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Viganò imparable: el eterno invierno post conciliar, Papa Francisco: ¡Se acabaron los carnavales!, la olla abierta en el Vaticano, Zanchetta vuelve.

Carevale 2002
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Estamos en unos momentos de enorme cantidad de información. Ha crecido y sigue creciendo en estos tiempos de peste en que las cosas, aparentemente paralizadas por la cuarentena, están tomando una velocidad increíble que nos puede arrollar. Podemos entrar en temas importantes pero secundarios. Estamos llenos de dudas sobre el origen del virus que tan increíble y rápidamente se ha propagado, incluso tenemos negacionistas del virus. No sabemos cómo evolucionará la epidemia y cuándo terminará. Creemos que hay otro tipo de reflexiones mucho más trascendentes de cómo nos puede afectar todo esto que la epidemia ha destapado, o acelerado, o complicado, en nuestras vidas.

Hoy tenemos una larga reflexión de Viganò sobre el Concilio Vaticano II y sus consecuencias de enorme interés, es un buen resumen de lo que se ha vivido estos últimos decenios y de a dónde hemos llegado. Este tiempo nos está dotando de reflexiones luminosas, evidentemente parciales y cambiantes, pero que aportan algo de luz sobre momentos tan aciagos intentado vislumbrar algo de racionalidad en el caos.

«Llega un momento en nuestra vida cuando, por la provisión de la Providencia, nos enfrentamos con un momento decisivo para el futuro de la Iglesia y para nuestra salvación eterna. Hablo de la elección entre comprender el error en el que prácticamente todos hemos caído, y casi siempre sin malas intenciones, y querer seguir buscando en otro lado o justificarnos. Entre otros errores, también nos comprometimos a considerar a nuestros interlocutores como personas que, a pesar de la diversidad de ideas y fe, todavía estaban animadas por buenas intenciones, y que si pudieran abrirse a nuestra Fe, estarían dispuestos a corregir sus errores. (…)  Pensamos que algunos excesos eran solo una exageración de aquellos que se habían dejado llevar por el entusiasmo de la novedad. (…)  Lo que el mundo quiere, a instancias de la masonería y sus tentáculos infernales, es crear una religión universal, humanitaria y ecuménica en la que ese Dios celoso al que adoramos sea desterrado. Y si esto es lo que el mundo quiere, cualquier paso en la misma dirección por parte de la Iglesia es una elección desafortunada, que se volverá contra aquellos que creen que pueden burlarse de Dios. »

«Lo confieso con serenidad y sin controversia: fui uno de los muchos que, a pesar de muchas perplejidades y temores, que hoy demuestran ser absolutamente legítimos, confiaron en la autoridad de la Jerarquía con obediencia incondicional. En realidad, creo que muchos, y yo entre ellos, no hemos considerado inicialmente la posibilidad de un conflicto entre la obediencia a un orden de la Jerarquía y la fidelidad a la Iglesia misma. Para hacer tangible la separación antinatural, o más bien, diría perversa, entre la Jerarquía y la Iglesia, entre la obediencia y la fidelidad, ciertamente fue el último Pontificado. (…) En la cámara de lágrimas adyacente a la Sixtina, mientras Mons. Guido Marini preparó el carrete, la muceta y la estola para la primera aparición del Papa «recién elegido», Bergoglio exclamó: «¡Se acabaron los carnavales!», Rechazando con desdén la insignia que todos los Papas hasta entonces habían aceptado humildemente como distintivos del Vicario de Cristo. Pero en esas palabras había algo cierto, incluso si se decía involuntariamente: el 13 de marzo de 2013 cayó la máscara de los conspiradores, finalmente libre de la presencia inconveniente de Benedicto XVI…»

«Aquí, como honesta y serenamente, obedecí órdenes cuestionables hace sesenta años creyendo que representaban la voz amorosa de la Iglesia, así que hoy, con igual serenidad y honestidad, reconozco que he sido engañado. Ser coherente hoy al perseverar en el error representaría una elección desafortunada y me haría cómplice de este fraude. (…) La Iglesia celebró la Santísima Trinidad el domingo pasado, y nos propone en el Breviario la recitación del Symbolum Athanasianum, ahora proscrito por la liturgia conciliar y ya confinado solo en dos ocasiones en la reforma de 1962. De ese símbolo ahora desaparecido permanecen tallados en letras doradas. las primeras palabras: “Quicumque vult salvus esse, ante omnia opus est ut teneat Catholicam fidem; quam nisi quisque integram inviolatamque servaverit, absque dubio en aeternum peribit «.»

