Un ansiado final de un sínodo que disgusta a todos, el pecado de rigidez, sin exhortación sinodal del Papa Francisco , mujeres en la iglesia, el Vaticano y la protección de menores , “Cathedra Sancti Petri Apostoli”.

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Mañana gris en Roma, termina el sínodo que nadie saber muy bien, ni las madres y padres sinodales, en que ha consistido. El resultado, recuerda demasiado a la fábula clásica en que los montes dan terribles signos de estar a punto de dar a luz, infundiendo pánico a quienes los escuchan y después de señales tan asombrosas, los montes paren un pequeño ratón: «Parturient montes, nascetur ridiculus mus». Tenemos de una versión española de Samaniego muy apropiada al caso:

Con varios ademanes horrorosos
Los montes de parir dieron señales:
Consintieron los hombres temerosos
Ver nacer los abortos más fatales.
Despues que con bramidos espantosos
Infundieron pavor á los mortales,
Estos montes, que al mundo estremecieron,
Un ratoncillo fué lo que parieron.
Hay autores que en voces misteriosas,
Estilo fanfarron y campanudo
Nos anuncian ideas portentosas;
Pero suele á menudo
Ser el gran parto de su pensamiento,
Despues de tanto ruido, solo viento.

Con el baldaquino ya liberando de los andamios y la catedral cubierta ha comenzado la misa de clausura del sínodo en el interior de la Basílica de San Pedro. Asistencia la justa, que ya es decir, nave central llena, el crucero muy ligero y el altar de la cátedra con los cantores y nada más. El Sínodo sobre la Sinodalidad concluyó el sábado 26 de octubre de 2024.  Discurso final muy breve del Papa Francisco: «En este tiempo de guerra debemos ser testigos de la paz, aprendiendo también a dar forma real a la convivencia de las diferencias. Por eso no tengo intención de publicar una «exhortación apostólica», basta con lo que hemos aprobado. En el  Documento  hay ya indicaciones muy concretas que pueden ser una guía para la misión de las Iglesias, en los diferentes continentes, en los diferentes contextos: por eso lo pongo inmediatamente a disposición de todos, por eso dije que debería ser publicado. Por tanto, quiero reconocer el valor del camino sinodal realizado, que a través de este documento  entrego al santo y fiel pueblo de Dios».

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Extraño final: «Hay un poema de Madeleine Delbrêl, la mística de los suburbios que exhortaba: «Sobre todo, no seáis rígidos» -la rigidez es un pecado, es un pecado que a veces entra en los clérigos, en los consagrados-. Les leo unos versos de Madeleine Delbrêl, que son una oración. Ella dice esto:

Porque creo que quizás ya estés harto
de gente que siempre habla de servirte con actitud de líder,
de conocerte con aire de profesor,
de alcanzarte con reglas deportivas,
de quererte como se ama en un anciano matrimonio.

Vivamos nuestra vida, no como una partida de ajedrez donde todo está calculado, no como un juego donde todo es difícil, no como un teorema que nos rompe la cabeza, sino como una fiesta interminable donde se renueva su encuentro, como una danza, como una danza, en los brazos de tu gracia, en la música que llena de amor el universo».

El texto  “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión” consta de cinco partes.  El documento final dice que la sinodalidad es un camino que permite a la Iglesia ser más “participativa y misionera” y ya no puede considerarse una curiosidad, una práctica en la que se puede incursionar o una moda pasajera. Más bien, es esencial para la manera en que la Iglesia se entiende a sí misma. La toma de decisiones debe ser participativa: “Es esencial que promovamos la participación más amplia posible en el proceso de discernimiento, involucrando particularmente a quienes están al margen de la comunidad cristiana y de la sociedad” . Los obispos y los pastores están “obligados a escuchar”: “Las autoridades están obligadas, en varios casos, por la ley vigente a realizar una consulta antes de tomar una decisión. Quienes tienen autoridad pastoral están obligados a escuchar a quienes participan en la consulta y no pueden actuar como si la consulta no hubiera tenido lugar. Por lo tanto, quienes tienen autoridad no se apartarán de los frutos de la consulta que produzcan un acuerdo sin una razón imperiosa que debe ser explicada adecuadamente…”

