El Papa Francisco está en Marsella, que no en Francia, empezamos recordándolo porque no es ni la primera ni la segunda noticia en los grandes medios. Estamos consiguiendo que lo que dice o hace el Papa Francisco interese muy poco, únicamente si causa confusión para arrimar las cosas a lo políticamente correcto. En el mejor de los casos vemos que se califica de un viaje político y de apoyo a la inmigración en un momento en que en Francia, también en Marsella, que parece ser una ciudad francesa, están viviendo una creciente escalada de violencia social en torno a ‘tribus’ que van colonizando Europa.
Los periódicos franceses denotan frialdad y observaciones críticas hacia la presencia del Papa Francisco. En Francia la opinión dominante sobre la gestión de los flujos migratorios no parece particularmente similar a la del Papa Francisco, así en Le Monde: «Emmanuel Macron y el Papa Francisco, dos visiones divergentes de la inmigración ”. «Si bien la afluencia de personas a Lampedusa pone a prueba las relaciones europeas, el mensaje inicial del Vaticano no está en sintonía con las posiciones francesas». «Los fieles franceses tienen una relación compleja, para algunos incluso rota , con este Papa, que concede poco interés a los países del Viejo Continente». En Le Parisienne: «Marsella acoge al Papa de los inmigrantes», o en Le Figaro: «La visita muy política del Papa Francisco a Marsella».
Gran defensa del Papa Francisco a las ONG que ‘salvan a los inmigrantes ‘. Organizaciones que «se hacen a la mar», atacando a quienes » muchas veces lo impiden «. Se trata de » gestos de odio disfrazados de equilibrio «. » No podemos resignarnos a ver a los seres humanos tratados como bienes de intercambio. Ya no podemos presenciar las tragedias de los naufragios, debido al odioso tráfico y al fanatismo de la indiferencia. Hay que rescatar a las personas que corren el riesgo de ahogarse si son abandonadas sobre las olas. Es un deber de la humanidad, es un deber de la civilización». «Tenemos ante nosotros una encrucijada. Por un lado, la fraternidad, que fecunda de bien a la comunidad humana; por el otro, la indiferencia, que ensangrienta el Mediterráneo. Nos encontramos en una encrucijada de la civilización».
Las noticias del sínodo, pocas, se centran en la designación por parte del Papa Francisco de dos obispos chinos en la lista de participantes en el sínodo nos dicen que es fruto del Acuerdo Provisional con Pekín. El otro protagonista es Ladaria y su desaparición. El anuncio lo hizo monseñor Luis Marín de San Martín, subsecretario de la Secretaría General del Sínodo, durante una reunión de formación sobre la asamblea reservada a los periodistas, dijo que desconocía los motivos de la retirada comunicada por Ladaria al Papa Francisco. A pesar del silencio de la comunicación oficial, la decisión del cardenal español estuvo inevitablemente ligada a la reciente nota del Vicariato de Roma que «absolvió» a Marko Rupnik de las acusaciones de abuso, suscitando incluso dudas sobre el trabajo del Dicasterio para la Doctrina de la Fe con el pasaje en el que se habla de «procedimientos gravemente anómalos cuyo examen ha generado también dudas fundadas sobre la propia solicitud de excomunión». Evidentemente demasiado incluso para el afable profesor de teología dogmática a quien Francisco llamó en 2017 para reemplazar al crítico cardenal Gerhard Ludwig Müller. Ya jubilado y a punto de cumplir ochenta años, Ladaria parece haber optado por dar una señal pública de su decepción.
La credibilidad de la Iglesia en la cuestión de los abusos corre el riesgo de verse arrollada por el muro levantado en defensa de Rupnik . Las presuntas víctimas del artista esloveno expresaron su enfado en una carta en la que el informe final de la visita canónica acusaba de ridiculizar su dolor. La conclusión es que nada hay nada malo aquí, si es bueno para la comunidad del centro. Los que es cada vez más claro es que el Papa Francisco debe estar detrás de todo esto, dado que él es el hombre que está en la cima de la Diócesis de Roma, de doctrina de la Fe y de la Compañía de Jesús. El Papa Francisco está usando su curia diocesana para subvertir públicamente la autoridad del máximo departamento disciplinario de su Vaticano y la credibilidad de los jesuitas. Todo esto es catastrófico para la credibilidad del Papa en la reforma sobre los abusos, y un escándalo que definiría su legado.
Ha fallecido Giorgio Napolitano, presidente de la república italiana. La amistad con el Papa Ratzinger plasmada en un artículo para el Osservatore Romano titulado «Mi amigo Benedicto XVI». “No dudo en confesar que uno de los componentes más bellos que caracterizó mi experiencia fue precisamente la relación con Benedicto XVI. Descubrimos una gran afinidad juntos, experimentamos un sentimiento de gran respeto mutuo». Recibió al Papa Francisco durante su visita al Quirinal en 2013.
