Día de los Santos Inocentes, los tiempos no están para bromas, pero el buen humor ayuda. En medio mundo las bromas se gastan el primero de abril, en España e Hispano América, en este día, al grito de ¡Inocente, inocente!, rodeado del sanos jolgorios.
Ya tenemos la nefasta película cónclave en los cines y, que cada uno haga lo que quiera, pero mejor no perder el tiempo. Tenemos claro que forma parte de la precampaña previa al cónclave. Parece una locura, lo cardenales no se conocen entre sí, y han demasiadas variantes abiertas. El mundo Woke está agonizando y agotando sus últimos cartuchos. Podemos estar ante un cardenal muy ‘ in pectore’ que salga justo antes del cónclave y que reúna las condiciones de lo católicamente correcto. Su elección estaría garantizada por el número de votantes dispuestos ha hacer lo que se les diga con tal de mantenerse donde nunca soñaron llegar. No queremos poner nervioso a nadie pero todo apunta a que el ‘tapad@’ es el que semoviente que aparece en nuestra imagen de hoy. Reúne todas las condiciones y contaría con todas las bendiciones de los hermanos de las naciones unidas, seria muy bien aceptad@ por los mundos arco iris y a todo crítico se le podría excomulgar por violencia de género y machista o vete a saber, hay cosas que mejor no entrar. El tiempo lo dirá pero quédense con la cara, por si acaso, el Papa Francisco lo saludo muy amablemente y con gran complicidad en la audiencia del 16 de diciembre y en el Vaticano no se habla de otra cosa, in pectore, pero se habla.
Y nos vamos con los muy interesantes artículos de hoy. En Roma hay más cárceles que Rebibbia y parece que la elegida para la puerta santa era ‘Casal de Marmo’, pero el gobierno italiano desvió el deseo del Papa Francisco. La situación en la cárcel es complicada y el mismo Papa Francisco, de su puño y letra, escribe a la periodista Gaia Tortosa: “Esas palabras, ‘falta la humanidad’, nos hacen reflexionar. Ese ‘Casal del Marmo explota ‘nos hace sufrir».»Rezo y haré todo lo que pueda». Se habla de «falta de higiene» y «habitaciones sin calefacción», así como de «suciedad» generalizada. Un lugar querido por el Papa, donde dos veces, en 2013 y 2023, celebró la misa en Coena Domini el Jueves Santo.
El Papa Francisco ha pedido a la comunidad internacional tres acciones concretas para dar sentido al año jubilar: perdonar la deuda de los países pobres, abolir la pena de muerte y establecer un fondo global para luchar contra el calentamiento climático y el hambre en el mundo. El Papa Francisco critica el capitalismo y rechaza el nacionalismo, en el que se nos presenta como el jubileo más político de la historia. Los objetivos para la vida de la iglesia, si existen, no son otros que ajustarse a las agendas de las naciones unidas.
No ganamos para disgustos en el Vaticano y la activista de Femen Yana Fedorets, en topless y con la inscripción » Putin es un criminal de guerra» sobre sus hombros, saltó una barrera e intentó robar el niño Jesús del nacimiento de la plaza de San Pedro sin conseguirlo. La policía la bloqueó inmediatamente y se la llevaron. La organización acusó al Papa y a las instituciones internacionales de inacción. Femen es un movimiento de protesta feminista ucraniano fundado en Kiev en 2008 que se ha hecho famoso por la práctica de manifestarse con los pechos al aire, ayer en Vaticano, y era fresco.
Ludwig Ring-Eifel, de la agencia de noticias alemana KNA, dijo que ver al Papa tan falto de aliento en una conferencia de prensa en la que estaba demasiado enfermo para responder a las preguntas preparadas fue “un momento difícil para mí… y se nota que esta situación también ha afectado emocionalmente a muchos colegas”. A principios de marzo, Andrew Napolitano, un juez retirado del Tribunal Superior de Nueva Jersey, se alojaba en Santa Marta: “El Papa está mal de salud, apenas puede hablar o caminar; e irradia tristeza”, informó . “No creo que esté allí mucho más tiempo”. Los nervios del Vaticano siempre están a flor de piel en los últimos años de un pontificado. El Vaticano está paralizado por los escándalos, pero esta vez, los corresponsales que trabajan para medios seculares y católicos están tratando de proteger al Papa Francisco muy al contrario de lo que sucedió con el Papa Benedicto XVI. Una guardia pretoriana de periodistas liberales, en 2013 apostaron su reputación por “el Gran Reformador”, y han ocultado o minimizado acusaciones que torpedearían la carrera de cualquier líder secular occidental. El primer papa jesuita ha tratado de proteger de la justicia a varios repulsivos abusadores sexuales, por razones que nunca se han explicado.
