Los términos del día: cisma, antipapa, apocalipsis del Papa Francisco; el libro sobre el celibato sigue de actualidad, los hombres imprescindibles.

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Si alguna palabra se escucha estos días por las estancias vaticanas es ‘cisma’. La iglesia católica vive desde tiempos conciliares una situación en la que conviven dentro de su seno sensibilidades, como ahora gusta decir, muy diversas. El libro del Papa Benedicto XVI y del cardenal Sarah sigue siendo el centro de la polémica no tanto por su contenido, que también, como por su propia existencia. Los hay que prefieren un papa emérito muerto en vida. Esto es imposible y los seres humanos, mientras estamos vivos, tendemos a dar señales de que algo de sangre queda. Vivimos una situación de excepcionalidad en lo que hasta ahora ha sido la concepción y el ejercicio del papado. La principal consecuencia que estamos ya viviendo es que la figura del papa se está desacralizando. Para todos hoy entra como posibilidad la ‘jubilación’ del papa y por tanto empezamos a entender el ministerio de Pedro como algo temporal. El derecho no puede contemplar todas las posibilidades y la vida siempre en más rica, lo que estamos viviendo está rompiendo todos los moldes.

El tiempo de las monarquías ha terminado y las que quedan poco tienen que ver con sus antecesores que ocuparon el trono. Durante siglos hemos asimilado la forma de gobierno de la iglesia católica con la forma monárquica que era la común y habitual. Esto ha caído y la propia iglesia está sufriendo la necesidad de descubrir otras formas de administración. Curiosamente el Vaticano II ha incrementado la visión del obispo monarca y hoy todo depende, todo, de la decisión del obispo. Esto está terminado y  los obispos se les obedece poco y ellos saben que se están quedando con muy pocos súbditos sobre los que mandar. Ciertamente hay una iglesia que esta desapareciendo y otra que empieza y los aires no van en la dirección que el Papa Francisco pretende imponer.

Hemos oído que la fe se propone y no se impone, pero en el gobierno de la iglesia pocas veces hemos vivido momentos de mayor imposición y de menos proposiciones. El libro publicado capitaneado por Sarah y con importantes contenidos del Papa Benedicto XVI nos incida la fuerza de autoridad que puede tener quien aparentemente no la tiene y lo mal que queda el que parece tenerla. El Papa Francisco sigue son sus máximas políticas y mira a Libia, ayuda a sus amigos del actual gobierno de Argentina, sigue a partir un piñón con las Naciones Unidas como si con todo esto se pudiera comprar una bula. Estamos llegando al desprecio de una iglesia que cambia con el viento y que pierde lo que de sacro e inmutable ha conservado durante siglos. Palabras que creíamos perdidas en los libros de historia vuelven a la vida diaria, cisma, antipapa, apocalipsis… se utilizan con una normalidad increíble intentando razonar sobre la situación que estamos viviendo, o mejor sufriendo.

La actualidad, por mucho que el Papa Francisco se empeñe en decir que el caso esta cerrado, se centra en el polémico libro que vemos que tiene un peso mucho más importante que todas la pachamamas juntas. Estamos esperando el documento final de sínodo que suponemos que será de un nivel mucho más discreto y que solo tendrá como argumento la imposición convenciendo a muy pocos. Los tiempos de crisis en la iglesia siempre la han purificado y reforzado. Los brotes verdes, que los hay, están haciendo desaparecer la hojarasca inútil que tanto abunda.

Bertolt Brecht decía con mucha claridad: ‘Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos. Pero los hay que luchan toda la vida. Esos son los imprescindibles.’ Hoy necesitamos más que nunca quienes estén dispuestos a luchar toda la vida y haberlos los hay.

Aparecen a la venta en el rastro una zapatillas rojas que parecen de Papa Benedicto. Viganò es reconocido en Munich con un aspecto muy cambiado.

«… a vino nuevo, odres nuevos.»

Buena lectura.