Interesante y largo artículo escrito por Ken Craycraft sobre la Veritatis Splendor de Juan Pablo II, tan relevante hoy como cuando se promulgó hace 30 años. Sin duda, algunos aspectos de la encíclica tienen una relevancia perenne, independientemente de la época. Lamentablemente, las teorías específicas que el Papa condenó han pasado de la especulación académica a una supuesta proclamación magistral. La intención de Juan Pablo en Veritatis Splendor era “reflexionar sobre toda la enseñanza moral de la Iglesia”, reafirmando “algunas verdades fundamentales de Doctrina católica». Este enfoque más fundacional fue necesario debido a “un cuestionamiento integral y sistemático de la doctrina moral tradicional”, que tendía a separar “la libertad de su relación esencial y constitutiva con la verdad”. Esta tendencia, que se encontró “incluso en seminarios y facultades de teología”, no se limitó a disentir de enseñanzas morales particulares, sino que amenazó con socavar los fundamentos mismos de la teología moral católica. Hoy nos movemos en la locura que ya nos anunció la encíclica con el proporcionalismo, los llamados actos “premorales”, por el que no puede juzgarse algo como “bueno” o “malo” sin medir el resultado proporcional de la elección. Si el resultado del acto es más favorable que no puede ser moralmente buenas. Además de las implicaciones teológicas morales de esta tesis, la combinación de estas teorías tiene una profunda importancia sacramental. Si ningún objeto moral está intrínsecamente desordenado, primer elemento de un pecado mortal, no puede haber pecado mortal.
No menos interesante el libro ‘póstumo’ de George Pell ‘Pell contra mundum’ que recoge diversas intervenciones de quienes conocieron de cerca al cardenal y tres textos escritos por el propio Pell. Entre ellos, un artículo publicado en The Spectator de Londres el 11 de enero de 2023 en el que el cardenal plasma su seria preocupación por la situación de la Iglesia, asediada por una mentalidad mundana y un sueño sinodal que se ha «transformado en una pesadilla tóxica a pesar de las buenas intenciones profesadas por los obispos». Un texto que retoma y resume el hoy conocido memorando que, firmado con el seudónimo Demos, circuló en el Vaticano meses antes de la muerte del cardenal y que posteriormente se le atribuyó.
Introducción del cardenal indio Oswald Gracias que lo presenta como un «mártir blanco» por la persecución judicial y mediática que sufrió por presuntos abusos y el agotador juicio que le valió 404 días de aislamiento en una prisión de máxima seguridad hasta la sentencia final del Tribunal Superior australiano que lo absolvió por unanimidad de los cargos por considerarlos infundados. Un calvario que, según el cardenal Gracias, permite incluir a Pell entre «gigantes» como el cardenal Mindszenty de Budapest o Wyszynski de Varsovia. Su muerte, afirma Gracias, privó a la Iglesia «de una voz clara y valiente». El título compara a Pell con San Atanasio: Athanasius contra mundum, por la decisión con la que el santo combatió la herejía arriana que se estaba extendiendo por todo el imperio. La Iglesia se encuentra ante una «herejía monumental» que, sin embargo, no concierne a la naturaleza de Cristo, sino a la del hombre, amenazado por la ideología del despertar, la última de las corrientes del pensamiento moderno, que pretende reinterpretar no sólo la estructura de la sociedad sino también la de la familia y la naturaleza humana. El cardenal Pell luchó contra este peligro, alzando la voz sin miedo a ser marginado y ridiculizado.
Comparando a Pell con san John Henry Newman: «El proceso sinodal actualmente en curso revela que tal atención a las raíces y a la salvaguardia no está presente ni es considerada. Todo esto pone de relieve el notable paralelo entre las figuras de Newman y Pell. Las similitudes son sorprendentes.» “Cuando uno de los dos percibió una clara amenaza a la tradición apostólica, se hizo oír y denunció el grave problema en cuestión”. Pell ha sido acusado de crear divisiones en el seno de la Iglesia, pero quienes las provocan son más bien quienes «abandonan la tradición (…) o intentan socavarla, diluirla o rechazarla». Las preocupaciones del cardenal Pell son las preocupaciones de una buena parte de los católicos que hoy miran con extrema ansiedad el próximo sínodo de los Obispos con la esperanza de que la voz del difunto cardenal no sea completamente ignorada y pueda representar una barrera contra las peligrosas derivas de un wokismo de corte eclesial. Pell es el «padre ausente del Sínodo».
Terminamos con la fiesta del Padre Pío que hoy celebramos. Se cumplen hoy cincuenta y cinco años del tránsito al cielo del Padre Pío, hasta el momento, el primer y único sacerdote estigmatizado de la historia de la iglesia canonizado. En 1912 percibió los primeros signos de los estigmas. En 1916 partió a San Giovanni Rotondo con idea de pasar un tiempo, pero permaneció allí el resto de su vida. En agosto de 1918 experimentó la transverberación, sintiéndola como un dardo de fuego que se le clavaba en el corazón, y en septiembre los estigmas, «visibles y sangrantes» que nunca cesaron. Al Padre Pío no le faltó la estrecha vigilancia del Santo Oficio dudaba de la «sobrenaturalidad de los hechos». No pudo oficiar misa públicamente ni remitir escrito alguno, una década de reclusión en su celda, soportando interrogatorios entre las sospechas de sus hermanos, de miembros de la Santa Sede y médicos. Murió un 23 de septiembre de 1968.
«Los de la tierra buena son los que con un corazón noble y generoso escuchan la palabra, la guardan y dan fruto perseverando».
Buena lectura.
George Pell Contra Mundum. E contro il wokismo in salsa ecclesiale.
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«apa Francesco ringrazia le Ong che salvano i migranti in mare». A mi parecer esas ONG son en buena medida los responsables de que esa pobre gente en África abandonan sus países con la falsa esperanza de encontrar una suerte de utopía en Europa. Cuesta más de $3000 trasladarse de la África Subsahariana a Europa. ¿Si son tan pobres, como es que pueden juntar esa suma para lanzarse a esa locura? Se está viendo con el caso de Niger como Francia y otros países occidentales tienen una buena parte de la responsabilidad de la pobreza en las excolonias donde se practica un neocolonialismo. Como siempre, Francisco no analiza el problema.