En estas horas, Italia se ve afectada por la aparición de nuevos contagios posibles de coronavirus. El Duomo de Milán no se puede visitar y no es la única disposición que afecta de cerca las realidades eclesiásticas presentes en el norte de Italia. Se han suspendido misas en Lombardía. Más allá de la psicosis y la prudencia que deben respetarse siguiendo las indicaciones, todavía no tenemos un marco definido y preciso. Vemos la supresión de actos públicos en espacios cerrados, incluidas las audiencias papales que hoy será en la plaza, la cancelación de peregrinaciones…Si esto sigue así, lo peor está por llegar desde Pascua en adelante donde se incrementa la actividad turística e Italia es uno de los destinos más populares que pude verse muy afectado.
Hay otra repercusión que creemos muy importante y que los medios empiezan a tener en cuenta. El Papa Francisco ha centrado su agenda de pontificado en gran parte en la política de inmigración de puertas abiertas que no se cansa de repetir. En Italia hemos visto como lo políticamente correcto, siguiendo los principios de Soros, ha defendido la acogida sin límite de todo lo que caiga en los innumerables puertos italianos. El Papa Francisco aparece públicamente como el defensor de esta apertura e incluso se ha negado, y lo sigue haciendo, a recibir a los políticos que piensan de otra manera. El coronavirus ya ha empezado a tener sus consecuencias en esta apertura y en Sicilia se han planteado aplicar la cuarentena, en los propios barcos, antes de penar en cualquier tipo de apertura. El miedo es libre y el temor al contagio es generalizado. Las autoridades no son claras y esto hace desconfiar a la población. Poco sabemos del origen Chino de la infección y de lo que la provoca y los bulos sobre el virus y su forma de contagio son generalizados.
Italia es el mundo del diseño y de la moda. La imagen lo es todo y el italiano medio se vende muy bien, mucho mejor que en otras latitudes. Tienen un alto concepto de si mismos y son capaces de disimular los problemas que como todo país tiene. Cuando sucede un problema de verdad, como el coronavirus, los baches se muestran en su esplendor. Hace algunos meses pudimos acceder, infovaticana lo público en español, al informe de seguridad realizado por técnicos antiterroristas sobre la seguridad del Vaticano y del Papa Francisco. Las conclusiones eran terribles y denotaban un caos bien disimulado. Todo lo que proviene de ámbitos vaticano tiene una gran dosis de teatralidad y de falta de realidad. Preocupa mucho más quedar bien que defender la verdad. Hoy tenemos noticias que vuelven a insistir en el riesgo de atentados en el Vaticano y su entorno, no es algo nuevo pero unido al efecto coronavirus puede causar daños muy serios al complicado equilibrio actual en sus delicadas finanzas.
En marzo, la Corte Suprema de Australia examina la vergonzosa condena del cardenal Pell. Desde aquí hemos defendido desde el primer momento su inocencia y la trastienda relacionada con su pretensión de trasparencia en las finanzas del Vaticano. Existe una esperanza razonable de que este proceso político, una especie de linchamiento que condenó al cardenal George Pell, tenga una solución positiva el próximo mes. La Corte Suprema de Australia ha establecido una audiencia para la apelación presentada por la defensa del cardenal para el 11 y 12 de marzo, pero la sentencia no llegará hasta después de unas semanas. En agosto pasado, el cardenal vio su apelación desestimada con dos votos contra uno. Pero el juez minoritario escribió una memoria de más de doscientas páginas para demostrar la inocencia posible, de hecho probable de Pell.
Debe recordarse que Pell fue condenado sobre la base del mero testimonio de su presunta víctima. La segunda presunta víctima murió de una sobredosis antes de que explotara el caso, y le había dicho a su madre que nunca había sido abusada. George Weigel habló de «vergüenza» del sistema judicial australiano. Andrew Bolt, un periodista de Sky Australia, ha reconstruido la línea de tiempo del presunto delito en un servicio de televisión cronometrado para demostrar la imposibilidad física que podría llevarse a cabo de acuerdo con las circunstancias descritas por la presunta víctima. ¿Cómo puede ser creíble una condena basada únicamente en la declaración de la víctima, ante tal acumulación de contradicciones, olvidos e imposibilidades físicas y cronológicas? Desde aquí deseamos que la inocencia, que para nosotros es evidente, se demuestre en su esplendor.
El Alemania algo se mueve y tenemos rumores de que el cardenal Marx puede terminar en un dicasterio romano. Sus posiciones sobre temas candentes son sobradamente conocidas y podemos estar ante un nombramiento que alejaría al cardenal del debate alemán. El Papa Francisco no se puede permitir que estalle un problema en Alemania en los momentos más delicados de su pontificado y puede estar empezado a desactivar a los pesos pesados del camino sinodal. Quedan dos años que dan para mucho en todos los sentidos. Visto el no aprovati de los viri provati no nos sorprendería que estemos ante la operación que busca anular de raíz el caso Alemán. Los próximos meses pueden ser fundamentales.
«Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos…»
Buena lectura.
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