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Los cotorreos del Papa Francisco, la energía ¿verde? del Vaticano, excomunión de Pinochet, Marsella y la eutanasía, el orden divino.

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Vamos con otra semana en la que mediaremos septiembre y se acercan los caos sinodales de la sinodalidad y las emergencias calentólogas. No pocos podemos pensar que el mundo, tanto civil como eclesiástico, se ha vuelto loco y pretende que todo el que no comparta la locura no tiene derecho a  existir. Siempre se ha dicho que a los locos y a los tontos hay que darles la razón siempre, en caso contrario se ponen muy violentos, y no caben argumentos o desánimos, no los vamos a convencer,  y tanto los tontos como los locos son persistentes hasta la muerte.
Quedan quinientos días hasta el inicio del Año Santo del 2025, parece lejano, pero estamos a sus puertas y el Vaticano hace sus previsiones: serán 32 millones los que vendrán a Roma. La apertura de la Puerta Santa se abrirá en diciembre de 2024 y la ciudad se prepara con 180 obras acordadas entre el  gobierno, Roma y la Santa Sede. El Papa Francisco, o Juan XXIV, o Pio XIII, abrirán la puerta santa y esteremos terminado el sínodo de la sinodalidad.

Respecto al Sínodo que se celebrará en Roma durante casi todo el mes de octubre, un grupo de periodistas en el vuelo de regreso de Mongolia, planteó interrogantes con un libro publicado recientemente, cuyo prefacio fue escrito por el cardenal Burke. El texto se titula El proceso sinodal es una caja de Pandora y advierte que el Sínodo es un intento de «cambiar radicalmente la autocomprensión de la Iglesia, de acuerdo con una ideología contemporánea que niega mucho de lo que la Iglesia siempre ha enseñado y practicado». Según el libro, hay «voces heréticas dentro de la Iglesia católica» que están promoviendo una «agenda radical» a través del Sínodo sobre la sinodalidad. Este programa, señalan los dos autores, se puede resumir en «distorsionar la doctrina, subvertir la tradición y desmantelar la naturaleza jerárquica de la Iglesia».

El Papa Francisco no parece haber respondido directamente a la pregunta, primero relató una conversación telefónica que tuvo con una monja carmelita, quien le había hablado del temor de su comunidad de que el Sínodo pudiera cambiar la doctrina de la Iglesia:  «Si vas a la raíz de estas ideas, encontrarás ideologías». «Siempre, cuando en la Iglesia quieren atacar el camino de la comunión, lo que siempre atacan es una ideología».»Y acusan a la Iglesia de esto o de aquello, pero nunca la acusan de lo que es verdad: que es pecadora. Nunca dicen: “Ella es una pecadora”».  «Defienden una “doctrina”, entre comillas, que es una doctrina como el agua destilada, no sabe a nada, y no es la verdadera doctrina católica, que está en el Credo. Es que la verdadera doctrina católica a menudo escandaliza, como la idea de que Dios se hizo carne, que Dios se hizo hombre, que la Virgen conservó su virginidad… Esto escandaliza».

Y seguimos con otra de las obsesiones del Papa Francisco es el ‘cotorreo’ lo cita a tiempo y a destiempo, quizás porque intuye que su pontificia persona y sus pontificios actos, pueden ser muy pontificios, pero son objeto de cotorreos, no pocos y muy sustanciosos. Cotorreos los hay en todos los sitios y, sin duda, algunos causan mucho daño e incluso se denuncian.  Las noticas de hoy informan de la condena de una mujer por escribir mensajes contra un sacerdote de la diócesis de Terni-Narni-Amelia y el obispo. Inició una campaña difamatoria contra un sacerdote, a quien acusaba de ser pedófilo y de asociarse con mujeres con fines sexuales. La simpática anciana, de 73 años, también empezó a acusar al obispo de la diócesis porque no la habría escuchado con cartas  dirigidas a la Santa Sede. La jueza del tribunal de Terni, Simona Tordelli, reconoció que se trataba de un verdadero acoso contra el reverendo y condenó a la mujer a un año y cuatro meses de prisión, además de seis meses de trabajos sociales.