El número 92 habla de la autoridad del obispo, de las conferencias episcopales y del obispo de Roma para tomar decisiones: «Tal ejercicio de autoridad… no está exento de límites; no puede ignorar una dirección que surja a través de un discernimiento adecuado dentro de un proceso consultivo, especialmente si éste lo realizan órganos participativos».  Los consejos pastorales, los sínodos diocesanos y otras asambleas participativas deberían ser obligatorios: “Insistimos en que se hagan obligatorios, como se solicitó en todas las etapas del proceso sinodal, y que puedan desempeñar plenamente su papel, y no sólo de manera puramente formal…”  Algunas cuestiones “controvertidas” no ocupan un lugar central, pero se incluyen. El consuelo es que tratar algunos de estos temas complicados en pocas semanas era insostenible. Pero“no hay razón ni impedimento que deba impedir que las mujeres desempeñen funciones de liderazgo en la Iglesia: lo que viene del Espíritu Santo no se puede detener. Además, la cuestión del acceso de las mujeres al ministerio diaconal sigue abierta. Este discernimiento debe continuar”.  En el documento, no se utiliza el término “LGBTQ” pero pedimos a la iglesia que escuche a quienes “experimentan el dolor de sentirse excluidos o juzgados debido a su situación marital, identidad o sexualidad”.

Spadaro sale en defensa del sínodo con un largo artículo: «Aquí está la iglesia futura unida en la diversidad». Realmente el sínodo acabó disgustando un poco a todos, por un lado a los que pedían reformas y por otro a los que estaban preocupados por mantener la tradición, aunque leyendo el documento final votado prevaleció la realpolitik. En el fondo, todos sabían que no podían mover los hilos mucho más. El Papa Francisco anunció que aceptaría ese documento tal como está, saltándose el paso de la exhortación apostólica. El Papa Francisco intenta contentar a los decepcionados:  «Algunos aspectos requieren tiempo». «Cuánto daño hacen los hombres y mujeres de la Iglesia cuando construyen muros». Mientras tanto, una decena de comisiones seguirán trabajando y se les ha pedido que investiguen los temas tabú habituales, incluido el diaconado femenino.

Artículo publicado por kath.net de Walter Brandmüller sobre la ordenación de mujeres: «En el mundo de habla alemana, esto ocurrió -hasta donde podemos recordar- en el Sínodo de Würzburg de 1971-1976, un objetivo que todavía se persigue hoy, independientemente de la decisión doctrinal final de Juan Pablo II en la Sacerdotalis ordinatio de 1994.  Como resultado, ya se han producido varias veces imitaciones sacrílegas de tales ordenaciones. La discusión parece no tener fin. Sin embargo, recientemente, al margen del Sínodo de los Obispos sobre la sinodalidad, un grupo internacional de feministas no dudó en organizar imitaciones blasfemas de la ordenación de mujeres obispos y sacerdotes en un barco en el Tíber.

«Hombres y mujeres son iguales sin restricciones, iguales en derechos, pero no son iguales en absoluto. La biología también nos enseña que existe una diferencia genética fundamental entre los dos sexos, cuando nos damos cuenta de que el organismo femenino tiene dos cromosomas x, mientras que el organismo masculino tiene un cromosoma x y un cromosoma y. Esto significa que cada célula puede identificarse sin ambigüedades como masculina o femenina. Esto también corresponde a la diferencia entre la parte masculina y femenina en la transmisión de la vida, la paternidad o la maternidad. Asimismo, la misión del hombre y de la mujer en la sociedad y, por supuesto, en la Iglesia es diferente –aunque las feministas lo nieguen. Sin embargo, la esencia y misión del sacerdocio en la Iglesia es que la persona ordenada actúa in persona Christi en virtud del carácter sacramental, es decir, representa a Jesucristo. El hecho de que esto sólo puede ser hecho de manera significativa por un hombre ordenado nunca ha sido cuestionado desde el comienzo de la Iglesia».

«La voluntad del Dios-hombre fundador de la Iglesia -y por tanto su inviolable ley fundamental- es reconocible en su tradición ininterrumpida de dos mil años. Esto no puede ser cuestionado por las aberraciones culturales y sociopolíticas. Por tanto, sería un error ver esta afirmación como una expresión de arrogancia clerical. En realidad, no son las capacidades, el valor y la dignidad de hombres y mujeres lo que está en cuestión, sino más bien su naturaleza y misión única prevista por el Creador. En definitiva: hombre y mujer tienen el mismo valor, la misma dignidad, pero no son iguales en absoluto. Asimismo, cada uno de los dos sexos tiene la misma importancia en la transmisión de la vida, pero no el mismo papel. Por eso su posición en la sociedad y en la Iglesia es igualmente importante, pero no igual».