Seguimos con noticias sobre el caso Trozi. El Papa Francisco quiere una solución rápida que cierre el terremoto en curso que empieza a afectar a demasiadas personas. Estamos seguros de que hay muchos aspectos que el Papa Francisco desconocía de este caso y de muchos otros, querer pasarse de listo es lo que tiene. Su plan de control de las finanzas vuelve a hacer agua por enésima vez. El consejo de economía está caducado e inoperante. La prueba de lo poco que cuenta es que no se ha reunido desde antes de la epidemia con la que está cayendo dentro de los muros vaticanos. La oficina del auditor empezó mal y está descabezada. Pretender que creamos que el caso Torzi se debe a sus destapes olvidando la intervención de los controles de los países implicados es pecar de ingenuos. La Autoridad Financiera, si alguna vez tuvo algún prestigio lo ha perdido del todo con la cadena de destituciones y dimisiones. Los órganos de control están descontrolados y no son capaces de controlarse a sí mismos. El denostado IOR, el banco del Vaticano, saca pecho en esta situación y pretende que le caigan los tesoros custodiados en la Secretaria de Estado. Quieren aparecer como los mejores y mas fiables en este momento. La Secretaría para la economia, tan disminuida en sus funciones originarias, está con un prefecto S.J. al frente y sigue sin secretario. Nos quedan los dos pesos pesados en donde estamos viviendo una verdadera guerra sin cuartel. El APSA espera un secretario laico que le limpie la cara y el amigo Zanchetta ha vuelto a su despacho y aparentemente retomado sus funciones. El Papa Francisco necesita alguien de su confianza absoluta, y Zanchetta le debe la existencia, necesita que le informe de que se cuece dentro. Y terminamos con la Secretaría de Estado en donde los planes de control en torno al amigo Edgar se están desmoronando. Sin ser grandes linces podemos vislumbrar que se quiere terminar cuanto antes, pero las cosas, una vez ‘estalladas’, son difíciles de controlar. El plan previsto ha caído y veremos cómo evolucionará el caso.

«Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis.»