Una referencia muy gratificante es que el Papa Francisco recordó en el ángelus la beatificación de los mártires José y Vittoria Ulma y sus siete hijos: «Hoy en Markowa, Polonia, han sido beatificados los mártires José y Victoria Ulma con sus 7 hijos: una familia entera exterminada por los nazis el 24 de marzo de 1944 por haber dado refugio a algunos judíos perseguidos. Se opusieron al odio y a la violencia que caracterizaban aquella época con amor evangélico. Esta familia polaca, que fue un rayo de luz en la oscuridad de la Segunda Guerra Mundial, que sea un modelo a imitar para todos en el empeño por el bien y en el servicio a los necesitados».

Tanto hablar de salvar el planeta los hay empeñados en sacar los colores al pontífice que se entrega con una dedicación digna de mejor causa al proselitismo climático.  Konrad Krajewski, el limosnero, se hizo famoso un 12 de mayo de 2019, tras irrumpir en un edificio ocupado en Roma, reactivó la electricidad. Polémica entre quienes lo  definieron como  legítima desobediencia civil y quienes juzgaron el gesto ilegal y «erróneo», porque si se hubiera repetido «podría haber generado caos» . Hasta Parolin no sabia que decir: «El significado de este gesto es llamar la atención de todos sobre un problema real». El ministro italiano: «Cuento con que el limosnero del Papa, que intervino para restablecer la electricidad en un edificio ocupado en Roma, pague también los 300 mil euros de facturas vencidas, si alguien es capaz de pagar las facturas de los italianos en dificultades, estaremos contentos. ..».

Un artículo de hoy repasa como están las cosas energéticas en el reino del Papa Francisco. La garantía del suministro eléctrico al Vaticano está contemplada en el artículo 6 de los Pactos de Letrán de 1929. Sobre la base de acuerdos con el Estado italiano, cada año el suministro está garantizado mediante un decreto que reconoce al Vaticano una parte de la capacidad de importar electricidad de Francia. Se trata de una energía «preciosa» y subastada porque cuesta mucho menos que la producida en Italia. Y algo parecido pasa con el agua: «Italia garantizará, mediante los acuerdos necesarios con los organismos interesados, que se garantice a la Ciudad del Vaticano un suministro adecuado de agua propia».

El  consumo de agua del Vaticano se situaba en torno a los 5 millones de metros cúbicos al año. Una cifra muy poco «adecuada» si la calculamos sólo sobre unos 900 ciudadanos residentes, ya que equivaldría a unas mil veces el consumo medio per cápita de un italiano. Lo que es seguro es que desde 1929 el Vaticano no paga por el agua, aparte de la «gestión» de la red de alcantarillado.  En 1999, Acea, la empresa gestora, intentó cobrar a la Santa Sede una parte de la deuda acumulada durante 70 años, equivalente a unos 25 millones. Pero el intento fracasó y en 2004 el gobierno de Berlusconi pago la deuda y acordó pasar cuatro millones de euros anuales para pagar el agua del Vaticano. 

¿Y la santa gasolina? Aquí el secreto es absoluto, mucho mundo verde y salvar el planeta,  pero en el pontificado del Papa Francisco seguimos con gasolineras libres de impuestos.  Y ya es mucho si sabemos que el principal proveedor del Vaticano es Eni Plenitude, además de Antares Energia, una sinergia que parece encontrar un punto de encuentro en la gestión de la fundación Eni, en la que se colocó desde el  1 de octubre de 2020 a Giani, ex comandante del cuerpo de gendarmería del Estado de la Ciudad del Vaticano.

Y seguimos con otro lío que está en los medios por la denuncia del abeto de la plaza de San Pedro. Parece que las autorizaciones de tala en poder del Ayuntamiento de Roselló no eran más que papel mojado, un falso. El centenario abeto blanco de Agnone se salvó, pero otro abeto, procedente de Abruzzo, fue enviado al Vaticano, donde fue expuesto en la Plaza de San Pedro, con adornos y luces, antes de terminar despedazado en la chimenea. Las cosas verdes, cuando tocan el bolsillo, se ven de otra manera, incluso en el Vaticano.

