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El Papa Francisco y la rabieta de la pachamama, ¿cuatro casos de coronavirus en el Vaticano?, una ficción demasiado real.

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Solemnidad de la Anunciación del Señor. Día soleado después de una fría noche Roma. Siguen los contagiados y los fallecidos de la peste que empieza a hacerse muy presente en la ciudad y sus alrededores. Hoy empezamos a tener algún obispo que se desmelena y nos empieza a decir que con todo lo que estamos viviendo Dios no solo está hablando, está gritando. Para otros Dios no tiene nada que ver con todo esto y es simplemente un grito de la naturaleza para que los malvados humanos la cuidemos mejor. El Papa Francisco nos ilustra sobre este hecho con afirmaciones inequívocas:   «Hay un dicho, que ustedes han escuchado: ‘Dios siempre perdona’. A veces perdonamos. La naturaleza nunca perdona», «Incendios, terremotos… la naturaleza hace una rabieta para que la cuidemos». Si creemos estas tonterías podemos acabar pensado que la erupción de un volcán es por falta de caricias. Estamos volviendo al paganismo naturalista que ofrecía sacrificios para aplacar la ira de la naturaleza desatada. Es evidente que la naturaleza tiene sus leyes, esas que ahora negamos y que los clásicos llamaban la ley natural. Los seres humanos la vamos descubriendo y la utilizamos en nuestro beneficio y para nuestra utilidad. Las tormentas existen y pensar que son provocadas por una perversa nube a que hemos maltratado y se ha enfadado con nosotros no deja de ser una imbecilidad, o lo que es peor una monumental falta de fe y una apostasía sin precedentes.
En los tiempos idolátricos interpretaban que las catástrofes tenían que tener un motivo y tendían a sacrificar a los dirigentes a sus dioses culpándolos por su actuación de tanta desgracia. Podían ignorar muchas cosas que ahora pensamos que hemos descubierto pero tontos no lo eran y razón no les faltaba.

La oficina de prensa del Vaticano nos informa de cuatro casos confirmados de infección por coronavirus en el pequeño estado papal, y como siempre, tarde y mal. El primer caso nos dijeron que era una visita de un sacerdote que estaba haciendo las pruebas previas a su contrato. El segundo, lo adelantamos los medios, es un trabajador del negocio instalado en la estación de ferrocarril, los otros dos nos confirman que son empleados de los Museos Vaticanos. El Vaticano no cuenta con una estructura sanitaria y esto hace que todos los casos se traten en hospitales fuera de su territorio. Es un juego peligroso porque se tiende a jugar con los datos y a no ser claros respecto a los verdaderos contagios. No podemos seguir más tiempo martirizando a los pocos trabajadores que siguen en sus puestos, sobre todo en la Secretaría de Estado, y que ven cómo colegas suyos desaparecen con extrañas dolencias. La decisión que se ha tomado es cerrar de hecho todos los dicasterios y organismos, quedan los porteros en sus puestos, y proteger la Secretaría de Estado. Se reconocen casos en la periferia que tanto gusta, pero se niegan cuando afectan al corazón. Tenemos información fiable de que el virus ha entrado en Santa Marta y que toca a persona que está al frente de una importante sección de la Secretaría de Estado. De esto ni palabra aunque todo el mundo lo comenta. El secretismo se convierte en complicidad que puede afectar muy seriamente a la salud de las personas, nunca tiene justificación, y es un crimen. Todo apunta a que el Papa Francisco está conviviendo con el virus en la misma casa. Es muy complicado controlar una residencia colectiva como Santa Marta en la que, se quiera o no, requiere para su funcionamiento la presencia de decenas de personas que se turnan en sus oficios y conviven fuera del Vaticano con sus familias. Esperemos lo mejor, pero mucho nos tememos que los contagios no son cuatro y no afectan solo a la periferia. El  miedo se palpa y no nos parece que sea sin fundamento.

