Ya se ha terminado el viaje y volvemos a la guerra cotidiana que se desarrolla en territorio pontificio. Seguimos con muchos artículos, como era previsible, sobre la rueda de prensa en el viaje de regreso. Es la costumbre, el Papa Francisco goza del don, muy impropio del ministerio petrino, de armarla siempre que improvisa. A estas alturas es evidente que lo sabe y parece que le gusta, tanta caída en la misma piedra, buscada y con gusto, no se puede deber solo a la mala memoria. No hemos hecho referencia a la participación en la rueda de prensa de los hermanos separados, acompañados de sus esposas, sin especiales novedades.
Entramos en las reacciones a la breve, pero intensa rueda de prensa del Papa Francisco. Uno de nuestros lectores habituales envío un largo comentario a nuestra Specola de ayer en el que hacía un largo estudio sobre las palabras del Papa Francisco y llegaba a la conclusión que todos hemos llegado: confusión. Lo que resulta desconcertante es que con un magisterio y una obra personal tan inmensa del Papa Benedicto, pública y publicada, ahora nos cuente que en sus conversaciones personales, por lo que sabemos brevísimas, pensaba todo lo contrario y estaba feliz con las decisiones tomadas en este pontificado.
No hace muchos días, el presidente de los obispos alemanes, que es evidente que no goza de nuestras simpatías, con gran acierto, le recordaba que la iglesia, ni nada, en este mundo se gobierna con entrevistas. El Papa francisco tiene un afecto desordenado a conceder entrevistas a todo el que pasa, y a opinar de lo divino y de lo humano. El resultado es que esto, para el gobierno no sirve para nada y él lo sabe, pero cabrea a muchos y aumenta la confusión. En varios pasajes de la breve rueda de prensa reconoce que ‘no recuerda’ en temas demasiado importantes como para que se cree más confusión de la ya existe. Si algo caracteriza la enorme obra de Benedicto XVI es su claridad, todo lo contrario a una confusión buscada que no puede ser otra cosa que fruto de una confusión mental adolescente impropia de tan altas responsabilidades.
Es natural, muy compresible, que escuchemos con desconfianza tanta confusión y tanta contradicción en tan pocas palabras. No es posible que se trate al todo el mundo de inútil, de incapaz, de retorcidos sin moral, de rígidos, que deben aceptar la eterna confusión como forma de pensamiento. Recomendamos escuchar, no lo tenemos en texto, la entrevista a Tosatti sobre los últimos episodios, es el vaticanista más antiguo, con un prestigio a prueba de bomba, la encuentran en este sitio: «Fabbrica della Comunicazione. Benedetto, Francesco. Intervista a Marco Tosatti».
La muerte y el funeral de Benedicto XVI fueron, y siguen siendo, una manifestación de fe y amor a la iglesia. Los amores verdaderos no se pueden comprar, se puede comprar un espejismo que tarde menos en desaparecer que en aparecer. No es buena táctica pensar que dejando mal a todos los demás no les quedará más remedio que quererme a mí. Afirmar que: “La muerte de Benedicto XVI fue explotada por gente del partido, no de la Iglesia, gente sin ética”, se mueve al nivel de comentario de taberna, no tiene sustancia ninguna y desacredita mucho más al que lo emana que sus anónimos preceptores. El largo comentario pontificio a la ‘amistad’ y total coincidencia de opiniones entre el Papa Francisco y el Papa Benedicto solo puede ser debido a una mala memoria, esperemos que sea esto, y no a una continuada y manifiesta voluntad de retorcer la historia, mintiendo sin piedad. Emitir sentencia, aplicar condenas absurdas y ordenar silencio al que puede y debe defenderse, tiene muchos nombres y ninguno bonito.
En este enredo, alguien nos está mintiendo, no tardaremos en saberlo. Los rumores que circulan en el Vaticano hablan de un proyecto normativo aboliendo definitivamente la celebración de la misa antigua, incluidos los domingos, y aboliendo la administración de los sacramentos. ¿Nos lo venderán como algo que a Benedicto XVI le parecía muy bien y con lo que estaba en absoluto acuerdo? un paso más hacia la consolidación de una iglesia clandestina independiente del régimen.
Nos acercamos a los 10 años de la renuncia del Papa Benedicto XVI, el 11 de febrero de 2013. Un personaje clave en estos momentos que puede estar estudiando la regulación del papado emérito es Ghirlanda, del que poco bueno podemos esperar. En un ensayo publicado en el libro “Papa, ya no Papa”: «La legislación canónica trata solo del caso de muerte y de renuncia, ya que los otros dos casos, por locura cierta y perpetua o enfermedad mental total y por apostasía, herejía o cisma notorio, considerados en la doctrina como raros o improbables, no están sujetos a legislación. Sin embargo, dado que es más probable que surja el caso de locura total, sería necesaria una legislación particular».
Entrevista en la revista America SJ del cardenal McElroy sobre el sínodo y «la necesidad de una «inclusión radical» de las personas LGBT, mujeres y otros en la Iglesia Católica». Llama a deconstruir las «estructuras de exclusión» de la Iglesia: «Necesitamos una Iglesia acorde con los tiempos, que permita a todos ser parte del proceso de toma de decisiones, y que deje de lado la doctrina para ser, en cambio, sinodal, en el verdadero espíritu del término». Todo suena muy Alemán en el peculiar cardenal americano muy alejado de sus hermanos. Aquí tampoco nos faltan las confusiones del Papa Francisco: el Papa muestra que acoge a las parejas homosexuales, pero luego aprueba un documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe en el que niega bendiciones a las parejas homosexuales. En esta continua ambigüedad, en esta continua distinción entre situaciones y acciones, el pensamiento del Papa aparece confuso o, en todo caso, indefinido. En esta situación se cuela la posibilidad de implementar el «gran engaño». No sabemos si el Papa es consciente de ello o si solo actúa de buena fe, la situación existe. La pregunta es si el sínodo es un proceso que debe conducir a cambios sustanciales en la doctrina de la Iglesia, parece que algún cardenal piensa así, ¿el Papa Francisco?
“Este pueblo me honra con los labios,
pero su corazón está lejos de mí.
El culto que me dan está vacío,
porque la doctrina que enseñan
son preceptos humanos”.
Buena lectura.