Vamos con otros temas y vemos a Hans Zollner , jesuita, decano del Instituto de Antropología y Estudios Interdisciplinarios sobre la Dignidad Humana y la Atención a las Personas Vulnerables de la Pontificia Universidad Gregoriana, ex miembro de la primera hora de la Comisión Vaticana para la Protección de Minorum, de la que dimitió en marzo de 2023, criticando su falta de transparencia.  El p. Zollner insiste en que “no es que no existan normas o leyes adecuadas. Nuestro problema es que la dirección no quiere o no puede implementar sus propios estándares y garantizar su sostenibilidad”.  «Se siguen abordando casos individuales y no se extraen consecuencias sistémicas». «Aún no está claro para muchos en la Iglesia –no sólo para los ministros– que algunas correcciones marginales no sean suficientes. Creo que la expectativa de muchos dentro y fuera de la Iglesia de que se analicen, discutan y cambien las raíces de los abusos y encubrimientos no se ha cumplido. La mentalidad, las actitudes y las estructuras que promueven o cimentan el deseo de prestigio, una identificación excesiva con la institución, una relación acrítica con la autoridad y el poder y una sexualidad inmadura son aún identificables en todas partes». Todo esto y más en  una entrevista con el P. Zollner.

En la asamblea de la diócesis de Roma no ha pasado desapercibida la presencia de un hombre que dedicó 12 informes de L’Espresso al cardenal Becciu y que se jacta de haberlo eliminado.  El ex director del semanario L’Espresso, Marco Damilano, es ahora también asesor del Papa en cuestiones socioeconómicas y políticas y protagonista de una mega entrevista en Vatican News. Marco Damilano ilustró al Pontífice el camino de las «(des)igualdades», «trabajo preparatorio (…) para volver a llevar el mensaje de las Bienaventuranzas al debate público». Además, Damilano, ahora consultor de la diócesis del Papa, como experto en las Bienaventuranzas, disertó ante el Papa Francisco sobre la crisis de los «movimientos y asociaciones eclesiales», sobre la «explotación de la fe y del mundo católico» y sobre decenas de otros temas. relevantes, pasando de uno a otro con frases eficaces muchas veces ya dichas y reiteradas por el Pontífice. Quizás esté en camino una entrevista con el Papa Francisco o un nuevo libro.

Hoy queda expuesta la reliquia de “La Cátedra de San Pedro”, nuestra imagen de hoy, el trono de madera que simboliza el primado de Pedro, permanecerá expuesta al público en la Basílica de San Pedro. Desde el final de la misa del domingo 27 de octubre, en que será llevada al altar de la Confesión de la Basílica Vaticana.  La “Cathedra Sancti Petri Apostoli” ha sido considerada durante siglos la sede episcopal de Pedro: un trono de madera decorado con placas de marfil que representan los Trabajos de Hércules y seis constelaciones. La venerada reliquia ha sido retirada de su monumental «relicario» de bronce dorado, el monumento de Bernini, para permitir su restauración en el ábside de la Basílica.  Ha sido necesario retirar el precioso asiento de madera para evaluar su estado de conservación cincuenta años después de su última extracción (1969-1974).

«¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí!»

Buena lectura.

Sinodo, Sacerdozio Femminile. Perché Uomini e Donne Hanno lo Stesso Valore, ma non Sono Eguali. Brandmueller.

Damilano, che “si occupò” del Cardinal Becciu su L’Espresso, Relatore generale all’Assemblea diocesano di Roma alla presenza del Papa

Papa Francesco chiude il Sinodo e sulle donne chiede di pazientare: «Su alcuni aspetti c’è bisogno di tempo»

Papa Francesco conclude il Sinodo chiedendo a vescovi e comunità di non essere mai “rigidi” verso nessuno e accogliere “tutti, tutti, tutti”. Il documento finale sarà reso noto in serata e non verrà pubblicata un’Esortazione APostolica (S.C.)