Son tiempos apocalípticos en los que se han introducido en nuestras vidas las plagas bíblicas y las peores pesadillas. Gotti Tedeschi nos ofrece una reflexión en la que vuelve su mirada sobre el mensaje de Fátima para interpretar lo que estamos viviendo. Es evidente que Dios no es ajeno a nada de lo que sucede, ni en la gran historia de la humanidad, ni en la pequeña historia de casa ser humano creado para la eternidad con un alma inmortal. Los hechos que estamos viviendo se pueden interpretar muy acertadamente como un enorme grito de Dios. Sin ir más lejos, del evangelio de ayer tomamos la frase del final de nuestra presentación: «Mira, has quedado sano; no peques más, no sea que te ocurra algo peor». La salud del alma y del cuerpo están muy unidas, no somos máquinas, ni somos espíritus puros y es evidente que el pecado nos puede traer cosas peores, personalmente y a toda la humanidad. Vivimos en tiempos que las legislaciones de nuestros países, en una espiral sin fin de imbecilidad y locura, han convertido pecados gravísimos en derechos y pensado que son los reyes de la ley natural que pueden manipular a su antojo. Pensar que esto no tiene consecuencias y que Dios es una especie de bobalicón al que nada le importa, es absurdo. Dios quiere a sus hijos y porque los quiere los ha creado para la santidad, no hay otro destino posible para el ser humano y, como buen padre,  hará lo posible y lo imposible para empujarnos en la justa dirección.

«En Londres, el editor Juan Diego Vargas está examinando un gran archivo del FBI sobre un complot en el Vaticano. El hombre acusa a Michael Wilson, un periodista independiente, de investigar. Al irse a Italia, el joven reportero comienza una investigación que destacará los eventos delicados y de alto secreto. ¿Quién impidió la elección de Gregorio XVII? Y por que ¿Quién estaba en el sótano de una sinagoga en Estrasburgo en el invierno de 1962? ¿Qué enormes trastornos causaron las altas jerarquías católicas? Pero, sobre todo, ¿qué sucedió realmente la noche del 28 al 29 de junio de 1963 en la Capilla Paulina y al mismo tiempo en un pequeño pueblo de Carolina del Sur? En la primavera de 1999, durante una cena privada en un prestigioso restaurante de Manhattan, el jesuita Malachi Martin, exorcista, teólogo y profesor del Pontificio Instituto Bíblico en Roma, contó algunos detalles impactantes sobre lo que sucedió esa noche.» Esto es solo la presentación de la novela que acaba de publicar Philip Evans, «Satanás en el Vaticano». Otra novela de ficción demasiado real en tiempos de una realidad que parece de ficción.

«Mi Padre sigue actuando, y yo también actúo».

Buena lectura.

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Comentarios
8 comentarios en “El Papa Francisco y la rabieta de la pachamama, ¿cuatro casos de coronavirus en el Vaticano?, una ficción demasiado real.
  1. Cada uno somos hijos de nuestras familias, nuestro círculo cultural y formativo y de muchas otras cosas, en fin que, en frase de Ortega, «somos yo y nuestras circunstancias. Y el papa con su frase de «Dios perdona siempre, los hombres algunas veces y la naturaleza casi nunca» no puede negar su escuela jesuítica. Ha sido un dicho muy utilizado para comentar sobre las personas, no sobre la Naturaleza (en mayúsculas y en general). Y se usaba y se puede usar para decir que, aunque Dios perdone a uno que tenga un vicio determinado, desde el alcohol hasta la falta grave de templanza en comer, o consumir estupefacientes, deja el curso normal de la naturaleza en el hombre y sus consecuencias. Nunca se ha referido esa frase en el sentido que la quiere aplicar el papa, sino en éste. La escuela se nota , la deriva es personal según parece.