El personal del Vaticano, que tiene que lidiar con un Papa que se parece poco a la figura chistosa y paternalista que ven en la televisión. Están aterrorizados por un jefe cuyo gobierno autocrático está determinado más por sus arrebatos de ira y resentimientos latentes que por una agenda teológica. Y no pueden ocultar su satisfacción por el hecho de que un escándalo particularmente espantoso que involucra a un aliado papal, el padre Marko Rupnik, está desmantelando la fachada del “pontificado del Juego del Calamar». El caso Rupnik es el escándalo más repugnante con el que me he topado en más de 30 años de informar sobre la Iglesia Católica. El año pasado, ante una explosión de ira en las redes sociales, el papa Francisco dijo que actuaría contra su amigo Rupnik, pero no lo ha hecho. Tampoco ha explicado por qué, cuando Rupnik se enfrentaba a la excomunión por abusar del confesionario para “absolver” a una de sus víctimas sexuales femeninas, fue invitado a realizar un retiro en el Vaticano, o por qué su posterior excomunión fue misteriosamente levantada en cuestión de semanas con la aprobación del papa Francisco.
Otro escándalo tóxico sigue desarrollándose en Argentina. En 2016, el obispo Gustavo Zanchetta, el protegido más mimado del ex cardenal Bergoglio, tuvo que renunciar a la diócesis de Orán tras ser acusado de corrupción financiera y de intentos agresivos de seducir a seminaristas. ¿La respuesta del Papa? Zanchetta viajó en avión a Roma y le inventó un trabajo: “asesor” de los fondos administrados por la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA). Zanchetta fue condenado por agredir a seminaristas, a pesar de que Roma se negó a proporcionar los documentos solicitados por el tribunal argentino. Está cumpliendo su condena en una casa de retiro en medio de informes de que sus acusadores están siendo acosados y con permisos para viajar a Roma por problemas y salud y poder visitar a su protector. La historia está volviendo a atormentar a Francisco, con funcionarios que envalentonados por su control cada vez menor sobre el gobierno de la Santa Sede, están haciendo circular documentos extremadamente perjudiciales que sugieren que el Papa está aún más enredado en el escándalo de lo que se sospechaba anteriormente. Y hay otros casos: como arzobispo de Buenos Aires, Francisco intentó sin éxito mantener al abusador de menores, el padre Julio Grassi, fuera de la cárcel, encargando un informe que tildaba a sus víctimas de mentirosas.
Los oscuros secretos de este pontificado pesarán mucho en la mente de los cardenales, pero hablarán en clave: nadie quiere correr el riesgo de destrozar abiertamente la reputación de un Sumo Pontífice recientemente fallecido (o retirado). Pero los cardenales se verán obligados a hablar de las divisiones cada vez más venenosas entre los católicos liberales y conservadores, que se remontan al Concilio Vaticano II pero que se han agravado mucho bajo este pontificado. Y les resultará difícil trazar una línea entre las políticas de Francisco y su personalidad, ya que se deleita visiblemente en usar sus poderes para sorprender a la Iglesia universal. El Papa Francisco ha emitido un torrente de resoluciones papales conocidas como motu proprio (literalmente, “por su propia voluntad”): más de 60 hasta ahora, seis veces más frecuentemente que Juan Pablo II. Han introducido cambios en la liturgia, las finanzas, el gobierno y el derecho canónico. A menudo llegan sin previo aviso y pueden ser brutales: el Papa ha utilizado este mecanismo para tomar el control de la Orden de Malta , por ejemplo, y para despojar al Opus Dei de su marco jurídico. Siente una antipatía patológica ante los llamados católicos concervadores, y rara vez pierde la oportunidad de señalar su “rigidez” o de burlarse de sus vestimentas, decoradas con lo que él llama “encajes de abuela”.
