Se acerca la fiesta de la cátedra de San Pedro, domingo de las tentaciones y los rumores arrecian en los sacros palacios, nos cuentan que hoy es el día, lo veremos en una horas, pero si no es hoy no estaremos lejos, y tendremos nuevos prefectos en la Basílica del Príncipe de los apóstoles, Obispos, Culto Divino y Gobernatorato, como habíamos anunciado, Clero puede esperar. Pasamos a la noticia que tenemos hoy en todos los medios, el Papa Francisco ha aprobado el presupuesto 2021 de la Santa Sede en el que, de entrada, está previsto un déficit ‘estimado’ de unos 50 millones de euros. Los ingresos totales publicados son de 260,4 millones de euros y el gasto de 310,1 millones de euros, con un déficit «fuertemente influenciado por la crisis económica provocada por la pandemia Covid-19». ¿Cómo entender estos datos?
Lo primero que hemos de tener en cuenta para interpretarlos es que son datos parciales, no está incluido en el ‘perímetro de consolidación’ todo lo que existe en la Santa Sede, el Estado Ciudad del Vaticano, fundaciones y fondos de todos los colores. El presupuesto presentado se centra en sesenta entidades; no está el presupuesto del Banco del Vaticano, el IOR; ni el del ‘Gobernatorato’, el estado Ciudad del Vaticano; incluso algo tan importante, ahora y en el futuro, como el presupuesto de las Pensiones; y esto solo por citar solamente algunos ejemplos. Lo primero que tenemos que tener muy claro es que estamos ante datos muy parciales, no decimos falsos, pero ciertamente no completos. Como ignoramos lo que falta, es muy complicado valorar objetivamente la situación real.
Este año, nos dicen que por primera vez, también esto es discutible, está incluido el Obolo de San Pedro. Si otros años no teníamos un déficit abultado era porque la Secretaría de estado lo ‘aplanaba’, dejaba a cero, con otros fondos, entre ellos con el Óbolo. Este año se incluye de entrada, mejor así, otra zona de sombra que empieza a despejarse, pero este mismo hecho nos indica la gravedad de la situación. Si quitamos esta ‘novedad’, el déficit se incrementa en otros 30 millones de entrada. Por eso es tan complicado, pensamos que rebuscadamente complicado, dar crédito a los datos publicados, insistimos, no por falsos sino por muy incompletos, ignorando hasta donde son incompletos.
En esta información no entra el presupuesto del ‘Gobernatorato’, que incluye entre otras cosas, los museos del Vaticano, que no es un tema menor. El Gobernatorato tiene sus reservas, pocas, este año salvará, pero no puede ayudar como otros años al agujero general. Nos parece muy optimista la reducción de solo el 21% en los ingresos, tomados sobre los datos de 2019, los que vamos conociendo del 202o son mucho peores, y curiosamente coincide con el déficit, nos vienen a insinuar que sin la epidemia estaríamos muy bien, cosa que ni de lejos es cierta. Se cuenta para llegar a estas pérdidas con que gastaremos un 14% menos que otros años, unos 24 millones, ya veremos, en lo que llevamos de año, ahorros los justos, dado el peso enorme del personal y la necesidad de mantenerlo como prioridad, el argumento es muy difícil de creer. Se confía en que las donaciones se mantengan, cosa bastante improbable por la epidemia y por el ‘riesgo’, más que demostrado, de que las donaciones terminen en vete a saber donde y ejemplos nos sobran que demuestran la mayor.
En otros momentos, antes de la epidemia, se nos hablaba de un déficit estructural no resuelto. Esto parece que ahora se olvida y nos cuentan que: «Si el nivel de donaciones sigue siendo el esperado, el déficit se cubrirá con el uso de parte de las reservas de la Santa Sede». Demasiados condicionales en una situaciòn en la que conviene tener los pies bien cimentados y no sobre este océano de arenas movedizas. Los italianos, mucho más los del sur que los del norte, no cuentan entre sus dotes ser buenos para las finanzas, los romanos incluso empeoran la media, su espíritu, de natural creativo, se manifiesta peligrosamente en este delicado ámbito. Pocos recuerdan que los Médicis, los famosos banqueros florentinos que nombraban reyes y papas, no se fiaban mucho para estas artes de sus connacionales y preferían importar españoles a su corte. En el impresionante claustro de Santa Maria Novella de Florencia encontramos la capilla más grande y rica que se sigue llamando ‘Cappellone degli Spagnoli’ , ni más, ni menos, del XIV, en ella reposan los que murieron sirviendo a los Médicis. Las discretas artes españolas hicieron posible muchos ‘capolavoros’. A los banqueros florentinos no les gustaba nada la idea, ni de lejos, de entrar en deudas y celebraban las deudas de los demás que les permitían engrandecer su poder y mantenerlo. Confiemos en que la peste no dure demasiado, el punto en el que estamos ya es muy serio, y sospechamos que estamos ‘vendiendo’ el futuro. En otros tiempos los Médicis estarían pensando en nombrar el próximo papa, pero estos son otros tiempos, o quizás no.
Camillo Ruini cumple 90 años y sigue siendo una voz autorizada dentro del panorama italiano. Cuando el Papa Benedicto XVI renunció: “sentí total sorpresa, desconcierto y dolor. Entonces pensé que unos días después sería elegido el nuevo Papa y así se superaría el trauma». Sobre el Papa Francisco: «Quizás no tengo esa sintonía espontánea que tuve con Juan Pablo II y también con Benedicto XVI, pero yo pienso muy bien de él, admiro su dedicación a la Iglesia, a los pobres, a la fraternidad entre todos los hombres y pueblos. En una palabra, en Francisco reconozco a mi Papa, sin reservas». Es parte de la entrevista con motivo de su cumpleaños, sin desperdicio, como siempre.
El último número de la Civiltà Cattolica se centra en la «legalidad» de utilizar células extraídas de fetos abortados para preparar vacunas contra Covid-19. Los jesuitas vuelven a la carga desafiando a los católicos más reaccionarios. En este momento sus ‘borradores’ son revisados por la Secretaría de Estado y su contenido es el fundamento, o la explicación, de muchas intervenciones del Papa Francisco. Por primera vez las autoridades vaticanas, «ante la propagación de la pandemia y la necesidad de producir vacunas capaces de afrontar la amenaza del Covid-19 en un nivel global «, da luz verde al uso de células obtenidas de fetos tras la interrupción del embarazo. Se elogia la decisión de Doctrina de la Fe de disolver con gran prudencia todos los nudos morales y canónicos sobre el uso de esas células vivas hasta la pandemia, y nos recuerda, menos mal, pero con los artificios propios de las neuronas jesuíticas, que «el recurso la interrupción voluntaria del embarazo es siempre y en todo caso pecado mortal».
Las visitas sorpresa del Papa Francisco ahora son imposibles por la epidemia. Entramos en el formato videollamada, ayer a mujeres liberadas de la prostitución acogidas en un hogar familiar en Ancona.
Sigue el ‘Caso Bianchi’ sin especiales novedades. Visita el 2 de marzo de Parolin, con una delegación, al nuevo presidente Draghi. Biden y sus complicados equilibrios con China.
«…vio Jesús a un publicano llamado Leví, sentado al mostrador de los impuestos…»
Buena lectura.
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Lo que colaboraron a formar, ahí tienen su parte.
Pues solo has acertado en uno. Este Papa es imprevisble.