  2. José siiii, hay un dicho que dice:»a pecados colectivos, castigos colectivos» SIIII, en las sociedades occidentales tanto a nivel personal, como colectivo, los políticos han legislado GRAVEMENTE CONTRA LA DIGNIDAD HOMBRE, FAMILIA, Han vuelto la espalda a Dios y a sus Santos Mandamientos. El Vaticano se ha «secularizado» con sus predicaciones Q se asemejan más pronunciadas por políticos, ídem muchos Obispos en sus Diócesis. Apostasía, culto IDOLATRICO DE PACHAMAMAS( ufff que lejos queda los chamanismos y las diarias IDOLATRÍAS Q SE COMETIERON DENTRO BASÍLICA VATICANO Y EN SUS JARDINES) en el esperpento SÍNODO DE LA AMAZONIA, CON IMÁGENES DE RELIGIOSOS Y SEGLARES, CABEZA AL SUELO Y C— EN POMPA ANTE MIRADA CUASI ENTUSIASMADA DE PAPA FRANCISCO Y OTROS… queeee horrrorrrrr!!! Qué pasa padecemos amnesia???… No entiendo, luego nos podemos sorprender que tengamos que asistir Misas online, confesiones, no sé a quién, y HORRORIZADOS POR ESTA EPIDEMIA Y LA CONSIGUIENTE CRISIS ECONÓMICA MÁS GRAVE QUE NOS VA A SUCEDER ASÍ COMO ALTO ÍNDICE DE VIOLENCIA, DESESPERACIÓN Y CRIMINALIDAD. Personalmente, creo, que poco soy y debo REZAR MÁS PARA QUE DIOS Y SU MADRE SANTÍSIMA TENGA MISERICORDIA DE NOSOTROS Y QUE ABRA LOS OJOS DE NUESTROS GOBERNANTES CIVILES Y ECLESIÁSTICOS A DIOS NUESTRO SEÑOR. No hay otro camino. Si no, leamos historia y un poco la Biblia…

  3. Siento insistir MACHACONAMENTE. Por que no aprenden de la historia el Vaticano, con el SUMO PONTÍFICE AL FRENTE, Y las iglesia, LOCALES REALIZANDO ROGATIVAS PÚBLICAS, MISAS – con las precauciones sanitarias–A PUERTAS ABIERTAS, ROSARIOS TAMBIÉN COLECTIVOS EN LAS IGLESIAS, ADMINISTRACIÓN DE SACRAMENTOS ? El decreto del 14 de marzo en su artículo 11 NO PROHÍBE LA CELEBRACIÓN DE CULTO NO CEREMONIAS EN IGLESIAS, siempre que los fieles estemos bien separados unos de otros etc..
    También echo en falta que desde tiempo, y sigue más AHORA y HOY FIESTA DE LA ENCARNACIÓN, NO SE PREDIQUE NI HABLE DEL HORROR DEL GENOCIDIO DEL ABORTO, con todas las consecuencias de una mentalidad y «CULTURA DE LA MUERTE» como OREDICABA EL GRAN S JUAN PABLO II y secundó también el heroico BENEDICTO XVI
    EN cambio, las Iglesias, el Vaticano y por tanto la sociedad haga un llamamiento a esta EPIDEMIA – no le resto importancia, por favor, que no se me mal intérprete, PERO EL AZOTE DEL ABORTO EN EL SENO MATERNO Y LOS GRAVES PECADOS CONTRA EL ORIGEN DE LA VIDA, NO SE DENUNCIA POR LA CUPULA IGLESIA Y POR LAS LICALES DE NUESTRO PAÍS Y OTROS. Siempre me acordaré de aquellas palabras del Santo Padre en 1882 en P. De la Castellana, MADRID»EL ABORTO ES UN CRIMEN ABOMINABLEEEEEEEEEEE»CON MUCHA FUERZA, PASIÓN Y FUERTE VOZ.

  4. Lo del «grito» no deja de ser un recurso para no usar la palabra clave: «castigo». Y es que si no fuese castigo, sería una forma muy cruel de comunicarse. El castigo, en cambio, no es cruel: es justo.

  5. Por favor vamos a dejarnos de Pachamamas, Plagas bíblicas, catástrofes naturales y satanás correteando por el Vaticano. Que sl cobid.19 nada sabe de todo eso. Cumplamos bien las normas sanitarias y recemos a Dios para que todo remita.

    1. Claro que el cobid 19 no sabe nada de todo eso, mas que nada porque es un virus y actúa conforme a su naturaleza. La cuestión es más profunda y afecta a la providencia divina ¿por qué que no decimos que todo entra dentro de la providencia divina?

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