Las noticias de hoy se centran en el sínodo, o mejor, en los alrededores del sínodo. Viganò sigue presente a pesar de no haber sido invitado a ser padre sinodal. Si testimonio y las consecuencias que le has seguido están marcando muchas de la actuaciones. Mientras no se aclare toda la situación de complicidades y silencios que han hecho posible la permanencia por decenios de una auténtica red de poder homosexual suena muy feo recomendar a los jóvenes que se acerquen a la iglesia. Es increíble que a estas alturas se siga hablando del problema de la pedofilia cuando el verdadero problema es otro bien distinto del que no se quiere ni pronunciar el nombre. Si lo que el sínodo quiere ofrecer a los jóvenes es lo mismo del mayo del 68 pero con decenios de retraso estamos ante un absurdo histórico. Cuando en los primeros tiempos del cristianismo empezaron a aparecer las vírgenes consagradas, muchas de ellas alcanzaron la gloria del martirio, la cosa no estaba muy de moda. Los textos evangélicos son muy claros. La compresión con la debilidades humanas, las que sean, siempre tiene que estar presente pero legalizar el pecado conduce a la desaparición de la iglesia por ser absolutamente innecesaria. La iglesia no puede ser un territorio de riesgo para los niños y los jóvenes, a esto hemos llegado. Mientras no se disipen las dudas, y con el silenció solo se están incrementando, no hacemos nada. El tiempo de Papa Francisco se está agotando y la huida hacia adelante que estamos presenciado no puede traer ninguna solución. Las estadísticas no son dogma de fe pero cuando son favorables nos gustan y el cambio que estamos viendo en lo que afecta a la persona de Papa Francisco es terrible. La gregoriana nos presenta un master sobre como luchar contra la pedofilia, nos suponemos que con San Miguel muy presente, pero este no es el problema. La infiltración homosexual en la iglesia ha alcanzado de lleno al sacro colegio y corremos el riesgo de que el próximo conclave cuente con electores y candidatos muy poco fiables y llenos de ‘pecados originales’. El pueblo de Dios tiene el derecho y la necesidad de estar cabreado y no entiende falta de fortaleza y de trasparencia en esta situación. Mars, el cardenal, propone endurecer el derecho canónico y ajustarlo al civil. El problema es que no se ha aplicado la normativa existente y el cambio de nada servirá si quien tiene que aplicarlo está ausente, el derecho no es lo que ha fallado. Todo suena a querer quedar bien diciendo que no se ha hecho más porque no estaba previsto y esto es radicalmente falso.
Los pactos chinos siguen causando preocupación general. Se ha querido vender como una cerrado aplauso la última entrevista al actual obispo de Hong Kong, nacido en Shanghai, pero la realidad es que nos dice que ha dado este consejo al Papa Francisco: » Santo padre, vaya adelante, sin miedo, pero preste toda la atención. Tratar con China es como atravesar un rio por primera vez. No se sabe donde poner el pie y debe primero verificar la profundidad del agua, entender donde están las piedras en que poderse apoyar.» Evidentemente deja claro que las persecuciones continuarán. Y se supone que este es de los que está a favor del famoso pacto secreto.
El gran pensador Chesterton, hace más de un siglo, ya había profetizado lo que estamos sufriendo “El gran avance de la destrucción cultural continuará. Todo se puede negar. Todo lo se convertirá en un credo…Encenderemos un fuego al testimoniar que dos más dos es igual a cuatro. Desenvainaremos la espada para demostrar que las hojas son de color verde en el verano. Habrá, pues, que defender no sólo las virtudes increíbles y la sabiduría de la vida humana, sino algo aún más asombroso: este inmenso universo que podemos mirar directamente a los ojos. Vamos a luchar por los prodigios visibles como si fueran invisibles. Veremos la hierba y el cielo imposibles con una extraña valentía. Estaremos entre los que han visto y han creído”.
No podemos perder de vista que “El verdadero soldado no lucha porque odia lo que está delante de él, sino porque ama lo que está detrás de él”, este es el sentido de la lucha cristiana que no va en contra de nadie es una lucha por amor.
«Has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las has revelado a la gente sencilla».
Buena lectura.
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Hace falta ser tonto con mayúscula y no se cómo ha llegado a Cardenal el tal Marx para decir que debería para luchar contra la pederastia un procedimiento igual que en la sociedad civil. Vaya lumbrera el alemán o sea que si se hace un procedimiento penal sobre los sacerdotes, obispos y abusadores habría que convertir Italia entera en territorio vaticano, se ve que a los Sínodos se va a hablar bobadas y haber quien dice la estupidez más gorda que igual me aplauden y hacemos competición de quién es más original.
A este hombre no se le ocurre que en derecho penal existe la soberanía de los Estados, que hay delitos que en un país son claramente delitos y en otros no, lease el asunto Puigdemont. Si el delito se ha producido en España el Estado y la ley con la que se juzgará será la de ese territorio, en Estados Unidos igual, sólo sería competente de los delitos si se producen en el Estado de la Ciudad del Vaticano como el caso del Paolo Gabriele y otros que sería juzgado allí por un tribunal conforme a las leyes vaticanas, otra cosa es que no haya cárcel y si la hay quede muy mal ya que no se puede predicar una cosa y hacer la contraria. Esto no le alcanza al señor cardenal Marx, pues vaya cardenal, sólo parece que piensa en comer jamón, ser un hereje y procurar que seamos todos protestantes o peor aún mariconcetes.