El lord conservador británico Lord Moylan, desahogó su furia en un mensaje en X: “Esta tarde oí una maravillosa Misa Tridentina. No os diré dónde fue por si Arturo envía a sus secuaces. Sólo diré que el catolicismo inglés tiene una tradición centenaria de misas clandestinas. Lo único que ha cambiado es quién nos persigue”. El nuevo prefecto de la DDF, el cardenal Víctor “Tucho” Fernández, el más excéntrico de los protegidos argentinos del Papa, se descolgó con su ‘fiducia supplicans’. Es difícil exagerar lo extraño que fue nombrar a Fernández para dirigir la DDF. Era más conocido por escribir un libro sobre la teología del beso , hasta que se descubrió que también había escrito uno sobre la teología de los orgasmos , que contenía pasajes tan perturbadores que el propio Tucho lo pensó mejor y trató de ocultar todas las copias existentes. ¿Cómo pudo este peso ligero y vergonzoso llegar a ocupar un cargo que anteriormente había ocupado Benedicto XVI, quien, como Joseph Ratzinger, fue posiblemente el mayor teólogo católico del siglo XX? Una teoría es que Fernández no era la primera opción de Francisco, pero se filtró el nombre de su candidato preferido , el obispo progresista alemán Heiner Wilmer, y por eso eligió a otra persona. Tan pronto como asumió el cargo, Tucho escribió Fiducia Supplicans y la dejó sobre el escritorio de Francisco sin mostrarla a otros cardenales.
Ya existía una creciente división entre los obispos católicos, encabezados por progresistas alemanes y estadounidenses, que pensaban que estaba bien bendecir a las parejas homosexuales y los que pensaban que eso suponía una burla a las enseñanzas de Cristo. Después de Fiducia, esa división parece irreparable. El 11 de enero, los obispos de África occidental, oriental y central anunciaron conjuntamente que “no consideran apropiado que África bendiga las uniones homosexuales o las parejas del mismo sexo”. Francisco, impredecible como siempre, dijo entonces que estaba bien porque eran africanos, echando así a Tucho por los suelos, exponiéndose a acusaciones de racismo y ofendiendo al lobby LGBT. Los activistas de los derechos de los homosexuales ya estaban mortificados por la “aclaración” del Vaticano del 4 de enero, en la que se afirmaba que las bendiciones de las parejas del mismo sexo debían durar un máximo de 15 segundos y “no eran un respaldo a la vida que llevan”.
Después de estos años el personaje es sobradamente conocido: “Es uno de los hombres más complicados que he conocido”. “Puede ser tremendamente divertido y también increíblemente vengativo. Si lo enfadas, te dará una patada cuando estés en tu punto más bajo”. “Pero no piensen que es un estratega experto. Es un táctico torpe que pasa el tiempo provocando y apagando incendios. Su prioridad número uno, por encima de todo lo demás, es ser inescrutable. No quiere que nadie sepa lo que planea hacer y, si lo descubren, hará lo contrario, incluso si eso perturba sus planes”. Si Francisco cancela cualquier plan previsto por los medios, eso ayuda a explicar el desastre de la Fiducia Supplicans : Monseñor Wilmer es probablemente más heterodoxo que el Cardenal Fernández en el tema de la homosexualidad, pero nunca habría puesto su nombre en los “garabatos amateurs de Tucho”.
El Papa Francisco cambia de marcha con rapidez. Un libro recién publicado por el francés Jean-Pierre Moreau retrata a Jorge Bergoglio como un iconoclasta liberal inspirado en una teología de la liberación cuasi marxista. Creo que eso es un error, y él es lo que siempre ha sido: un peronista. Como Juan Perón, el presidente populista de Argentina durante su infancia, está más interesado en el poder que en las ideas. La noche de la elección de Francisco, el sitio web tradicionalista Rorate Caeli publicó un grito de angustia de Marcelo González, un periodista de Buenos Aires. El título era “¡El horror!” y describía al modesto personaje que acababa de salir al balcón de San Pedro como “el peor de todos los candidatos impensables”. Bergoglio era un “enemigo jurado de la Misa tradicional” que había “perseguido a cada sacerdote que se esforzaba por llevar sotana”.
Pero ¿es Francisco realmente un liberal? El hecho de que deteste a los conservadores no significa que apoye la ordenación de mujeres (no lo hace) y no hay que sacar demasiadas conclusiones a partir de las ocasionales fotografías que se hacen con algún católico LGBT: los rumores en la Curia sugieren que, cuando el Santo Padre baja la guardia y utiliza el argot escatológico de Buenos Aires , no se muestra especialmente elogioso con “los gays” o con algunas otras minorías. Es difícil explicar la generalización del clero gay en su entorno, tanto en Argentina como en Roma, pero él sabe qué armarios contienen esqueletos. Era conocido: “Cuando Bergoglio visitaba Roma en los viejos tiempos, se instalaba entre otros visitantes en la Casa del Clero, absorbiendo los chismes, muchos de los cuales eran sobre el clero gay. Y no los olvidaba”. (La Casa es donde Francisco volvió para pagar su cuenta después de su elección y se aseguró de que hubiera cámaras instaladas para registrar su humildad).