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Comentarios
5 comentarios en “Viganò imparable: el eterno invierno post conciliar, Papa Francisco: ¡Se acabaron los carnavales!, la olla abierta en el Vaticano, Zanchetta vuelve.
  1. Los pecados gravísimos de sacerdotes y obispos
    No se llega a estas instancias de crisis de la Iglesia por otra cosa que por pecados gravísimos de la Iglesia docente. Si bien los obispos y sacerdotes actuales no podrían haber iniciado la Iglesia estoy casi seguro de que están muy capacitados para terminar con Ella y sacarla de en medio.
    “La verdad es la verdad, dígala Agamenón o su porquero” es frase que nos dice un ignoto sabio y que, al escucharla, Agamenón dice: “Conforme”, mientras que el porquero replica: “No me convence”.” (Infovaticana, blog de Specola artículo Quis ut Deus? Miguel, Mija – El, la deed church, la eterna lucha entre la luz y las tienieblas, ¡No tengais miedo!)
    Lo cierto es que muchos de los sucesores de los apóstoles piensan como el porquero y también es mi caso, en estas épocas lo importante no es la verdad que se dice sino quién la dice y mientras hablen sólo los fieles los obispos y sacerdotes pueden seguir con sus sueños y ensueños que hasta ahora parece que le va a costar a la Iglesia dos cismas inminentes: el de la Iglesia alemana por medio del sínodo alemán y el de Francisco con un acuerdo secreto con el gobierno comunista chino y que van a dar por resultados dos Iglesias reformistas católicas nacionales prontas a separarse de Roma, la china y la alemana y que va a ser seguida por otras Conferencias Episcopales Nacionales para la creación de Iglesias y religiones reformistas separadas y multiplicadas en la falta de unidad.
    Ahí encontramos los resultados de la política eclesiástica de conservadores, tradicionalistas y progresistas y ¿creen Uds. que a pesar de que evidentemente la política eclesiástica elegida por cada uno de esos grupos no ha dado resultado, ellos (sacerdotes y obispos) van a cambiar en algo su forma de actuar? Pero no, absolutamente no, estos hombres están muy contentos consigo mismo y con lo que han hecho para que hagan algo más.
    Éstos no cambian ni aprenden y el NOM está tan seguro que permite las cartas de Viganó a Trump y lo mismo Francisco.
    Por supuesto que estos sacerdotes y obispos dicen que no tienen nada que ver con la crisis de la Iglesia y, en cierto sentido, es cierto porque no se han ocupado en nada de esa crisis de la Iglesia en toda su vida y le dejan el trabajo a los laicos y a los que llaman fundamentalistas, ellos, son los que tienen fe en Dios de que Él salvará a su Iglesia de manera milagrosa y sin la colaboración de la creatura humana porque parece que esa es la nueva ideología a enseñar: una futura Iglesia triunfante gracias a la ausencia completa del clero en todo lo que tiene que ver con la defensa de la fe y de su Iglesia. ¿Y, entonces, para qué este escrito?
    Bueno, para que el que peca siga pecando y para que el que se santifica se santifique aún más. O como decía el P. Alfonso Galvez que no todo lo que predicaba necesariamente era para salvación de los hombres sino que podía ser para condenación. Specola nos recuerda: “Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis” y eso intentamos.
    El gran pecado de la mayoría del clero salvo contadas (con los dedos) excepciones es la cobardía, si tuviéramos los papas, obispos y sacerdotes de la época de la Contrarreforma nada de esto hubiera pasado.
    Es conveniente señalar que en algún momento los sacerdotes, obispos y cardenales decidieron que no querían más ser de manera seria y literal milicia de Cristo, que no había que luchar más el buen combate, que eso de la ciudad de Dios enfrentada a la ciudad de Satanás no corría, que el Mundo era propicio a la Iglesia y, por lo tanto, la Iglesia debía dialogar con él, que no era necesario defender la fe por anatemas y excomuniones contra la herejía, que se podía ceder y cambiar la ley de Dios, los mandamientos y los Evangelios y que el camino del ecumenismo previa y necesaria protestantización de la Iglesia católica era el camino más conveniente, que no había que combatir con la masonería ni con el NOM, que no era conveniente el martirio, que el tema de soldado de Cristo era simbólico y de otra época y que lo mejor que se podía hacer era ponerse en la manos de Dios y no colaborar para nada con Dios en la obra de evangelización y ayudar al Mundo a que vaya para el lado que quiere ir.
    Esa cobardía está relacionada con la necedad y con la incapacidad de decir o escuchar ciertas verdades molestas y es que así como las virtudes naturales crecen juntas y no pueden desarrollarse separadas y lo mismo con las virtudes teologales, lo mismo ocurre con los vicios que no pueden desarrollarse de manera individual, así, que el cobarde para poder serlo a conciencia necesita ser necio y por la necedad llega a la injusticia y a la intemperancia. Toda una ascética invertida de la segunda naturaleza del pecado y que potencia la presencia del mal en el mundo, en los hombres y en la Iglesia hasta llegar por la apostasía al satanismo.
