Hoy tenemos dos noticias que reinan en todos los medios: el juicio del Cardenal Pell en Australia y la elección del gran maestro de la Orden de Malta y sus consecuencias. Son temas que van de la mano y que tienen una lógica muy parecida detrás.
Asistimos a la descomposición de la Iglesia Católica como la conocemos y muchas de sus instituciones entran en una deriva que les llevará claramente a su desaparición. En el fondo de los dos problemas late la gestión de la soberanía. No sabemos como terminarán los juicios Australianos de Pell pero son muchos los que ya lo están utilizando para quitarse de encima un cardenal incomodo por su pensamiento tradicional y por su defensa de la trasparencia financiera, dos cosas en estos tiempos muy molestas. El silencio impuesto y el llenar las instituciones de títeres no soluciona los problemas en absoluto y los puede agravar. Estamos en tiempo donde el querer impedir que los delitos de divulguen, amparándose en el tradicional «evitar el escándalo», es imposible. El caso Chileno ,y no sólo, ha escenificado una metedura de pata pontificia de dimensiones universales que veremos como termina. En estos momentos todos están esperando que además de las buenas palabras y peticiones de perdón alguien pague por los errores que el Papa Francisco ha reconocido.
La soberanía de un estado como se entendía hasta hace poco tiempo es insostenible. Han cambiado mucho las cosas desde que se crea el estado ciudad del Vaticano en 1929. Mantener hoy una monarquía absoluta presidida por el papa no es algo que de a la iglesia una imagen muy moderna que digamos. Nadie defendería hoy para ningún país del mundo la forma de gobierno que parece la perfecta en el Vaticano. Más tiempo pasa y más ridículo se ve todo. La tan pretendida reforma de las finanzas vaticanas, y de otras muchas cosas, es imposible sin cambiar de modo radical la forma de estado. No dudamos que el Cardenal Pell ha querido cambiar las cosas pero cualquier cambio ha sido bloqueado de modo sistemático. En defensa del honor del Cardenal Pell hemos de reconocer que no se ha escondido detrás de argumentos de estado y diplomáticos, que sin duda hubieran retrasado sine die el proceso Australiano, ha preferido enfrentar la situación como un ciudadano más. Es curioso ver como se aprovecha la situación procesal del Cardenal para desacreditarlo en otros ámbitos que nada tiene que ver y además en muchos casos de fuego amigo. Se empiezan a ver movimientos de los amigos del cardenal que van tomando distancias por lo que pueda venir, antes son las prelaturas que las amistades. Hay otros casos, de mucho menor nivel, protegidos por la inmunidad diplomática dentro de los mismos muros vaticanos. En la orden de Malta sucede lo mismo y detrás todo apunta a una utilización de la soberanía para fines poco confesables. Se opta por elegir el candidato impuesto, hermano del Juez único de la ciudad del Vaticano, y así tenemos garantizado el silencio y si fuera necesario un juicio controlado. Todos estos datos apuntan sin duda a una descomposición de estructuras que están fuera del tiempo. No será fácil encontrar en las próximas generaciones personas que se presten a estos juegos peligrosos.
El parlamento de Canada aprueba formalmente que el Papa Francisco pida perdón a los pueblos indigenas por los abusos, como era previsible, el caso Chileno traerá consecuencias en otras latitudes. Interesante reflexión sobre al camino con China y como se intenta vender el acuerdo para que sea digerido por el sufrido pueblo de Dios.
Las partes más vitales de la iglesia ya no están en la vieja Europa y en los próximos decenios viviremos una descentralización del pretendido poder absoluto vaticano. Africa, hoy tenemos la noticia de otro ataque a una iglesia en la República Centroafricana, y América son los futuros rostros de la iglesia. Sin olvidarnos del gigante asiático. Esta situación ya no se puede gobernar a la italiana y cada día es más evidente que el pretendido centralismo que se quiere imponer a toda la iglesia no es sino un signo de la absoluta perdida de control.
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Lo que está bien claro con la perspectiva del tiempo es que el que ha ido ganando y cogiendo posiciones es el stablisment vaticano. La nueva etapa empezó con la ilusión de limpieza, de soltar lastre curial en demasía líos italianos, poner cordura en el IOR, fiscalizar las cuentas y ver de verdad en qué se gasta el dinero, etc pero el tiempo demuestra que ha ganado el partido curial diplomático precisamente haciendo a veces demagogia de todo lo contrario con la sencillez, hablando de reformas, que si se da una imagen menos corporativa, que si se nombran cardenales que no tienen porque ser metropolitanos y de sedes tradicionalmente cardenalicias, que si un lenguaje populachero, que si debates sobre la comunión o no, sobre ecología, declaraciones a no se que periódico. P?ell parece que pretendió un sistema de cuentas más transparente y de estilo anglosajón, pero estas reformas ya habían casi fracasado y ahora mucho más. Al final se ha demostrado que el que quiso y no pudo arreglar el IOR fue Benedicto XVI, quien quiso hacer algo en serio sobre pedofilia e intervino a toda una congregación como los Legionarios de Cristo fue Benedicto XVI, por eso está donde está. No le quito buena intención a Francisco sobre esto e incluso hará por cambiarlo pero no veo esa valentía y claridad sobre el fin de ello que tenía Benedicto. parece como si interviniendo a una parte muy pequeñita de la Iglesia como a los Franciscanos que es un grano de arena en importancia si los comparamos con los anteriores pues todo hecho, o la Orden de Malta. Da la sensación que está Roma y el Vaticano en descomposición.
Me gustaría saber qué tipo de gobierno propone Specola: gobierno de Cardenales, gobierno de obispos, gobierno electo por el Papa, gobierno electo por los cardenales, gobierno electo por los obispos…
Extraño.
¿ Porqué al cardenal Pell se le entrega a los leones mientras que a Capella se le protege con la inmunidad diplomática ? ¿ Es la mafia la que gobierna la Iglesia Católica ? ¿ Para cuando el juicio a Capozzi ?