Por supuesto, el futuro Papa no estaba solo en la recolección de información de esta manera. El estadounidense Theodore McCarrick y el belga Godfried Danneels estaban ambos en desgracia, tras haber sido descubiertos tratando de salir de escándalos sexuales mintiendo. Las agresiones de McCarrick a seminaristas habían sido un secreto a voces en la Iglesia estadounidense durante décadas, mientras que Danneels ya había sido descubierto tratando de encubrir el abuso incestuoso de un niño por parte de uno de sus obispos. Francisco rehabilitó inmediatamente a ambos. McCarrick reanudó su papel como emisario y recaudador de fondos del Papa (aunque Francisco finalmente tuvo que destituirlo cuando fue acusado de abuso infantil). Danneels, increíblemente, recibió una invitación papal en el sínodo sobre la familia. Mientras tanto, las reformas financieras de Francisco comenzaron de manera prometedora. Durante la larga y finalmente exitosa batalla de Pell para limpiar su nombre, Francisco inexplicablemente dio vía libre a Becciu, quien ya era sospechoso de tener su mano en numerosas cajas. Becciu aprovechó la oportunidad para despedir a Libero Milone , el auditor independiente designado por Pell, amenazándolo con arrojarlo a una celda de la cárcel del Vaticano por el delito de «espionaje», es decir, hacer su trabajo. Finalmente, el propio Becciu fue despedido, pero curiosamente lo nombró cardenal. El obispo Nunzio Galantino era presidente de la APSA cuando Zanchetta se escondía allí en el no-trabajo de “asesor”. Esperaba ser nombrado cardenal cuando se jubilara, no lo fue y está furioso .
Hay muchas incógnitas abiertas, “cuando se publicó Fiducia Supplicans , los cardenales africanos abandonaron de la noche a la mañana su culto a Francisco. La gran mayoría no votará por nadie que haya apoyado a Fiducia” , actualmente hay 17 cardenales electores africanos, a ellos podemos añadir al menos 10 cardenales de Asia, América Latina y Occidente que comparten sus puntos de vista, aunque utilicen una retórica más suave. Según las reglas actuales, un papa debe ser elegido por una mayoría de dos tercios de los cardenales electores. Esto significa que los conservadores sociales, si unen fuerzas con el número significativo y pueden bloquear a cualquiera que se considere progresista en materia de homosexualidad.
Tagle está descartado y también es complicado para Zuppi aunque con Benedicto XVI desarrolló un entusiasmo por la antigua liturgia, incluso aprendió a celebrar la misa tridentina, no es un fanático de Fiducia Supplicans , pero en este momento la tolera. Blase Cupich de Chicago no es papable ; tampoco lo son los “chicos McCarrick” Tobin, McElroy, Gregory y Farrell, o los veteranos izquierdistas europeos Hollerich, Marx y Czerny. Grech ha visto su reputación derrumbarse junto con la del sínodo desdentado, lo describen como el mayor adulador de la Curia. Papabili conservadores de línea dura no hay ninguno; Francisco al menos se ha asegurado de ello. Pero hay una posibilidad conservadora moderada: el cardenal Péter Erdő, primado de Hungría, un observador del Vaticano lo describe como «aburridamente conservador, que puede ser exactamente lo que necesitamos ahora». Entre los cardenales moderados, que son difíciles de encasillar, el más reciente papable es Pierbattista Pizzaballa, el patriarca latino de Jerusalén nacido en Italia. No es difícil creerle cuando dice que no tiene absolutamente ningún deseo de ser Papa, es posible que se vea obligado a pensarlo de nuevo.
Tres nombres siguen apareciendo: William Goh de Singapur, ortodoxo en materia de sexualidad, que critica discretamente la rendición a Pekín; Charles Maung Bo de Myanmar, también crítico del acuerdo con China; y You Heung-Sik, el nuevo prefecto del dicasterio para el clero de Corea del Sur. El más veterano de todos los papabili es Parolin, de 69 años está visiblemente en maniobras y su candidatura se está tomando en serio. Parolin estaba en el cargo cuando su adjunto Becciu y otros estaban malversando o jugando con miles de millones de dólares de los fondos de la Iglesia. Es el arquitecto del acuerdo de 2018 del Vaticano con Pekín y Zen lo tiene claro: “Es tan optimista. Eso es peligroso. Le dije al Papa que él [Parolin] tiene una mente envenenada. Es muy dulce, pero no confío en esta persona. Él cree en la diplomacia, no en nuestra fe”. En el Vaticano se sabe que “Es amable con todo el mundo, pero tiene un vacío en el interior. Además, su salud es mala. [Todos en Roma mencionan rumores de cáncer y Parolin no lo ha negado.] La última vez que lo vi estaba tan frágil que tenía miedo de estrecharle la mano”. Los hay retorcidos que piensan que: “No me sorprendería que la gente de Parolin exagerara el tema del cáncer, porque creen que los cardenales quieren un pontificado corto”.