    A estos nuevos obispos y sacerdotes necios lo único que no quieren ni tratar ni hablar es de la crisis de la Iglesia y justamente es lo único que deberían estar tratando y que necesita urgente ser tratado. Como decían: corrige a un necio y ganarás un enemigo, corrige a un sabio y lo harás más sabio y sé la cantidad y calidad de enemigos que se ganan con estos comentarios pero prefiero la verdad a la amistad de los necios. Necios fueron los que crucificaron a Cristo, necios son los que permiten la destrucción de la Iglesia estando en sus manos por su gran número impedirlo y necios son los que silencian a aquellos que claman justicia para la Iglesia.
    El cobarde debe forzar su inteligencia para hacer entrar las mentiras en ella y para que la conciencia se sintiera relativamente cómoda, para ello qué cosa mejor que no tratar esos temas relacionados a la crisis o tratarlos con los que opinaban como uno y si alguien dice algo diferente perseguirlo o ignorarlo, tratar de darle muerte social y martirizarlos para que aprendan a callar y a dejar hacer y dejar pasar.
    Había que tirar al piso la bandera de Cristo y dejar que la bandera del Mundo ocupara paulatinamente los distintos espacios públicos y privados. Era una retirada de la Iglesia antes de ser vencida era mejor retirarse sin presentar ninguna batalla para no perder soldados ni generales y menos el orgullo de tantos y era, también, una traición.
    ¿Actuaron de buena fe esos sacerdotes, obispos y papas? Tan de buena fe como puede obrar un adúltero según la teología tradicional con una profunda ceguera de corazón, su pecado existió, existe y permanece.
    Algunos masones e infiltrados les vendieron a esos necios que podían vivir tranquilos en esta vida y haciendo el bien porque no existía una buena batalla que dar para salvar el alma. Esa es la necedad que se les vendió y la compraron y rechazaron la Cruz de Cristo y el buen combate porque ese buen combate no es solo interior sino exterior en el Mundo y en la Iglesia y contra los que son del mundo y que persiguen a aquellos que no son de este mundo.
    Se olvidaron de las verdades molestas del Evangelio y las dejaron de lado y enseñaron todo lo que fuera color de rosa y con sabor a caramelo porque si al hombre se lo gana adulándolo y elogíandolo ¿por qué no iban ellos a hacer lo mismo para el bien de la Iglesia?
    La buena vida, la vida en paz y sin necesidad de sufrir derrotas y fracasos, la vida alegre y sin llanto, no, por supuesto, las bienaventuranzas del Evangelio sino el jolgorio se les vendió y lo compraron.
    No tenían otra cosa que hacer para ello dentro de la Iglesia terrenal que dejar hacer y dejar pasar y pronto por la sola obediencia al papa y al CVII por arte de magia llegaría una verdadera primavera de la Iglesia y el Apocalipsis sucedería dentro de miles y miles de años.
    Y obispos y sacerdotes se sintieron cómodos con las nuevas ideas porque eran ideas mundanas y por medio de las cuáles no debían confrontar con nadie ni por nada, era la hora del diálogo y del ecumenismo y habían pasado los tiempos de batallas, no había enemigos de la Iglesia y todo iba a estar bien, no había que preocuparse de nada porque allí estaba el papa como piedra de la Iglesia así que ellos muy bien se limitaron a obedecer y dejar de pensar, no hacer diagnósticos ni análisis, no estudiar la situación, para qué si ya estaban el papa y Dios que se ocupaban de ello.
    Todo este sueño que se les vendió a los necios, toda esta ideología que no eran otra cosa que las ideas del progreso liberales, democráticas o comunistas bajo el paquete de la nueva teología, con sus triunfos y primaveras de la Iglesia sin necesidad de cruces y martirios, sin necesidad de ascética ni mística, sin necesidad de estudiar arduamente la teología de los doctores de la Iglesia ni el Magisterio, sin necesidad de arrepentirse de los pecados ni hablar sobre pecados, sin necesidad de sufrimiento alguno por parte de la Iglesia y sus pastores, toda esta ideología se la tragaron los necios y la empezaron a implementar en su persona y en la Iglesia terrenal.
    Y así mientras la Iglesia docente dormía y duerme la contraIglesia vela y conspira y se prepara y actúa astutamente para la destrucción de la Iglesia terrenal para la venida de su mesías masón que será el Anticristo ayudado por el Falso Profeta pero estos necios dicen: “la causa del demonio está perdida y las puertas del Infierno no prevalecerán así que no debemos preocuparnos de esta crisis de la Iglesia ni de luchar por la Iglesia, suficiente es lo que hacemos para nuestros fieles y hablar dos o tres veces al año en contra del aborto” y eso se los susurra el demonio mientras ellos duermen.
    ¡Qué bello era el mundo sin la Cruz de Cristo, sin los pecados de los hombres y sin la buena lucha para estos sacerdotes y obispos! Y así, se convirtieron en los necios útiles que necesitaba la masonería para iniciar la destrucción de la Iglesia que terminará en la desintegración de la misma en distintas Iglesias reformistas católicas nacionales separadas totalmente de Roma por sus Conferencias Episcopales Nacionales y por el camino sinodal de Francisco y del NOM, porque nada de lo que dijo Francisco le pertenecía a éste, sólo era una boca que transmitía las directivas de las sociedades secretas y ello se ve en que cada palabra de Francisco fue utilizada por el sínodo alemán para iniciar su ataque a la religión católica y a la Iglesia terrenal.
