Hoy hemos adelantado el paseo matutino por la plaza de San Pedro. A estas horas, son las seis y media de la mañana no hay nadie y todo se inunda de un extraño silencio y solemnidad, ha terminado el tiempo de los hombre y esperamos el tiempo de Dios. El travertino romano inicia a colorearse con las primeras luces, en unas horas los restos mortales del Papa Francisco llegarán a la Basílica. El anuario pontificio, que para estas cosas sigue siendo fuente fiable, bajo el título I Sommi Pontefici Romani, excluyendo a los que indica como antipapas, hemos tenido 264 papas y 266 papados. Esto se debe a que Benedicto IX accedió en tres ocasiones al papado. De entre todos los papas, 42 han ejercido el pontificado durante menos de un año y 10 lo han ejercido durante más de 20 años. El papa con el pontificado más largo del que se tienen datos fidedignos fue Pío IX y el pontificado más corto fue Urbano VII que duró 13 días. Un número significativo de papas han sido reconocidos como santos incluyendo a 52 de los primeros 54 papas, y otros están en proceso de canonización, los primeros 31 papas, excepto Ceferino , murieron martirizados. Se ha pasado página de un pontificado y todo espera el pontífice 265, uno más en esta historia de encarnación en la historia del evangelio en el tiempo.
La noche de ayer un rosario en la plaza acompaño al Papa Francisco difunto en la capilla de Santa Marta, el cardenal re presidió ante unos centenares de fieles. No son los tiempos de San Juan Pablo II y los elogios fúnebres mediáticos al Papa Francisco no se traducen en masas de fieles rezando. Estamos asistiendo a una especie de idolatría totalitaria del “Papa Francisco” por parte de todos los medios de comunicación, periódicos, televisión, llamados “talk shows”, periodistas, pseudo “intelectuales”, políticos, cantantes, bufones, payasos, y todo tipo de fauna mediática. Mientras el pueblo cristiano rendirá homenaje al féretro del Papa Francisco los cardenales celebrarán los llamados “Novendiali”: nueve días de luto durante los cuales se celebrarán misas en sufragio por el alma del pontífice difunto que culminarán con el funeral propiamente dicho, presidido por el decano del Sacro Colegio, Re. Al menos quince días después de la muerte -por lo que se cree que será entre el 5 y el 10 de mayo- cuando comenzará el cónclave. Los cardenales electores por el momento son 135 que tendrán que llegar a Roma, algunos ha han anunciado que no estarán, e instalarse en el Vaticano en Santa Marta.
¿Qué pasa ahora? No todos los cardenales han tenido la oportunidad de llegar a Roma todavía, y por lo tanto, tener una congregación general es injusto y posiblemente evidencia de que todo el cónclave será manejado por miembros de la curia para lograr un resultado deseado; en otras palabras, que la primera congregación general programada apresuradamente podría ser evidencia de que el arreglo está arreglado, o al menos de que algunos cardenales son más iguales que otros. Desde ahora y hasta que tengamos un Papa, el colegio de cardenales gobernará la Iglesia, o al menos gestionará las cosas, hasta que pueda elegirse e instalarse un nuevo Obispo de Roma. ¿Por qué la gente ha reaccionado como si la primera reunión de ayer fuera una especie de conspiración? Hay mucha desconfianza persistente hacia el Sínodo sobre la sinodalidad, especialmente por parte de los prelados que creían que era un proceso controlado que en realidad no escuchaba las voces de los participantes ni los honraba y el macarrista Kevin Farrell no da mucha confianza
Se ha puesto en marcha la maquinaria que conducirá a la fumata blanca y al nombre del sucesor de Pedro y Vicario de Cristo. Los cardenales no pueden postularse pero siempre hay algunos favoritos conocidos convencionalmente como » papabili «, aunque puede ser elegido «cualquier varón católico bautizado», desde 1378 sólo se han seleccionado cardenales. El elegido deberá recibir al menos dos tercios de los votos de aquellos cardenales que tengan menos de 80 años en un proceso sagrado y secreto que no es un concurso de popularidad. Jorge Mario Bergoglio fue considerado demasiado viejo para ser elegido Papa en 2013 , a los 76 años, y Karol Wojtyla no figuraba en ninguna de las listas de favoritos. Los que más salen en los papeles son Péter Erdö , de 72 años, arzobispo de Budapest y primado de Hungría, Reinhard Marx , de 71 años, arzobispo de Múnich y Freising , Ouellet , un canadiense de 80 años, Parolin , italiano de 70 años , es secretario de Estado de Francisco desde 2014. El Estadounidense Prevost , de 69 años y nativo de Chicago , podría representar una novedad. Sarah , de 79 años, originario de Guinea considerado durante mucho tiempo como la mejor esperanza para un Papa africano. Schoenborn , de 80 años, arzobispo de Viena, Tagle , de 67 años y oriundo de Filipinas , parece ser la elección de Francisco para ser el primer Papa asiático y Zuppi , de 69 años, arzobispo de Bolonia y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, elegido en 2022, estrechamente vinculado a la Comunidad de Sant’Egidio.
