Hoy es uno de esos días en los que nos gustaría dejar a un lado la caducidad de la información diaria y dedicarnos a comentarios más sublimes. Contamos con maravillosos comentarios y artículos sobre el Nacimiento del Hijo de Dios según la carne. «Hoy es noche buena, y mañana, Navidad, saca la bota María… ; a nosotros nos toca lo de la bota.
La división reinante, e irreconciliable, entre católicos se está utilizando, o más bien está explotando, para llevarnos donde no queremos, sin que nos demos cuenta. El discurso que pretende echar leña al fuego entre ‘progres’ y ‘carcas’ , como el que utiliza entre derechas e izquierdas, ya no existe. Estamos ante rupturas de mucho más calado y muy buscadas: «sobre la miseria espiritual y material y el pecado en la Evangeli Gaudium; sobre el valor de los sacramentos: matrimonio, confesión y eucaristía, y sobre las tentaciones irresistibles en la Amoris laetitia); sobre lo que enseña el Génesis o el Club de Roma en la Laudato SI; sobre qué es y para qué sirve la economía y en qué debe convertirse en la Fratelli Tutti».
Entrevista al amigo Ghirlanda, no sobre el caso de su hermano Rupnik, sino sobre el texto de renuncia depositado por el Papa Francisco, y se refiere a los precedentes ocurridos con Pío XII, Pablo VI y Juan Pablo II. “El tema es bastante complejo. El Papa se refirió a un documento que firmó renunciando en caso de impedimento médico cuando el cardenal Bertone era secretario de Estado. La referencia es a un problema de salud en el que se puede encontrar el Papa, tan grave que le impide gobernar. El problema es que no existe una ley que regule el impedimento de la sede de la diócesis de Roma. Hay una ley especial para la sede vacante, pero no hay ley sobre la sede impedida». «La de Benedicto XVI fue una renuncia cumplida en la plenitud de sus facultades psíquicas, sobre la base del canon 332, párrafo 2, hecha libre y públicamente anunciada. El Papa Francisco, por su parte, se refiere a una renuncia que se haría efectiva en caso de que caiga en una enfermedad que le impida gobernar. El problema es: ¿quién declara que el Papa está en una situación de imposibilidad de gobernar? Nadie puede deponer al Papa, ni siquiera los cardenales».
En el tema de la excomunión del Padre Rupnik y su ‘retirada’ por parte del Papa Francisco, el silencio del Vaticano es demasiado incluso para los que se consideran ‘amigos’. Doctrina de la Fe decretó la excomunión del Padre Marko Ivan Rupnik por la absolución de un cómplice de un delito grave, pero el Papa Francisco la canceló rápidamente. Dolor y perplejidad en el mundo católico y no católico. Un silencio insoportable y devastador. Días complicados para los jesuitas de todo el mundo y para el Papa Francisco. En este caso hay una parte importante y muy delicada que atañe directamente al Papa Francisco, que hasta ahora, a pesar de las continuas entrevistas y declaraciones, no ha aclarado nada sobre supresión de la excomunión sancionada por Doctrina de la Fe. Se dice incluso que Ladaria, después de los juicios y averiguaciones, quería la reducción al estado laical.
El Papa Francisco eliminó la sanción extrema para uno de los delitos más graves, es la única autoridad legitimada para decidir en esta materia, en mayo de 2020. El comunicado de los jesuitas lo confirma: “Mayo 2020: La Congregación para la Doctrina de la Fe emite un decreto de excomunión; la excomunión es levantada por un decreto en el mismo mes”. Es el Papa Francisco y solo él, quien debe explicar, si quiere, cuáles son las razones últimas de esta insoportable decisión suya de quitarle la excomunión a un amigo, declarado culpable de gravísimos delitos, impune desde hace muchos años. El asunto no se resuelve con el castigo del culpable principal, es una cuestión de confianza y credibilidad. Seguimos sumando casos a la larga lista de silencios de la actual jerarquía católica que se resiste a asumir responsabilidades y retirarse por incompetente. Más de 15 personas, todos altos funcionarios del Vaticano y altos jesuitas, han recibido cartas de víctimas de religiosas o ex religiosas durante años, y ahora resulta que no sabían nada antes de que la maliciosa prensa lo publicara.