    Francisco tiene una orden: dejar hacer y dejar pasar, después de todo su enemistad con la Iglesia le viene de lejos, de su reclusión en la provincia de Córdoba como castigo por su espíritu de división.
    También, tienen estos obispos y sacerdotes buenas excusas en Lefebvre que tan mal le fue por oponerse a Roma generando un cisma y no logrando más que ser excomulgado. Un buen escarmiento vale más que mil palabras.
    O sino para aplacar la conciencia basta con recordar a Lutero y su división de la cristiandad, no, dicen los necios, con la sola obediencia al papa y al CVII es suficiente, nadie nos exige otra cosa no es necesaria una restauración de la fe y de la Iglesia y no es necesaria una nueva Contrareforma.
    Y no se dan cuenta que si los papas, obispos y sacerdotes católicos del siglo XVI hubieran pensado así hace tiempo que la Iglesia habría desaparecido.
    ¿Y entonces qué debemos hacer? Se preguntaron algunos obispos que no estaban totalmente conformes con el dejar hacer y dejar pasar. Lo conveniente, se dijeron, es actuar como hemos actuado en este siglo XX en otras ocasiones similares y que tan pocos buenos resultados nos dieron, lo conveniente era enviar un indio solo y sin armas a la guerra y si no vence es porque es la voluntad de Dios, buscaron su David para enviarlo contra Goliat no porque creyeran en que este nuevo David podía vencer a Goliat sino tentaron a Dios diciendo: “danos un signo y emprenderemos la lucha en defensa de la fe” es lo que decía su estrategia y aún peor “danos este signo de permitir que un indio solo venza a todo un ejército y creeremos en Tí”.
    Esto no es lo que hizo Pío V cuando enfrentó el protestantismo pero a partir de Pío XI se había establecido esa regla que parecía muy piadosa, así, se impulsó la cristiada en México y se dejó solo a los cristeros para ver si podían salir de la situación peleando sin armas contra la masonería mundial y los gobiernos liberales y comunistas y, luego, no conformes con que no había derrota de David lo suficientemente rápida, se los traicionó o mejor, Pío XI con ciertos obispos, los traicionaron por acuerdos que significaban una verdadera rendición incondicional de quienes todavía podían seguir luchando y vencer y se los obligó así a morir.
    Si uno envía un David a pelear con un Goliat es mejor asegurarse que David muera porque sino uno queda como Saúl que no participó del combate y como un cobarde.
    Lo mismo pasó con Lefebvre se lo dejó solo, se lo impulsó pero también se preparó su derrota (se trabajaba incansablemente en la derrota de Lefebvre) porque su victoria hubiera significado que el CVII estaba equivocado, era conveniente asegurarse que David pierda para demostrar que Dios estaba con Saúl y cuando Lefebvre no pudo vencer se renegó de él, se lo cargó de culpas y se lo crucificó con la excomunión de la Iglesia.
    Lefebvre también pecó gravemente porque no esperó para designar obispos, no puso su fe en Dios en que le daría dos años más de vida para mostrar la mala fe del Vaticano y poder presionar y como quiso salvar él solo a la Iglesia terminó siendo excomulgado. Lefebvre fue incentivado y apoyado ocultamente pero se lo envió sólo, si triunfaba Dios estaba con él y sino Dios estaba contra él pero era conveniente que fracasara y se trabajó en ese fracaso.
    Así, sucedió con los cardenales Caffarra, Brandmüller, Burke y Meisner que presentaron las dubias sobre la exhortación postsinodal Amoris Laetitiae, los otros obispos y sacerdotes los dejaron solos quizás algunos lo felicitaron pero como Caín ocultamente esperaban que fracasaran y trabajaron en ello porque ese fracaso significaba que esos cuatro obispos eran los necios para Dios y no así los cobardes que no se unieron a ellos y que quedaban como prudentes.
    También se dejó solo a Burke hasta que se rindió incondicionalmente y ¡cómo se regocijaron los cobardes con esta derrota! La misma probaba según ellos que Dios no estaba con Burke y lo mismo hicieron con Viganó y con muchos de sus hermanos. Había que fomentar la cobardía y la necedad y atacar a los pocos valientes que trataban de evitar la crisis de la Iglesia. Porque el justo y fuerte es el que les quita la excusa para no hacer nada.
    Las sucesivas derrotas de tradicionalistas aislados le dieron la idea bien protestante a estos obispos y sacerdotes que los que habían sido crucificados por la Iglesia verdaderamente no tenían a Dios de su lado y que según el calvinismo si Bergoglio se había mantenido haciendo barbaridades en la Iglesia se debía a que Dios lo quería o lo permitía y así acallaron sus conciencias, en el examen de conciencia sobre la realidad personal y comunitaria del clero no figuraban sus graves pecados de omisión, no querían pensar que Bergoglio vencía porque ellos, sacerdotes y obispos, se habían propuesto no cumplir con su misión, esquivar la Cruz de Cristo y actuar como necios y tibios sin ayudar a los que combatían por la santa Iglesia.
