rencor. Pero a Jesús no le importó”.
Spadaro sostiene que el “silencio” de Cristo fue seguido por “la respuesta insensible de Jesús: ‘No fui enviado excepto a las ovejas descarriadas de la casa de Israel’”.
«La dureza del Maestro es inquebrantable», comenta Spadaro, uno de los clérigos más próximos a Francisco. “Ahora también Jesús hace de teólogo: la misión recibida de Dios se limita a los hijos de Israel. Entonces, no hay dados. La misericordia no es para ella”, dijo. “Está excluido. No hay duda al respecto”.
El jesuita mantiene que la conversación de Cristo con la mujer cananea estuvo marcada por la “rigidez” cultural de la época. Cristo “responde burlona e irrespetuosamente a la pobre mujer”, escribe, añadiendo que la respuesta divina fue “una falta de tono, de estilo, de humanidad. Jesús parece cegado por el nacionalismo y el rigor teológico”. La mujer tuvo que «sacudir la rigidez de Jesús» para «‘convertirlo’ a sí mismo».
Desde 2011, Spadaro se ha desempeñado como editor en jefe de La Civiltà Cattolica , dirigida por los jesuitas –que es revisada y aprobada por el Vaticano antes de su publicación– y es bien conocido como “uno de los asesores de confianza del pontífice”.