Obispo de Piedras Negras llama a cambiar percepciones sobre el valor del mexicano

Obispo de Piedras Negras llama a cambiar percepciones sobre el valor del mexicano

En su colaboración semanal para medios y redes sociales de la diócesis de Piedras Negras, Alfonso Gerardo Miranda Guardiola, segundo obispo de esta iglesia particular, publicó un artículo titulado Cambio de Percepción, donde invita a reflexionar sobre la imagen del mexicano en el extranjero, particularmente en Estados Unidos, y propone una transformación en la narrativa sobre el valor y la dignidad del pueblo mexicano.

En su texto, cuestiona la percepción generalizada de que los inmigrantes mexicanos en Estados Unidos son indispensables por realizar trabajos manuales o de servicio —como albañilería, agricultura, limpieza, hotelería o cuidado de personas— que los estadounidenses supuestamente evitan. Aunque reconoce esta realidad, el obispo subraya que no debe normalizarse ni celebrarse, sino tomarse como un estímulo para superarla. Propone una estrategia nacional que priorice la educación, la creatividad y el emprendimiento para elevar la autoestima social de México y cambiar la forma en que el mundo percibe al mexicano.

El prelado aboga por promover una educación integral desde niveles básicos hasta especializados, y fomentar aspiraciones hacia proyectos de alto impacto en ámbitos artísticos, científicos, tecnológicos y empresariales. Su mensaje busca inspirar un orgullo nacional que trascienda los estereotipos y combata las descalificaciones, discriminaciones y vejaciones que enfrentan los migrantes, incluyendo las deportaciones.

Reconociendo, promoviendo y defendiendo la riqueza de nuestro pueblo, y nuestro altísimo valor y dignidad, escribe Miranda, enfatizando la necesidad de construir una sociedad mexicana que aspire a grandes logros y eleve su plusvalía global.

La reflexión del obispo Miranda, publicada en el marco de su primer aniversario como obispo de la diócesis de Piedras Negras, nombrado por el Papa Francisco el 8 de junio de 2024, Monseñor Miranda ha marcado su primer año con un liderazgo pastoral centrado en la inclusión y la renovación espiritual. La diócesis de Piedras Negras celebró este hecho con una misa solemne en la parroquia de Santa Rosa de Lima en Múzquiz reuniendo a feligreses, sacerdotes y autoridades eclesiásticas de los 16 municipios que conforman la diócesis quienes festejaron al obispo en una convivencia en el atrio del templo parroquial.

Su lema, Que nadie se sienta solo, que nadie se quede fuera, ha guiado su labor especialmente en la región carbonífera donde ha fortalecido la pastoral social y la atención a los más vulnerables. La homilía del primer aniversario, en la que tuvo especial predilección por las niñas y niñas presentes, destacó la importancia del Gran Jubileo 2025 y anunció la preparación de una Carta Pastoral enfilándose hacia el 25 aniversario de la diócesis en 2028, un documento que busca orientar a la comunidad en su misión evangelizadora.

Su opinión Cambio de Percepción, busca reforzar compromiso con una iglesia que inspire esperanza y transformación e invitar a los fieles a redefinir su identidad colectiva, apostando por un futuro de dignidad, innovación y respeto en el escenario internacional, misma que se transcribe a continuación:

Cambio de percepción

Desde el discreto podio que constituyen estas líneas, declaro que no me gusta mucho la idea que se dice por todos lados de que en EEUU, a los inmigrantes mexicanos los necesitan porque los americanos no quieren hacer el trabajo que ellos hacen. Particularmente el que se refiere al trabajo manual (albañilería, plomería), al del campo (campesinos, jardineros, jornaleros), al de los hoteles (mucamas, mantenimiento, bellboys), al de restaurantes (meseros, cocineros, lavaplatos), al de limpieza (en las casas, calles, edificios y en todas partes); al de cuidar a los niños (babysitters), y a los ancianos y enfermos en los domicilios; y a los demás trabajos que los gringos no quieren hacer.

Esto, sin desmentirlo, nos debe hacer reflexionar. Lo vemos tan normal y natural, que llegamos hasta presumirlo y defenderlo, tanto en pláticas familiares y sociales, como en medios oficiales y nacionales.

Sin embargo debiéramos como mexicanos, enfocarnos de otra manera, y no quedarnos pensando (estancados) en este nivel, tampoco conformarnos, ni exaltarlo, mucho menos presumirlo, sino más bien considerarlo como un acicate, como un estímulo que nos impulse a superar esta realista percepción, esto, a través de un plan o estrategia nacional educativa, creativa, no conformista (nada que ver con eso), sino trazar una ruta para salir de ahí, tener visión, trabajar por alcanzar un mejor nivel como sociedad mexicana. (Empezando con elevar nuestra autoestima, y no me refiero a la individual, sino a la social). Reconociendo, promoviendo y defendiendo la riqueza de nuestro pueblo, y nuestro altísimo valor y dignidad.

Basta que nos midan, nos miren y nos identifiquen con trabajos sólo de bajo nivel educativo y de escaso rendimiento (económico, y de mínimos sueldos), con todo lo que tiene que ver esto con descalificaciones, discriminaciones, vejaciones y ahora deportaciones.

Y más bien, fomentar y elevar la educación (básica, profesional y especializada); impulsar la creatividad, el emprendimiento, la aspiración a trabajos de alto rendimiento (educativo, artístico, científico y social) y aspirar a construir grandes proyectos humanos, intelectuales, tecnológicos y empresariales que eleven la plusvalía y el orgullo nacional, la estima y la forma de ver al mexicano. He dicho.

 + Alfonso G. Miranda Guardiola

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