The Pillar da sus candidatos: «El nombre de Parolin aparecerá con fuerza en los medios. También lo harán los nombres de Zuppi, Grech, Erdö, Tagle y Pizzaballa. Les insto a no pasar por alto a los cardenales curiales menos conocidos que podrían surgir en la conversación, como el cardenal You Heung-sik, o a los líderes eclesiásticos que se ganan el respeto lejos de Roma, como el cardenal Ambongo de Kinshasa. El cardenal Robert Sarah ya es tendencia en redes sociales, habiéndose convertido prácticamente en un candidato meme, a pesar de que sus probabilidades de ser elegido son bastante bajas. Pizzaballa también está teniendo su momento como una especie de papabile mediático , aunque no está claro si es especialmente conocido entre el Colegio Cardenalicio». » ¿Dónde estamos? Independientemente de lo que piensen de Francisco, la mayoría de los lectores de Pillar admitirán que los últimos doce años no fueron fáciles para la Iglesia».
Van llegando las confirmaciones sobre la asistencia al funeral del Papa Francisco. El precedente que podría ser más parecido en términos de asistencia y gestión se remonta a hace veinte años, los funerales de Juan Pablo II, el viernes 8 de abril de 2005 que fueron delegaciones, 200 oficiales, entre jefes de Estado y de gobierno, reyes y reinas, ministros. En el funeral fueron ordenados alfabéticamente, según la nomenclatura francesa del país y ordenados según los protocolos diplomáticos. Además de Italia que estará muy representada, estará la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, Emmanuel Macron y Volodímir Zelenski. Se ha confirmado la presencia del presidente de Rumanía y de Polonia, el canciller alemán, Olaf Scholz y su presidente Frank-Walter Steinmeier. El presidente ruso, Vladimir Putin, no tiene previsto asistir al funeral del Papa Francisco. Entre los primeros en confirmar su presencia en el funeral estuvo el presidente estadounidense Trump y su esposa Melania. El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva acompañado de su esposa Janja y el Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres y el presidente argentino Javier Milei. Han confirmado las familias reales católicas de España y de Mónaco y representantes de la Familia Real Británica con el príncipe Willian y el primer ministro británico, Keir Starmer. La Casa de Saboya anuncia que el Príncipe Emanuele Filiberto y los reyes belgas, Felipe y Matilde, estarán.
¿Qué queda del Papa Francisco? Es difícil decirlo en estos momentos de tanto ruido hay que esperar a que se serenen las aguas, el legado de un pontífice se comprende plenamente sólo más tarde. Demasiado humano y poco sagrado, quizás excesivamente ambiguo para quienes veían al Sumo Pontífice no como un hermano sino como un guía. ¿Es esto realmente lo que necesita la Iglesia? ¿O tal vez hoy más que nunca necesitamos un Papa de lo Sagrado? Aldo Cazzullo lo resume: «Un Papa dentro del espíritu de su tiempo». Y este es precisamente el “problema”. A un político se le pide que esté en línea con el contexto histórico, para llegar a ser en todo caso su líder, pero entendiendo los deseos del pueblo. No a un Papa. No es necesario que un obispo de Roma se una a la “revuelta contra el establishment, las élites y el sistema”. Necesitamos un testigo firme del mensaje de Cristo, más atento a las cuestiones de la fe que a las del calentamiento global. Porque el misterio de la Transubstanciación sigue siendo siempre un misterio, sea cual sea el “espíritu de los tiempos”. El Papa Francisco ha sido a menudo más apreciado por los laicistas que por los creyentes, algunos afirman que fue «un esfuerzo de evangelización», pero en realidad quizá logró más al desacralizar el papado. La Iglesia que Francisco nos deja como legado está «dividida, desorientada y confusa. En una palabra, agotada». Cuando Benedicto XVI murió los periódicos escribieron que había “revolucionado la Iglesia”, hoy dicen lo mismo del Papa Francisco sin embargo eran tan diferentes.