Ante estas preguntas, un Cardenal Prefecto: “Ahora debemos hacer como la caña: inclinarnos hasta que pase el diluvio. Tarde o temprano llega el buen tiempo“. En el caso Rupnik, la prensa oficial ha renunciado a su deber de buscar la verdad, indagar, preguntar, ha preferido, salvo contadas excepciones, otros caminos: el bajo perfil, la indiferencia, el desprecio y, a veces, la desatención mentirosa. Ya no bastan palabras bien escritas y declaraciones solemnes, nos estamos tomando a chiste las excomuniones y las condenas de ‘quita y pon’ tan frecuentes en el Papa Francisco. Cosas del discernir pontificio que tantas lecciones nos da, llevamos varías catequesis sobre cómo hacerlo. El Papa Francisco no se equivoca nunca, pontifica, los demás siempre, cosas de pobres mortales que solo tenemos que acatar, y callar, no chismorrear. El caso Rupnik se ha querido tapar, ¿por ser amigo?, ¿cuántos más?. ¿Nos podemos fiar de tanta palabrería después de diez años de solemnes mentiras?
El silencio sobre el caso Rupnik es tan insoportable que el cardenal Angelo De Donatis, vicario de Roma, después de haber defendido al jesuita Marko Rupnik en el último encuentro Episcopal de Roma, tiene que emitir un Comunicado de prensa largo para justificar la posición opaca y la falta de transparencia de la diócesis de Roma. Ni una palabra de misericordia para las víctimas, las nueve religiosas abusadas en los últimos años. De Donatis habla de las «acusadas acusaciones hechas en los medios» del padre Rupnik, y señala que fue «culpable de graves abusos de varios tipos, prolongados en el tiempo, en detrimento de varias personas, a partir de principios de la década de 1990, en Eslovenia. y en Italia».
En Eslovenia, los obispos del episcopado ya condenaron los «actos inaceptables del padre Rupnik, deplorando el hecho de que hayan permanecido ocultos durante tanto tiempo». No es creíble que De Donatis pretenda lavarse las manos de forma tan descarada: “Toda la diócesis de Roma, ante esta desconcertante comunicación, especialmente mediática, que confunde al Pueblo de Dios, vive estas horas con preocupación y consternación, consciente de la extrema delicadeza de la situación, que -hay que reiterar- ha sido ampliamente tratado en oficinas judiciales que están completamente fuera de la competencia del Cardenal Vicario, y que ahora son administradas por los jesuitas”. De Donatis encargó a Rupnik, siempre presentado como ‘su buen amigo’, la tarea de renovar la capilla del seminario mayor romano.
Pues ya ven, no se entera de la vida de su buen amigo, no de lo que sucede en su tribunal diocesano, y pretende que el creamos. «La diócesis de Roma, que no ha tenido conocimiento hasta hace poco de los problemas planteados, no puede entrar en el fondo de las decisiones tomadas por otros, pero asegura, también en nombre de su Obispo, todo el apoyo necesario para la esperada solución positiva del caso, que cura las heridas infligidas a las personas y al cuerpo eclesial, llevando en la medida de lo posible a arrojar toda la luz y la verdad sobre lo sucedido: esa verdad que es la única que nos hace libres».
Lo que si anuncia, al fin, solamente por el escándalo público es que se tomarán medidas contra Rupnik para relevarlo de sus funciones como Rector de la Iglesia de San Filippo Neri all’Esquilino y Miembro de Comisión de Arte Sacro y Patrimonio Cultural diocesana y del Centro Aletti, algo es algo, el Vaticano sigue callando y manteniendo. Esta hemorragia no termina hasta que se aclare la red de amistades y los poderosos encubrimientos de los que el artista jesuita ha podido disfrutar hasta el momento. «Lo que pasó en el caso Rupnik fue una ofensa para todas las mujeres cuya primera lección es obvia: vivir y reaccionar como en estado de vigilia. Pero lamentablemente las cosas no han ido así en la Iglesia hasta hoy. La violencia contra la mujer, el abuso de poder, el abuso sexual y de poder (…) lamentablemente forman parte de una cierta vida religiosa misógina, arrogante y dominada por los hombres»
Siguen los artículos sobre el caso Pavone. Seguimos entre el silencio oficial y escasas declaraciones, alguna más que con Rupnik, pero nada de fundamento. El Dicasterio para el Clero, que impuso la sentencia, no ha dicho nada. Si es cierto que Pavone no fue informado personalmente de la decisión del Vaticano, esto es imperdonable. Es absurdo criticar a Pavone por seguir presentándose como sacerdote, si nadie le ha notificado oficialmente que no debe hacerlo. El silencio del Vaticano causa un daño real a la Iglesia, Pavone y sus seguidores continúan diciendo que fue disciplinado simplemente por su abierta defensa de la vida ¿El silencio del Vaticano es una indicación de consentimiento?
Feliz y santa noche de Navidad a todo nuestros lectores.
«…para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos por el camino de la paz».
Buena lectura.
Pavone tenía que obedecer a su obispo.