Padre, ¿me podría decir qué es un sacrilegio?

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Eduardo Michel Flores / Arquimedios Guadalajara.- En cierta ocasión, una joven me preguntó: «Padre, ¿me podría decir qué es un sacrilegio?», yo le respondí: “¿Por qué me preguntas eso?”, entonces ella me dijo: “Es que el otro día fui a la primera comunión de mi sobrina y el sacerdote que celebró la misa a la hora de dar la comunión dijo a todos los asistentes que solo se acercaran a comulgar los que estuvieran preparados a recibir la comunión porque si no se exponían a cometer un sacrilegio; yo, como no sé qué cosa es un sacrilegio, quise venir a preguntarle”. Yo le dije: “El sacrilegio es un pecado muy grave, más grave que el pecado mortal, consiste en profanar o tratar indignamente los sacramentos o las acciones litúrgicas, así como las personas, las cosas y los lugares consagrados a Dios. El sacrilegio es un pecado grave sobre todo cuando es cometido contra la eucaristía, es decir, cuando se comulga en pecado mortal porque en este sacramento Cristo está realmente presente”.

La Iglesia enseña que se comete un sacrilegio:

A) Cuando se profana la eucaristía. La eucaristía es el sacramento en el que el pan y el vino se transforman en el cuerpo y la sangre de Cristo por las palabras de la consagración que pronuncia el sacerdote en la celebración de la Santa Misa. Cualquier acto irrespetuoso hacia la eucaristía como robar, destruir o maltratar las hostias consagradas o tratar la eucaristía de manera irrespetuosa, como recibirla sin estar en gracia, se considera un sacrilegio.

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B) Cuando se profanan lugares sagrados. La Iglesia considera que los lugares de culto, como iglesias, capillas, santuarios y catedrales, son sagrados. Cualquier acto de vandalismo, destrucción, profanación o uso indebido de estos lugares se considera un sacrilegio.

C) La profanación de un lugar sagrado sucede por robo o por la comisión de un delito dentro de un lugar sagrado o por dar un uso indebido a una iglesia, por ejemplo, como caballeriza en tiempos de la persecución cristera, o como salón de fiestas, o como corte judicial para dirimir cuestiones meramente seculares.

D) Cuando se actúa contra una persona sagrada, es decir, cuando alguien se comporta de una manera tan irreverente con una persona sagrada que, ya sea por el daño físico infligido o por la deshonra acarreada, comete un sacrilegio. Como quien atenta contra la vida del Santo Padre comete un sacrilegio.

E) Cualquier abuso de los sacramentos. Los sacramentos como el bautismo, la confirmación, la reconciliación o penitencia, el matrimonio, la unción de los enfermos, el orden sacerdotal, se consideran sagrados. Cualquier manipulación indebida, falsificación o burla de estos sacramentos se considera un sacrilegio. Cuando se simula un sacramento se comete un sacrilegio.

F) También la blasfemia y falta de respeto hacia lo sagrado. Cualquier acto o discurso que denigre o insulte a Dios, a la Virgen María, a los santos, a las Sagradas Escrituras o a los símbolos y objetos sagrados se considera un sacrilegio. Se puede incurrir en sacrilegio al omitir algún elemento necesario para la adecuada administración de los sacramentos o la celebración de la eucaristía como diciendo la Santa Misa sin las vestiduras sagradas. Pero el sacrilegio más grave y frecuente que se comete hoy en día es recibir la sagrada eucaristía en pecado mortal. Hay muchas personas que reciben a Jesús Sacramentado en la Santa Misa, aunque hace mucho que no se confiesan. Mucha gente cree equivocadamente que una forma de solidarizarse con la familia en una Misa de difunto es acercarse a comulgar aunque no se hayan confesado. Acercarse a comulgar en pecado mortal es un sacrilegio. San Pablo dijo: “Quien come y bebe indignamente el Cuerpo de Cristo come y bebe su propia condenación” (1 Cor 11,29).

Que Dios los bendiga, nos leemos la próxima semana.

 

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