«¡Gracias sean dadas a mi Dios!», la sentencia de Naasón Joaquín

|

Después de tres años de proceso penal, el autodenominado apóstol de Jesucristo, Naasón García Joaquín, recibió una sentencia irrisoria comparado con sus delitos y fechorías comprobadas que usan a la iglesia de la Luz del Mundo como un imperio que cubría la impunidad de un hombre al que se le ha calificado de enfermo, delincuente y depredador.

Su buena estrella acabó en 2019. Homenajeado por la clase política y las élites de este país, Naasón vio el último culto en Bellas Artes cuando se le rindió un tributo por su cumpleaños. La orquesta de la Armada de México incluso se prestó a tal acto que fue uno de los muchos que se le dieron: 30 reconocimientos de organismos gubernamentales y de la sociedad civil en Estados Unidos, Costa Rica, Guatemala, Colombia, Brasil y México.

Pocos días después, una denuncia hecha en los sitios relativos a la salvaguarda de personas vulnerables y menores de abusos de clérigos, el nieto de Aarón Joaquín, el fundador de una de las multinacionales religiosas de mayor expansión,  por graves delitos entre los que apuntaron el abuso y trata de personas.

<

Aunque Naasón negoció su sentencia, los fieles de la  secta de la Luz del Mundo han mostrado tal lealtad que no parece haber un resquebrajamiento. Asegurando que las pruebas fueron manipuladas, el Naasón “escogió” ese camino para proteger a la iglesia, dicen sus adeptos. Incluso el paso de su 53 cumpleaños fue atiborrado por tuits a manera de mensajes presuntamente suscritos por él reo en Los Ángeles: “¡Yo sigo confiando en Dios! ¡Yo sé que mi Dios está por mi! ¡No temeré a lo que pueda decir el hombre!

A diferencia de otros grupos, la Luz del Mundo ha sabido contener las luchas internas que podrían darse por el control de la conciencia y del poder mientras su líder enfrenta los más horrendos cargos. Su lealtad tiene un origen sui generis y siniestro en torno a su naturaleza asociada de al pentecostalismo evangélico. Uno de los estudios más completos del poder en esta multinacional religiosa es el de la socióloga Renné De la Torre, Los hijos de la luz. Discurso, identidad y poder en La Luz del Mundo (1995). La estructura y organización de Luz del Mundo deriva no sólo en el monolítico y férreo control de las conciencias; su influencia fue manifiesta por los pactos de poder cuando el PRI era omnímodo y hoy pretende esta metamorfosis política conforme a las mutaciones del poder haciendo de la secta la perfecta síntesis camaleónica. Estarían involucrados políticos-adeptos de esa secta, lo mismo se asociaba con dirigentes, líderes, autoproclamados intelectuales de izquierdas o derechas o acaudalados empresarios.

Justo antes de su caída, el 16 de mayo de 2019, el cabildo de Guadalajara había votado un acuerdo municipal para otorgar “un reconocimiento al Doctor Honoris Causa Naasón Joaquín García, por su destacada labor humanitaria y altruista en el Municipio de Guadalajara, mediante la entrega de una medalla”.

En otros tiempos, el sucesor de Aarón Joaquín, su hijo Samuel, quien fincó la expansión de la secta, fue acusado de abusos a los derechos humanos además de trata y esclavización sexual. Incluso los príncipes, Benjamín y Naasón, mientras reinaba su padre, fueron señalados por exadeptos como verdaderos déspotas al estilo de los juniors prepotentes de políticos de politburó o secretarios de Estado.

Tenían el derecho de pernada sobre las esposas dadas en matrimonio forzado. Algunos testimonios se recogen en el sitio http://www.exlldm.com/otro-testimonio-de-un-incondicional/

La cepa del imperio religioso de la multinacional Luz del Mundo ha creado a los adeptos perfectos por el lavado de cerebro propio de estas agrupaciones teniendo como punto las carencias y necesidades de personas de clases humildes.

Cuando  Samuel Joaquín dejó esta Tierra para enfrentarse el juicio después de la vida, todo mundo “lloraba su partida”, incluso el desaparecido gobernador del Estado de Jalisco, Aristóteles Sandoval, del PRI, echó mano del microblog lamentando el sensible del fallecimiento del “doctor Samuel”, el líder de una iglesia hecha en México y extendida por el mundo, que rivalizó con la Iglesia católica y fincada en el occidente del país.

