La diócesis de Culiacán, en el estado de Sinaloa, tuvo rápida sucesión. Tras doce años de gobierno pastoral, Jonás Guerrero Corona, entrega el báculo pastoral al ser aceptada su renuncia por límite de edad canónica, misma que presentó el 20 de noviembre de 2022 al cumplir 75 años.
José Jesús Herrera Quiñónez, al momento obispo de Nuevo Casas Grandes, se convierte en el V obispo de Culiacán. De 62 años, nació en Mexicali, Baja California. En 1987 fue ordenado al sacerdocio por la imposición de manos de José Ulises Macías Salcedo, en ese momento II obispo de Mexicali.
Especialista en teología del matrimonio por el Instituto Juan Pablo II de la Universidad Lateranense, Herrera Quiñónez ingresó al Seminario menor de Mexicali en 1977. Ya ordenado, desempeño diversos oficios eclesiales entre los que destaca el de párroco de diferentes comunidades en Sonora y Mexicali, director espiritual y formador del Seminario de Mexicali, encargado de la pastoral familiar, canciller de la diócesis y miembro del consejo de consultores del clero de la misma diócesis.
La diócesis de Culiacán tuvo su partida de nacimiento en 1883 al ser erigida la diócesis de Sinaloa. El 16 de febrero de 1959 cambió de nombre para llamarse diócesis de Culiacán. A partir de este cambio, se comienza la cronología episcopal cuando Lino Aguirre García fue el obispo de la transición al pasar de ser pastor de Sinaloa a ser el primer obispo de Culiacán.
Desde este blog deseamos al V obispo de Culiacán, José Jesús Herrera Quiñónez, un fecundo ministerio episcopal. Enhorabuena.