    Si todos apostataban de su fe, pensaron estos necios faltos de fe, eso significaba que la apostasía era una cosa buena y no que se estaba preparando una grave crisis en la Iglesia tipo del antitipo final que será el Apocalipsis o, tal vez, el antitipo final. Estos sacerdotes y obispos no leen el Apocalipsis y no creen que en los últimos tiempos la Iglesia será gravemente atacada y no piensan que son ellos mismos los que por sus gravísimos pecados de omisión, pecados mortales y por los cuales si no se arrepientes y enmiendan su conducta terminan comiendo en la Eucaristía su propia condenación, ayudan y son colaboradores inmediatos de la contraIglesia en la preparación del Apocalipsis y en la llegada del Anticristo.
    Porque hay dos formas en que los obispos y sacerdotes pueden colaborar con la masonería y sus planes y con el NOM una es por la participación activa en el Partido del Mundo dentro de la Iglesia y la otra es dejando hacer y dejando pasar todo lo que ese Partido haga, no oponiéndose al mal ni realizando las obras meritorias que se requieren para la salvación de las almas propias y ajenas.
    Otra estrategia de los cobardes y necios era utilizar a los laicos como elemento de choque contra Francisco para no ocupar ellos el lugar que debían ocupar no sea que sufrieran algún daño, había que enviar algún sacerdote y mover los laicos para ver si Dios estaba con ellos o con Francisco. Buena excusa para la cobardía y la necedad para pecar fuertemente contra Dios amándose a sí mismos más que a Dios y negando toda posibilidad de sufrir el más mínimo rasguño por amor a Cristo, se negaron al martirio y a la Cruz y, por ello, Dios no iba a permitir que David venciera a Goliat porque la misión de enfrentar a Goliat recaía sobre la Iglesia por mandato divino dado desde la creación misma de la Iglesia y, muy especialmente, sobre estos dormilones obispos y sacerdotes.
    Dijeron que dedicarían su vida a Dios y se dedicaron a sí mismos porque no quieren una batalla entre dos ejércitos y entre dos ciudades, no quieren ver la realidad de ese enfrentamiento y ello porque no quieren pelear porque son cobardes y necios no todos pero sí aquellos que no han prestado batalla en estos años.
    “¿Qué quieres que nos excomulguen a todos, que todos nos perdamos?” dicen “Por eso enviamos a otros menos valiosos que nosotros a la batalla para que en nosotros se preserve la Iglesia.” Eso dicen estos necios y cobardes.
    Nadie les pide actuar como locos sino actuar como milicia de Dios, no se les pide obrar individualmente como mercenarios o guerreros sino formar y organizar un ejército para enfrentar al enemigo ya sea que uno gane o pierda hacerlo en y por Cristo Rey.
    “No, todo está perdido” dicen esos tristes desertores y encuentran y construyen argumento tras argumento para calmar sus conciencias que no terminará nunca de calmarse del todo, lo que necesitan es pasarse al bando enemigo de la herejía, eso sí los calmaría piensan los necios y ya no tendrían ese combate interior porque habrían cedido completamente al mal y al demonio pero siempre se puede estar peor y siempre el demonio insiste en torcer más lo que ya está torcido así que siguen en su conciencia sintiendo los pecados y, entonces, en el último instante de esa carrera amorosa por ellos mismos empiezan a odiar a Dios a despreciar a Dios y a la verdad. Pero deben tener presente que cada vez que coman la Eucaristía por su gravísimo pecado de omisión comen su propia condenación y lo saben.
    Algunas palabras de Viganó en una entrevista cuando hablan de los proyectos del NOM para la nueva Iglesia:
    “El proyecto de tal neoiglesia no consiste en llevar al pueblo elegido a reconocer al Mesías, como lo fue para la Sinagoga; no es convertir y salvar a todos los pueblos antes de la segunda venida de Cristo, como lo es para la Iglesia Católica; sino el de constituirse en brazo espiritual del Nuevo Orden Mundial y promotora de la Religión Universal. En este sentido, la revolución conciliar ha tenido primero que demoler la heredad de la Iglesia, su milenaria Tradición, de la cual obtenía su propia vitalidad y autoridad como Cuerpo Místico de Cristo. Luego tuvo que deshacerse de los exponentes de la vieja jerarquía, y hasta hace muy poco no ha empezado a manifestar descaradamente cómo quiere llegar a ser.”
    “Lo que usted acaba de llamar utopía no es sino una distopía, ya que supone la materialización del plan de la Masonería y la preparación de la llegada del Anticristo.”
    “Por otra parte, estoy convencido de que la mayoría de mis hermanos en el episcopado, y con más razón la casi totalidad de los sacerdotes y los fieles no son totalmente conscientes de ese plan infernal, así como de que los sucesos recientes les han abierto los ojos a muchos. Su fe permitirá que Nuestro Señor congregue a la pusillus grex, el pequeño rebaño, en torno al verdadero Pastor antes de la batalla final.” ((Traducido por Bruno de la Inmaculada/Adelante la Fe. Fuente original: diesirae.pt, también en Santa Iglesia Militante, sitio de Internet, fecha 23 de abril de 2020)
    Saludos en la Santa Virgen María y en Cristo Rey