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Comentarios
9 comentarios en “Los términos del día: cisma, antipapa, apocalipsis del Papa Francisco; el libro sobre el celibato sigue de actualidad, los hombres imprescindibles.
  1. Specola, la famosa y manida frase : «la fe se propone , no se impone», tiene su retranca. Supóngase que en la eduación de los hijos usamos la frase paralela: la eduacion se propone, pero no se impone. Aviados. Desde la realidad de los hábitos buenos o malos, desde Aristótoles a Santo Tomás y la teología ascética, es una frae muy ambigua la de la fe. Cuando educo pongo reglas de conducta con el fin de instaurar hábitos buenos que facilitarán la virtud. A la larga, cuando el sujeto se encuentre sin esos andamios, escogerá entre lo bueno y lo malo pero, dado que posee hábitos buenos le será más fácil seguirlo. ¿El éxito? El éxito no está asegurado porque la tendencia al pecado , el «fames peccati», lo tenemos de ráiz, pero podemos vencerlo con la gracia ¿y la ayuda de los andamiajes? ¿Semipelagianismo? Creo que no, pertenece a la psicología, a la filosofía ¿y no puede pertenecer a la teología ascética o moral? Los pueblos han tenido «imposiciones» sobre la fe que les han ayudado a su desarrollo y a poder alcanzar el Bien Común que es “el conjunto de aquellas condiciones de la vida social que permiten a los grupos y a cada uno de sus miembros conseguir más plena y fácilmente su propia perfección” (Constitución Pastoral Gaudium et Spes, n. 26). . Y ésta, la perfección, es sobre todo moral. Entre otras cosas porque, a la corta y a la larga, repercute en el bien del ciudadano y del conjunto:familia, ayuntamientos, gobiernos, etc.

    1. Y por cierto, lo que ahora está de moda entre muchos clérigos, seglares y altas jerarquías, resulta o simple o sospechoso. La fe no se puede imponer pero el marxismo, la realidad lgtb, la política de los hechos consumados, la manipulación de las leyes, fiscalías, medios de comunicación, etc. etc. , eso sí se puede imponer. Se conforman hábitos de pensamiento, voluntades sojuzgadas a vicios, climas de opinión, manipulación de datos… Pero eso sí, la fe no se «impone» y, además, los que procuraron una sociedad cristiana eran muy «malos»; ellos, los que imponen ahora son amigos de la libertad ¿libertad de qué?.

  2. Por el tiempo crítico que vivimos tenemos que hacer nuestra la triple divisa PRUDENCIA, CARIDAD y FIRMEZA. Debemos intentar no crear más división de la que ya hay en las filas católicas, y para ello huir de juicios a personajes o a grupos que hacen lo que pueden o aquello a lo que creen que han sido llamados. Por eso no puedo compartir la descalificación del padre Minutella (que ha podido cometer errores como cualquiera) desde plumas que quieren ser ortodoxas; ni tampoco el rechazo del PIN PARENTAL como otro ejercicio de altura doctrinal pero en un momento tremendamente inoportuno. Son dos ejemplos de ejercicio desgraciado de la apologética. La firmeza necesaria tiene que expresarse desde la máxima prudencia y con la mayor caridad posible.

  3. Hagamos lo que Cristo dice: «he peleado hasta el fin el buen combate, concluí mi carrera, conservé la fe», el buen combate merece -por si mismo- ser peleado hasta el fin, el camino, la puerta estrecha, no hay otra forma y es una pelea cotidiana, tenemos la Gracia del Amor de Dios para pelear ese combate, hagámoslo.

    Timoteo 2. 4 Capítulo 4

    1 Yo te conjuro delante de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a los vivos y a los muertos, y en nombre de su Manifestación y de su Reino:

    2 proclama la Palabra de Dios, insiste con ocasión o sin ella, arguye, reprende, exhorta, con paciencia incansable y con afán de enseñar.

    3 Porque llegará el tiempo en que los hombres no soportarán más la sana doctrina; por el contrario, llevados por sus inclinaciones, se procurarán una multitud de maestros

    4 que les halaguen los oídos, y se apartarán de la verdad para escuchar cosas fantasiosas.

    5 Tú, en cambio, vigila atentamente, soporta todas las pruebas, realiza tu tarea como predicador del Evangelio, cumple a la perfección tu ministerio.

    6 Yo ya estoy a punto de ser derramado como una libación, y el momento de mi partida se aproxima:

    7 he peleado hasta el fin el buen combate, concluí mi carrera, conservé la fe.

  4. Hablando de cambios y cismas. Ayer domingo estuve en misa de 10,45 en la iglesia de Nuestra Señora de la Paz, metro O`donell, Madrid, oyendo por primera vez en mi vida una misa cantada en latín y puedo decirles que comulgué llorando. No hay ni color con el sucedáneo que nos coló el Vaticano II, y uno no se explica como aquellos jerifaltes dieron por bueno el cambiazo. La misma distancia hay que entre el jamón de pata negra y la mortadela; entre el champán y la gaseosa o entre un Rolls Royce y el coche de los Picapiedra. La iglesia, no es grande, pero estaba llena a rebosar.
    Estoy encantado y por supuesto que volveré. En mi casa está claro el camino a seguir y a quien ignorar.

    1. Lo mismo digo. La primera vez que asistí a una misa tradicional salí preguntándome por qué nos han privado de ella. Lo considero un auténtico hurto litúrgico.

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