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Comentarios
2 comentarios en “Un ansiado final de un sínodo que disgusta a todos, el pecado de rigidez, sin exhortación sinodal del Papa Francisco , mujeres en la iglesia, el Vaticano y la protección de menores , “Cathedra Sancti Petri Apostoli”.
  1. En mi opinión, ha finalizado otro juguete más diseñado por Bergoglio para los progresistas y modernistas, gente inquieta en reformar ad infinitud, y siempre insatisfecha, aunque consigan sus reformas (ver a los protestantes).

    La sinodalidad de verdad se hizo en Roma y Grecia, durante el Bajo Imperio Romano, imitando a las polis, civitas y urbs griegas y romanas: la asamblea de vecinos delibera y decide sus asuntos cívicos.

    Por eso, tanto en la parte oriental como occidental del Imperio Romano, como durante parte de la Alta Edad Media, los fieles y presbíteros y diáconos de la diócesis elegían libremente a su obispo.

    No fue sino durante la Baja Edad Media cuando los obispos fueron elegido altoclericalmente por el Papa en la Iglesia latina: sólo el Papa sin consultar nada.

    Se saben con seguridad jurídica los principios eclesiales sinodales del Bajo Imperio Romano y la Alta Edad Media, que proceden del derecho romano y del derecho griego, ambos interrelacionados:

    a) Consultis omnibus episcopis, presbyteris, diaconibus, confessoribus et ipsis stantibus laicis

    b) Clerus populusque ecclesiae
    – El clero y el pueblo de la Iglesia

    c) Sensus et consensus populi Dei
    – Sentido común, buen juicio y consenso del Pueblo de Dios

    d) Quod omnes tangit ab omnibus tractari et approbari debet
    – Lo que a todos afecta por todos debe de ser tratado y aprobado

    e) Quando a primordio episcopatus mei statuerim, nihil sine CONSILIO VESTRO, et sine CONSENSU PLEBIS, mea privatim, sententia gerere (San Cipriano)
    – En los casos importantes, el obispo consulta a la asamblea de diáconos y presbíteros como sus consejeros (consilio), y lo que decida el obispo él o con su asamblea, entonces el pueblo laico lo ratifica o lo anula e invalida (consensu)

    f) San Juan Crisóstomo: la Iglesia de Dios es la Asamblea (ekklesia) convocada para dar gracias y alabar a Dios como un coro armonioso unido en σύστημα (systema, estructura armoniosamente unida) en el ἁγάπη (ágape, o amor divino-fraternal) y en la ὁμονοία (homonía, el mismo sentimiento o unidad de mente)

    Este juguete sinodal no ha desafiado para nada a la autoridad de la mano que los alimenta, el papa Bergoglio, pues la elección de obispos sigue siendo altoclerical, sin consultar sin nadie si quiere:

    70. La del Obispo es un servicio en, con y para la comunidad (cf. LG 20), realizada a través del anuncio de la Palabra, la presidencia de la celebración eucarística y de los otros sacramentos. Por eso, la Asamblea sinodal espera que el pueblo de Dios tenga mayor voz en la elección de los obispos.

    «Espera que» significa que es un anhelo desiderativo, un deseo simple sin normatividad alguna, pues Bergoglio se ha excusa de hacer la preceptiva y acostumbrada exhortación sinodal, para así evitar el tener que pronunciarse sobre una reforma del código de derecho canónico, permitiendo la elección del obispos sólo por el Pueblo de Dios de la diócesis.

    De ahí la múltiple inteligencia de Bergoglio: a los progresistas los distrae con los juguetes sinodales, les da la zanahoria de la reforma revolucionaria que nunca jamás llegará, los marea como perdices dando vueltas en un tiovivo, y cuando se cansan, van a comprar las entradas para el nuevo tiovivo que Tío Bergoglio les ha construído: Sínodo de las Familias (2013-2017), Sínodo de la Amazonía (2017-2020), Sínodo de la Sinodalidad (2021-2024), reformillas eclesiales aquí por allá como Traditionis custodes, Fiducia supplicans, que quien quiere lo cumple o no…

  2. Parto de montes, yo lo vengo diciendo desde que empezó este “invento” igual que en la diócesis de Huesca, hace 40 años aproximadamente con la Asamblea Diocesana. No sirvió para nada. Lástima de tiempo y dinero.

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