Y nos vamos a suiza en donde Nicolas Betticher, ex vicario general de la diócesis de Lausana, Ginebra y Friburgo, denunció las graves deficiencias de los obispos y sacerdotes sobre la gestión de los casos de abuso sexual: «Mi pensamiento está con las víctimas. Porque se trata de ellos, no de los ministros».  La conferencia episcopal suiza emitió un comunicado de prensa en el que confirmaba que el Vaticano, tras recibir la carta de Betticher en mayo de 2023, había confiado al obispo de Chur, mons. Bonnmain realizando una investigación.  La carta de Nicolas Betticher se ha hecho pública: «No, siempre he respetado el secreto profesional. La carta es una comunicación interna del Vaticano sobre abusos dentro de la Iglesia en Suiza que deben ser investigados. Observo que mi carta interna ha llegado a los medios de comunicación. Dado que se ha hecho público, es natural que yo adopte una postura al respecto»

«Todos hemos cometido errores, incluido yo mismo. Ahora tenemos que afrontar el hecho de que no hemos trabajado bien durante mucho tiempo. Durante mucho tiempo observé y vi que no pasaba nada. Por este motivo, como el Papa pide explícitamente a los sacerdotes en «Vos Estis», lo he informado a la Santa Sede».  «En los procedimientos extraordinarios, a menudo sólo se escucha al acusado. En el pasado, esto ha llevado al abandono de muchos procedimientos. Sólo los procedimientos ordinarios pueden sacar a la luz la verdad y condenar o exonerar a un acusado». 

Un dato interesante nos viene de Chile. La muerte del cardenal  Juan Francisco Fresno Larraín, quien en los años en que fue arzobispo de Santiago fue protagonista de aquel diálogo entre el régimen de Augusto Pinochet y la oposición que desembocó en la transición a un régimen democrático, ha sacado a la luz un contexto inédito: Pablo VI estaba a punto de firmar el acta de excomunión de Pinochet.  La historiadora Patricia Arancibia Clavel de la Universidad Finis Terrae de Santiago tiene los datos que han permanecido secretos por voluntad del propio cardenal.

Los días 22 y 23 de septiembre se espera que el Papa Francisco esté en Marsella para la última sesión de los Encuentros Mediterráneos y tendrá la oportunidad de estrechar la mano del presidente Emmanuel Macron. La visita estaba prevista para el día siguiente del día elegido por el gobierno francés para la presentación del proyecto de ley sobre el fin de su vida útil al Consejo de Ministros. Una circunstancia que podría haber causado más de un bochorno a Macron al recibir al Papa en Marsella. Por este motivo, el 21 de septiembre la ley sobre la eutanasia ya no estará sobre la mesa del Consejo de Ministros , como estaba previsto inicialmente, pero la medida se retomará en cuanto el avión papal haya regresado a Fiumicino.

El Papa Francisco ha dicho que esta visita no será a Francia pese a estar en la ciudad provenzal, pero se verá con el presidente de la República Francesa al menos en dos ocasiones. El aplazamiento suena más bien a una burla que como una forma de respeto.  ¿Aprovechará Francisco la relación personal con Macron para convencerlo de posponer indefinidamente la ley sobre el fin de la vida ?

El desorden no viene de Dios. En su primera intervención Dios separó las tinieblas de la luz, y sin embargo, aún hoy, en estos años aciagos nuestros, demasiadas veces la luz y las tinieblas parecen confundirse hasta el punto de parecerse y confundiéndonos también a nosotros, a nuestra mente y a nuestro corazón. Y terminamos con el siempre clarificador Benedcito XVI en 2007 a la Comisión Teológica Internacional: » Si, por un trágico oscurecimiento de la conciencia colectiva, el escepticismo y el relativismo ético llegaran a cancelar los principios fundamentales de la ley moral natural, el mismo ordenamiento democrático quedaría radicalmente herido en sus fundamentos. Contra este oscurecimiento, que es crisis de la civilización humana, antes incluso que cristiana, es necesario movilizar la conciencia de todos los hombres de buena voluntad, tanto laicos como pertenecientes a religiones diferentes del cristianismo, para que juntos y de manera efectiva se comprometan a crear, en la cultura y en la sociedad civil y política, las condiciones necesarias para una plena conciencia del valor inalienable de la ley moral natural. Del respeto de esta ley depende, de hecho, que las personas y la sociedad avancen por el camino del auténtico progreso, en conformidad con la recta razón, que es participación en la Razón eterna de Dios.

«…se pusieron furiosos y discutían qué había que hacer con Jesús».

Buena lectura.

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