El arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares advierte que «los tiempos son los que son y lo que son».
Así lo ha manifestado en su carta pastoral de esta semana. Relata que «vivimos en tiempos de Pandemia, guerras, se anuncian hambrunas, y se habla de preparativos y previsiones ante una tercera eventual emergencia mundial más que probable, los medios de comunicación, y en ellos las tertulias, nos enfrentan a una situación no lejana cuando menos compleja y confusa, a una situación en el fondo babélica y de desorden, parece que no se atisban señales luminosas de esperanza».
Además, sin escurrir el bulto, el cardenal asegura que «la misma Iglesia parece “movida” o “agitada” últimamente más de lo habitual».
«No quiero ser pájaro de mal agüero ni profeta de desventuras. Pero la situación es la que es y nadie puede negar las dificultades reales. Y desánimo hay, o se respira un clima de cierto cansancio, y desánimo», insiste el purpurado.
Ante esta situación que manifiesta el arzobispo de Valencia, anuncia que «hemos decidido emprender y llevar a cabo: una gran misión diocesana, llevar a cabo cuanto antes una acción evangelizadora-misionera en toda la diócesis que despierte y espabile a todos los cristianos de la diócesis. Va a coincidir esta gran misión con el año jubilar con motivo del centenario de la coronación canónica de la imagen de la Virgen de los Desamparados».
Cañizares recuerda las palabras del Papa Francisco cuando dice que “María es creyente, discípula y misionera del Evangelio.” «Así nosotros en Valencia queremos dejarnos evangelizar por Ella, para ser como María, creyentes, discípulos y evangelizares misioneros. En las bodas de Caná nos dice a nosotros lo que dijo a los criados: “Haced lo que Él, os diga”. El agua insípida se convirtió en vino sabroso que alegra el corazón del hombre», subraya el arzobispo.
Monseñor Antonio Cañizares asegura que Jesús «nos invita a todos a seguirle para alcanzar la felicidad, la vida eterna. Es Jesús en persona y sus enseñanzas donde está el futuro de la humanidad, la esperanza del que ha vencido la muerte, sus heridas nos han curado, no pasa de largo de nuestros problemas, en Él está la salvación».
«Por esa gran misión diocesana. Es lo mejor con mucho que podemos ofrecer a los hombres de hoy; el gran tesoro que podemos aportar a la indigencia de nuestro tiempo», señala el cardenal.
En último lugar, insiste Cañizares en que «alentados por la fuerza del Espíritu Santo, que nos hace salir a la calle a donde están los hombres, emprendemos una misión diocesana. Ésta es nuestra respuesta en Valencia a la situación que tenemos. No imponemos a nadie el Evangelio, pero se lo ofrecemos a todos. Esto no es fanatismo, sino la fuerza de la fe y del Espíritu de Dios que actúa en nosotros», concluye el arzobispo.