Las asociaciones de abusados hacen balance: «Solo buenas palabras contra los abusos del Papa Francisco» Red L’Abuse – Sobrevivientes de Abuso Sexual por parte del Clero, ayer publicaron un comunicado escrito por Cristina Balestrini: «Hoy a las 7.35 horas el Papa Francisco fracasó», «La Iglesia en desolación espera un pastor que realmente sepa purificarla». Desde Nueva Zelanda: “El papado de Francisco fue una tragedia”. En un artículo : Sobrevivientes relatan la tragedia del papado de Francisco. «Es crucial que el próximo pontífice no tenga “antecedentes de abuso sexual”, para la asociación neozelandesa, el Papa Francisco no estaba exento de esta culpa. “Debido a su historial en la investigación de abusos sexuales en Argentina, Francisco nunca tuvo la credibilidad para revisar el manejo de los casos de abuso sexual por parte del Vaticano”, la lista de incidentes denunciados es verdaderamente inquietante, incluso si se limita a los más sensacionales.
El Papa Francisco deja una Iglesia sufriente, desorientada y desgarrada. En todos los aspectos. Teología, filosofía, moral, liturgia, pastoral, eclesiología, economía, derecho. Dondequiera que miremos encontramos confusión, ambigüedad y división. ¿En qué tendrá que trabajar el sucesor, si tiene en el corazón la fe, la Iglesia y la salvación de las almas? Valli señala los puntos que considera improtantes: «Restaurar la doctrina correcta, sin ceder ante el mundo. Recordemos que la forma más alta de misericordia no es justificar, sino proponer la verdad evangélica de manera integral. Caridad en la verdad. La caridad a precio de la verdad no es caridad. Necesidad de conversión. Pongamos a Jesús de nuevo en el centro. Reconocer los derechos de Dios y los deberes del hombre, no los deberes de Dios y los derechos del hombre. Cierta moralidad objetiva, la liquidez es una sentencia de muerte. Reconocer que la liturgia tradicional nutre la fe y es fuente de conversiones. ¡Basta de persecución e insultos contra los “atrasados”! Volver a la ley, a los derechos, incluso al derecho canónico, como herramienta esencial para garantizar la justicia, urante los años del Papa Francisco ha habido un sinfín de abusos. ¡Basta ya de sinodalidad! Una cosa es consultar, otra cosa es transformar la Iglesia en una asamblea permanente. Ya basta de saltos mortales y trucos. Ya basta de notas al margen. Los fieles tienen derecho a ser guiados con claridad y fidelidad. Ya basta de entrevistas y protagonismo personal. El Papa debería hablar menos y hablar sabiendo que es Pedro. Restaurar la dignidad papal, incluso en términos formales. Pero ¿hay un solo cardenal en el Sacro Colegio que no haya sido atacado por el virus del modernismo?
El pontificado del Papa Francisco se puede resumir en dos palabras: «paradójico e incompleto». El Papa Francisco no se fue a la periferia, creó un nuevo centro y aquí radica la primera gran paradoja. Su lucha contra la corte papal, contra lo que él consideraba el estado profundo del Vaticano, lo llevó a crear un sistema diferente, paralelo e igualmente profundo, con la diferencia de que el sistema en torno al Papa Francisco, libre de las reglas de la formalidad y la institucionalidad, era menos transparente que el anterior. El Papa Francisco fue, en cierto sentido, víctima de su propia reforma y víctima de los hombres que eligió para llevarla adelante. El Papa Francisco quiere cambiar la mentalidad a partir de las periferias, pero al hacerlo no sólo crea un nuevo centro, sino que adopta el punto de vista de las élites contra las que lucha. Entra en el pensamiento occidental a través de los temas más mainstream, como la cuestión ecológica, la trata de personas desde el lado secular, la cuestión de los divorciados y vueltos a casar, el papel de la mujer y la aceptación de los homosexuales desde el lado doctrinal.
