Seguimos de primaveras, ahora con este sínodo de la sinodalidad que, nos anuncian sus mismos organizadores en un mensaje, es “fruto del Concilio” Vaticano II, que no deja de derramas sus dones cuando se cumplen 60 años de su apertura.
La secretaría general del sínodo publicó en una nota que este es “fruto del Concilio”, de hecho, “uno de sus legados más preciados”.
“El propósito del sínodo fue y sigue siendo prolongar, en la vida y misión de la Iglesia, el espíritu del Concilio Vaticano II”, dice el mensaje. “El concepto de ‘sinodalidad’ se encuentra en todo el concilio, aunque este término (recientemente acuñado) no se encuentra expresamente en los documentos de la asamblea ecuménica”. No los documentos, obsérvese, sino el “espíritu”.
Y es que en marzo de 2018, la Comisión Teológica Internacional de la Congregación para la Doctrina de la Fe ya dijo que sínodo y concilio son términos intercambiables, en un documento sobre las raíces teológicas de la sinodalidad en la Iglesia: “La sinodalidad en la vida y misión de la Iglesia”. La concepción de un sínodo como algo distinto de un concilio no se remonta ni siquiera al Vaticano II, y su desarrollo estuvo acompañado por el neologismo de «sinodalidad».
Hablar de la Iglesia como “sinodal” por su naturaleza es algo novedoso, dijo la comisión, y requería una “cuidadosa aclaración teológica”. El mensaje del Vaticano afirma que el “proceso sinodal actualmente en curso también está dentro de la estela del Concilio”.
Según el cardenal Mario Grech, secretario general del Sínodo de los Obispos y principal organizador de la reunión, el objeto del inminente sínodo es tratar de responder a la pregunta
«¿cuál es el tipo de Iglesia que el Espíritu Santo nos está iluminando para tener hoy?». Porque se dan por supuesto que tiene que ser distinta del de cualquier otra época.
El mensaje del 10 de octubre concluyó con las palabras del Papa Benedicto XVI de que la “dimensión sinodal es constitutiva de la Iglesia: consiste en la unión de todos los pueblos y culturas para que sean uno en Cristo y caminen juntos, siguiéndolo, quien dijo: ‘Yo soy el camino, y la verdad, y la vida’”.