Es una apuesta justa que, en sus conversaciones previas al cónclave, la mayoría de los cardenales estarán de acuerdo en que el próximo Papa debe ser alguien capaz de supervisar un trabajo de reparación de emergencia que aclare la doctrina, el alcance de la autoridad eclesiástica y ponga fin a la yihad contra los católicos tradicionalistas, muchos de los cuales son una o dos generaciones más jóvenes que los boomers que los acosan y hablan en jerga. Los cardenales saben que deben investigar profundamente el pasado de los principales contendientes, no tienen otra opción. El próximo Papa se enfrentará al escrutinio instantáneo y despiadado de los investigadores Un artículo de 2021 en The Tablet del historiador de la Iglesia Alberto Melloni describió una catástrofe demasiado creíble : “El Papa recién elegido sale. Y mientras sonríe y se presenta humildemente a la multitud en la plaza, una publicación solitaria en las redes sociales hace una acusación sorprendente”. El nuevo Papa, cuando era obispo, no había actuado contra un sacerdote que cometió más delitos. “En la plaza y en los palcos de prensa, las miradas bajan del balcón a sus teléfonos inteligentes… El Papa vuelve a entrar y dimite. La sede vuelve a estar vacante”.
No se puede caer en el mismo error y la verdad es que muchos católicos en Argentina, de todo el espectro ideológico, conocían los defectos de carácter de Francisco: su secretismo compulsivo, sus ajustes de cuentas, sus alianzas inquietantes y su gobierno basado en el miedo pero nadie les preguntó. El nuevo Papa debe ser un hombre santo que no tenga nada sucio, debe ser irreprochable, eso es mucho más importante que si es “liberal” o “conservador”. Cuando el nuevo Sumo Pontífice salga al balcón, habrá un momento de nerviosismo mientras los fieles revisan sus móviles, pero solo si los cardenales han hecho bien su trabajo, los aplausos se reanudarán rápidamente.
Nos llegan noticias tranquilizadoras desde Siria. La Navidad en Siria se celebró «en medio de garantías de las nuevas autoridades de que los cristianos podemos seguir practicando nuestras costumbres y de algunas acciones claramente anticristianas que se suceden aquí y allá». El párroco de Alepo, el padre Bahjat Karakash: «El panorama en el territorio sirio sigue siendo desigual: aquí en Alepo la única variable fue el adelantamiento de los tiempos de las misas, para que la gente pueda regresar a casa no demasiado tarde, dado que la noche podría ser cada vez más peligroso, sobre todo cuando no hay electricidad y las calles se vacían y se hunden en la oscuridad y el silencio». «Durante nuestras celebraciones, las iglesias estuvieron llenas de fieles, como cada año, mientras una presencia masiva de agentes de seguridad y hombres armados protegían nuestros barrios. Esto fue una buena señal de la voluntad de las autoridades civiles de velar por la seguridad y, gracias a Dios, no se registró ningún accidente».
Artículo publicado por The Guardian sobre como el Grupo Bilderberg se transforma para el mundo moderno y el regreso de Trump. El exjefe de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha sido nombrado nuevo copresidente. El primer Bilderberg de Stoltenberg se remonta a 2002, unos años antes de su segundo mandato como primer ministro de Noruega.
Y terminamos con Montejano que nos ofrece una reflexión sobre el momento actual en ¿SALIDA O LIQUIDACIÓN DE LA IGLESIA? está en español y a el remitimos para no alargarnos. Se centra en los últimos datos de la religiosidad en Alemania. «En 2016, el 60% de los alemanes confiaba y creía en el Papa Francisco; hoy, después de ocho años de gobierno, el porcentaje es del 16%». Y da un repaso a la situación de la iglesia en el mundo y concluye que : «hasta que no cambie la mentalidad del grupo de burócratas y matones que hoy dirigen nuestra iglesia en liquidación, no hay futuro, pero Dios puede hacer lo imposible».
Buena lectura.
¡¡¡Francisco, dimisión!!!