Samuel Joaquín Flores dirigió la “Luz del Mundo” durante cincuenta años y su imagen fue promovida como las de esos empresarios exitosos, de sonrisa fingida y bien planeada para la foto. El éxito de su mercadotecnia dominó los espectaculares que reciben a los visitantes al salir del aeropuerto de Guadalajara para advertir al visitante quién es el que manda, sucesor de los apóstoles de Jesucristo y de su padre Aarón Joaquín, mundanamente Eusebio Joaquín González, quien en 1926 comenzó la predicación.

Murió, se dice, víctima del cáncer. Acusado de diversos delitos, el apóstol no dudó en decir que era la principal competencia de la Iglesia católica. Desde luego, después de medio siglo, lo que se fincó fue el culto extremo a la personalidad, el imperio religioso y multinacional bajo las sospechas de clientelismo político, de acuerdo con los partidos en el poder, además de otras terribles acusaciones imputadas al finado a quien se componían loas e himnos exaltando su divinidad y supuesta procedencia como ángel del Apocalipsis organizado a sus adeptos a la manera de batallones del Evangelio.

En diciembre de 2005, la revista Proceso publicó una entrevista que contestó la iglesia de la Luz del Mundo. El apóstol defendió la libertad de sus fieles y se deslindó de cuestiones políticas al afirmar: “Soy un hombre religioso y no intervengo, ni siquiera con declaraciones, en asunto de política; pero qué bueno que me pregunta sobre si hubo alguna vez una -¿cómo lo llama usted?- consigna. No, jamás he utilizado la fe de los creyentes de la Iglesia para los fines de nadie. Los hermanos, en cualquier lugar del mundo, son conscientes, saben que uno de los derechos fundamentales del ser humano es precisamente (quizás es el mayor de todos) el de la libertad de elegir quién o quienes nos van a gobernar”.

Desde los 27 años, a la muerte de su padre, asumió el control del negocio. El orden absoluto, de lavado de cerebro y de las voluntades de sus fieles a su antojo y discreción, de linaje dinástico y poder. Una serie de testimonios, publicados en el diario El Universal, dieron cuenta de las patologías, la opresión y hegemonía del varón de Dios, supremo líder de la Hermosa Provincia: “Una realidad aparte—incluyendo un ministerio de justicia. Adentro, negocios, servicios, viviendas, intimidades, conciencias y corazones pertenecen al hermano Samuel Joaquín. Y, ay de aquel descreído, porque, en principio, funciona un sistema de altavoces que puede ser letal: habitualmente lo utilizan para los avisos, pero, llegado el caso, sirve para denunciar a los «rebeldes», a los «usados de Satanás», que son quienes, por los más diversos motivos, dejaron de creer en el «Siervo del Señor», Samuel Joaquín, quien entonces los proscribe e incita a su feligresía contra ellos (El Universal, miércoles 21 de mayo de 1997).

El apóstol murió en 2014 a los 77 años abriendo la sucesión de características absolutistas y de la modificación de las creencias conforme se consolidó el clan en el poder. Fue la ejecución de la idea de la dinastía del niño que, según sus adeptos, habría nacido muerto para resucitar y ser ángel portador del anillo de su padre, Eusebio, y transmitirlo al nieto, Naasón Joaquín, nuevo apóstol que literalmente “mamó” de la savia del poder desmedido y de la corrupción autocrática que Samuel ejerció sobre sesenta mil almas en una colonia de Guadalajara y más de cinco millones repartidos en el mundo, creyentes de una de las multinacionales religiosas que ahora recibe un mazazo tremendo.

Samuel libró a la justicia y consigo se llevó la cuenta de los posibles delitos y abusos cometidos. Eran otros tiempos donde las víctimas nada contaban. Hoy las cosas son diferentes. Naasón no gozó de la inmunidad dada por el aura de santones sectarios, el poder del dinero y control de las conciencias por ese maligno hechizo producto de mentes torcidas.

Los tiempos cambian rápidamente. Ayer laureado, hoy hasta los políticos que le besaron le niegan la mano o en el mejor de los casos dicen mostrar una tímida solidaridad y respeto para quien fue señalado como gran humanitario altruista y guardián del espejo. Al final sólo queda el demente… como lo calificó el fiscal general del Estado de California, un verdadero depredador que, no importa, sea como sea, tiene el divino cinismo de decir: “Por tantas dádivas preciosas: ¡Gracias sean dadas a mi Dios!”

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *