Es miércoles, hay audiencia en el patio de San Dámaso que es bastante pequeño y está semi vacío, los fieles, o peregrinos, no llegan y tenemos que acostumbrarnos a que ya nada será como era antes. El espacio lógico y fácilmente controlable desde el punto de vista sanitario para los eventos papales es sin duda el Aula de audiencias Pablo VI, la Nervi, pero ahora ya sabemos que pesa mucho más el ‘horror vacui’ que la epidemia. Las sillas del aula Pablo VI están unidas individualmente al suelo y son de quita y pon, facilitando extraordinariamente las distancias y demás requisitos, su capacidad son unos 7.000 sentados, un tercio son algo más de 2.300, evidentemente demasiados. San Dámaso nos dicen que está preparado para 500, pues ni eso, las imágenes son muy elocuentes y hablar de 200 quizás sea exagerado. Es lo que tenemos y no parece que esto pueda cambiar mucho a corto plazo, ni en el Vaticano, ni en la mayoría de las iglesias que siguen sin recuperar su ‘clientela’ habitual. Algo está pasando que ha acelerado el proceso que viene desde hace decenios y que nadie ha querido hacer nada por intentar corregir. Tenemos la sensación de que el Papa Francisco ha pasado a ser un muñeco roto, una realidad residual, que no interesa a casi nadie. Esto, lo queramos o no, nos guste o no, repercute en toda la iglesia y hay que estar preparados para tiempos mucho más oscuros de lo que podemos imaginar.
Seguimos a vueltas con el título de la anunciada encíclica, lo único que sabemos por ahora, que ya ha levantado una buena polvareda: ‘Fratelii Tutti’ . Los títulos de los documentos papales corresponden a las dos primeras palabras del texto latino. Esta se debe llamar ‘Fratres Onmes’ en su versión oficial que es la que firmará el Papa Francisco. Los latinistas del Vaticano son excelentes y estamos seguros que mejorarán mucho el texto que ha llegado en italiano y español. Las traducciones son traducciones y siempre son, en todo o en una buena parte, interpretaciones que no siempre son fieles a la idea original. El latín es un idioma muy preciso y que no sufre la evolución cambiante de las lenguas vivas. La polémica suscitada es absurda y entra en las absurdas teorías del lenguaje inclusivo. Lo sorprendente es que el Vaticano, mucho nos tememos que con la aprobación entusiasmada del Papa Francisco, han entrado de lleno a estos juegos, les gusta ser modernos y hemos empezado con juegos malabares, queriendo complicar la vida a San Francisco de Asís , para justificar lo injustificable. Nos tememos que la encíclica será noticia por las excentricidades que pueda contener, que alguna seguro que hay, y no por la seriedad de sus argumentos que seguro no hay.
En los últimos meses, se han reiterado acusaciones de malversación de fondos contra agentes inmobiliarios aventureros, o autoproclamados, que han hecho excelentes negocios en Londres sobre todo para ellos mismos. En la década de 1980 el Instituto, el Banco del Vaticano, fue el centro de atención de una cadena de hechos impugnada por el Banco de Italia y por el Ministro de Hacienda, Beniamino Andreatta, quien en el Parlamento presentó un informe, poco bienvenido por su partido, la Democracia Cristiana, que lo marginó durante mucho tiempo. El Vaticano desplegó importantes recursos y tomó iniciativas para contrarrestar la campaña recurriendo a métodos de acción algo más que opacos incluidas relaciones clandestinas mantenidas por la alta dirección del Banco del Vaticano con organizaciones criminales. Las opacidades nunca se han disipado e incluso hoy se ven las consecuencias. El Papa Francisco empezó con fuerza, pero el tiempo a demostrado que era mucho más un teatrillo para encandilar al público que una reforma de fondo, Hoy estamos muy seguros de que nunca se quiso reformar nada y sí ocultar lo más posible el pasado y el presente. Las posiciones políticas del Papa Francisco le pueden pasar factura y seguro que Estados Unidos sabe mucho más del Banco del Vaticano y sus peligrosas amistades, que el propio Papa Francisco. El silencio ante las duras declaraciones del Secretario de Estado Norte Americano no dejan lugar a muchas dudas. El temor dentro de los muros es creciente y se nota.
Los obispos de Cuba recuerdan el viaje del Papa Francisco a la isla el año 2015, que tiempos tan pasados y lejanos en que los papas viajaban y los fieles asistían a las audiencias.
Tosati se hace eco de un interesante artículo sobre la iglesia en Argentina que nos puede ayuda a entender, si es que esto es posible, al Papa Francisco. «Según uno de obispos más encumbrados de Argentina ( Victor Manuel), de íntima cercanía al papa Francisco, la celebración dominical del Misterio pascual no es lo fundamental de la Iglesia. Nunca un obispo católico había puesto en duda o negado la Resurrección de Jesucristo y su conmemoración litúrgica como fuente y finalidad de la vida de la Iglesia», «la jerarquía católica en Argentina, que a todas luces se muestra cada vez más, antes que como pastores del cuerpo vivo de Jesucristo, como funcionarios de una institución “no gubernamental”, como sociedad de beneficencia o como club de amigos, en forma acorde al tiempo político progresista».
«…fueron de aldea en aldea, anunciando el Evangelio y curando en todas partes.»
Buena lectura.
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