  2. La Iglesia vive un momento terminal.Los indicios de ello son abrumadores en todos sus niveles.No creo que el próximo pontífice, si lo hubiere, pueda arreglar nada.Esto ha llegado demasiado lejos y no hay fuerza humana capaz de enderezarlo.Lo único que podemos hacer es pedirle a Dios mismo que salve su Iglesia (me da igual el modo) porque, cada día que pasa, las metástasis la invaden sin remisión posible y no hay otro método curativo que la cirugía mayor sin anestesia (y si es necesario que desde arriba se fulmine a medio colegio cardenalicio y a varios centenares de prelados, que se haga ya y sin demora).

  3. Se queda la Iglesia sola
    con Bergoglio por padrone;
    no es Don Camilo,es Peppone,
    rojo como una amapola.
    Un tiranuelo de al cuarto,
    mendaz y tercermundista;
    devenido en mundialista,
    al que-encantado-«descarto»…
    Pues,si es mi intención salvarme,
    mi obligación es huir
    de quien quiere pervertir
    la Fe que puede salvar.
    Que es la misma que Atanasio,
    -defendiendo contra el yerro-,
    sufrió por Ella destierro,
    viviendo cristiana Passio…
    Y es el Tesoro Precioso
    que guardamos como el barro,
    -en nuestro humilde cacharro-
    por Don del Dios Poderoso…
    Ni una Tilde,ni una Coma,
    podemos debilitar;
    que Toda hay que conservar,
    ya ante un ángel,ya ante Roma…
    La Fe Católica, ami gos,
    es de Esencia innegociable;
    Cual el Señor,Inmutable.
    Y nosotros…i Sus Testigos !

  4. En esta última declaración de Vigano,toda su fuerza recae en LO QUE dice,no tanto que en QUIEN lo dice.Porque su análisis es magistral.En el Vaticano II son perfectamente observables al menos tres tipologías humanas:La minoría de los buenos y sagaces.La minoría de los malos y sagaces.Y la abrumadora mayoría de los buenos y/o tibios,pero bobos redomado.No niego a los últimos la presunción de buenos,dado que el mismo Señor no lo hizo,llamándolos «hijos de la luz»,a pesar de todo.Buenos no obstante deficientes,pues cumplieron el mandato divino a medias,quedándose con las palomas,y olvidándose de las serpientes. Y la que armaron!
    Porque dar por hecho que tenían enfrente hombres sin Fé,pero honrados y de honor,era tan gratuito cuanto ingenuo.
    Y de aquella memez supina,estos lodos…

  5. Una de las peticiones más machaconas en nuestros días-cual bolero de Ravel-,debe ser con el Salmista:Señor,confunde y desbarata los planes de los impíos!

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