Dos de febrero y fiesta de las Candelas, tan popular y querida. Ayer dimos relevancia a la entrevista de Müller, el tema lo merecía y la entrevista también. Agradecemos a nuestra Infovaticana la réplica de la parte correspondiente de nuestra Specola en sus informaciones. Nos gusta que nos citen, como no, pero mucho más que la información que facilitamos sirva a otros para su trabajo, aunque no nos citen.
Una página hermana es The Wanderer del que siempre aprendemos, es nuestra escuela de argentinidades tan importante en este pontificado. Hoy tenemos replicado en italiano su último artículo sobre la Traditionis custodes: «Quienes queremos ser católicos tradicionales en el sentido más propio y pleno del término, nos viene una y otra vez a la cabeza la posibilidad de desobedecer una ley que consideramos injusta. (…) Veamos qué ocurrió con el tema de la obediencia al papado romano en un caso paradigmático y muy caro a los actuales vientos pontificios: la supresión de los jesuitas». «El 21 de julio de 1773, el Papa Clemente XIV abolió la Compañía de Jesús a través del breve pontificio ‘Dominus ac Redentor'». «Las disposiciones pontificias fueron durísimas y clarísimas. Nadie podía hacerse el distraído. La Compañía de Jesús había dejado de existir para siempre, y quien quisiera o pensase otra cosa, no solamente faltaba gravemente contra la virtud de la obediencia, sino que quedaba excomulgado».
Los jesuitas buscaron «la protección de príncipes que no eran católicos: el rey Federico de Prusia y la zarina Catalina de Rusia. En ambas naciones, el breve pontificio no fue acatado y allí los buenos padres de la Compañía siguieron trabajando como si nada hubiese pasado». «La segunda vertiente, fueron los criptojesuitas que, desobedeciendo los mandatos pontificios, fundaron congregaciones fantasmas, en las que la Compañía siguió viva y plenamente activa». «Los jesuitas, y con ellos un sinfín de obispos y laicos que los apoyaban, no tuvieron ningún problema en desobedecer las órdenes del Romano Pontífice en un tema que ellos consideraban injusto».
Curiosa intervención del Papa Francisco a favor de los impuestos que es el único dogma intocable que nos queda, tenemos que pagar, indiscutible, lo que nos digan, cuando nos digan y sin poner dificultades. En el Vaticano tuvimos audiencia a una delegación de la Agencia Tributaria: «El recaudador de impuestos es visto como ‘metiendo las manos de la gente en sus bolsillos'», «en realidad, los impuestos son un signo de legalidad y justicia. Debe favorecer la redistribución de la riqueza, protegiendo la dignidad de los pobres y de los últimos, que siempre corren el riesgo de ser aplastados por los poderosos». El Papa Francisco quizás no sabe que el sistema fiscal italiano se queda con el 50% de lo que se produce y no sabe que en 2021 gran parte de los 8.800 millones de euros de los contribuyentes se van en mantener cosas pintorescas como la renta de la ciudadanía, en una especie de hurto agravado que solo sirve para alimentar a un monstruo estatal grande y cada vez más voraz con resultados muy mediocres. El Papa Francisco se apunta a la idea socialista de que todos los impuestos son maravillosos y cuento más altos sean mejor será para todos. Santidad, el dinero también será el estiércol del diablo, pero mejor en nuestro bolsillo que dárselo a quienes lo gastarán mal.
Está llegando a su fin la devastadora lucha interna que sacude a la Orden de Malta desde hace cinco años entre el ala espiritual, inspirada en el rigor del Magisterio de la Iglesia, y la más inclinada a las inversiones y las ganancias. El Papa Francisco ha congelado el trabajo de reforma realizado entre lágrimas, laceraciones y malentendidos. El Papa Francisco parece tener muy pocas dudas, la Orden debe ser devuelta a su núcleo espiritual original, dotándola de la transparencia necesaria y anclándola a la tradición del Magisterio, exactamente como ya había decidido hacer su predecesor.
Cuando salto el informe sobre abusos del periódico ‘El País’ en España no teníamos ninguna duda de que los silentes obispos españoles tenían que prepararse para lo peor, si no quieren hacer un informe nacional de abusos, se lo harán otros. Hoy nos dicen que ya tenemos procedimientos «iniciados tanto en vía judicial como fiscal», y la Fiscalía General, pretende tener un panorama exhaustivo del problema de los abusos sexuales a menores en el seno de la iglesia. Los obispos han decidido dejar de ser pastores y prefieren ser ovejas, mucho nos tememos que el olor a oveja, tan amado por el papa reinante, es otro tipo de olor y no precisamente a ámbar, quizás por eso, las ovejas, que son muy suyas, los rehúyen como la peste.
En Alemania amplios sectores, no todos, están perdiendo la cabeza: «Basta ya de la idea de un Dios varón y blanco». El presidente de los obispos a alemanes, Bätzing felicita a Marx u quiere que Benedicto XVI pida perdón. Parece que no leído la biografía de Benedicto XVI de Peter Seewald, en la que el caso centro del ataque a Benedicto está perfectamente documentado.
El festival Sanremo 2022 acaba de comenzar, Achille Lauro fue el primer artista en actuar con su «Domenica». Torso desnudo y los pies descalzos, con tatuajes a la vista y un pantalón de látex negro y terminó su actuación bautizándose. La red está que arde y es acusado de blasfemia y poco respeto hacia los creyentes: «El Vaticano lo denuncia por blasfemia», «Basta de blasfemias en Sanremo», «Estas cosas ya no se pueden aceptar».
El Papa Francisco invitó hoy a todas las monjas del mundo “a luchar cuando, en algunos casos, son tratadas injustamente, incluso dentro de la Iglesia, cuando su servicio, que es tan grande, se reduce a la servidumbre». Son miles de religiosos y religiosas las que están por todo el mundo como testimonio de consagración a Dios y servicio en escuelas, hospitales, parroquias, hogares, albergues, misiones en bosques y chabolas, en lugares remotos o junto a niños de la calle. Su presencia está en los sitios donde faltan alimentos y medicinas, entre migrantes, desocupados, víctimas de trata; siempre están ahí dan la mano, muestran apoyo y cercanía, e incluso transmiten conocimientos en las universidades. El Vaticano sigue siendo el paraíso de las ‘monjas pizza’, quizás por esto lo dice, pero el Papa Francisco puede acabar con esto con una sola firma, pues menos hablar…
«…mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos…».
Buena lectura.