En estas situaciones surge la tercera paradoja del pontificado: la universalización de los temas de la muy particular Iglesia latinoamericana. La cuarta paradoja radica precisamente en el estilo de gobierno, es un Papa que quiere caminar como “obispo con el pueblo”, pero al final toma todas las decisiones solo. En estos doce años el Papa Francisco no ha tomado una sola decisión reconociblemente sinodal. La quinta paradoja se refiere a la transparencia. Nunca un Papa ha hablado tanto de sí mismo, ni siquiera en cuatro libros autobiográficos en los últimos dos años y en decenas de entrevistas, concedidas con una generosidad. Finalmente, está la gran paradoja del propio pontificado: fue amado y odiado en igual medida. Un pontificado popular al principio y apagado y casi invisible al final, en el que el Papa Francisco siguió repitiendo los mismos conceptos sin ninguna chispa de novedad. Se trata de un legado complejo y, en última instancia, inacabado. La última gran revolución del Papa Francisco fue el nombramiento de una mujer, Sor Raffaella Petrini, para dirigir el gobierno del Estado de la Ciudad del Vaticano, pero el mandato de Sor Petrini aún no ha comenzado y a su muerte han cesado todos los cargos en la Curia.
«¿No era necesario que el Cristo padeciera eso y entrara así en su gloria?».
Buena lectura.
… empezamos, muy rápido, con balances del pontificado…
… hay que esperar a que se serenen las aguas, el legado de un pontífice se comprende plenamente sólo más tarde…
… Las asociaciones de abusados hacen balance…
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LA HISTORIA DEL TIEMPO PRESENTE
La historia del tiempo presente es una corriente historiográfica que estudia los fenómenos del pasado más reciente, cuyas consecuencias aún están activas en el presente y sobre los que existe memoria viva.
No se trata solo de una cronología cercana, sino de una metodología que asume la implicación del historiador como testigo de su tiempo y parte del tejido social que interpreta.
Por eso es importante que Specola, Infovaticana, Infocatólica, Religión en Libertad y cualquier otro sitio católico, tanto de Francisco como de cualquier otro Papa futuro, practiquen esta teoría de la historia del tiempo presente: hoy en día ya es posible tratar toda la información diaria lo más abierta posible, pues depende de la salvación de las almas: nunca más un pontificado como el del heterodoxo Francisco, impositor, represor, censurador y cancelador de todos aquellos a quienes él llamó como rígidos…
La unidad siempre en la verdad, y la caridad acompañada de la verdad.
Y si hay que plantar cara al Papa se la planta hasta el martirio, como muchos sacerdotes han hecho recibiendo la excomunión.
Finalmente hay que dar una nota de duro reproche, reprobación y censura a la omisión de la defensa de la Fé por parte del colegio episcopal y cardenalicio, pues durante 12 años, 1 mes y 8 días, 4.422 días, nos han regalado una tortura de pontificado con su quietismo, han sido unos omisores gravísimos que no han hecho nada de nada, se han quedado como tancredos y estacas inmóviles viendo indiferentes como la verdadera Fé era pisoteada año tras año y la Iglesia se convertía en una charca de heterodoxos y malvados: han esperado al hecho biológico ineluctable, pero tienen una gravísima culpa por omisión de la que han de responder: a ver si se redimen eligiendo un Papa que siga la estela de San Juan Pablo II y Benedicto XVI, pues ¿para qué necesitamos obispos y cardenales si no hacen nada?
AUTORES DE ESTA TEORÍA:
1. François Bédarida – Historiador francés, uno de los principales promotores de esta corriente. Fue director del Institut d’Histoire du Temps Présent (IHTP) en Francia.
TESIS: «Le Temps présent. Histoire du temps présent et historiens du temps présent» (1990).
2. Henry Rousso – Discípulo de Bédarida, propuso una metodología rigurosa para estudiar el pasado reciente, subrayando el problema de la memoria y su relación con la historia.
TESIS: «La hantise du passé. Entretien avec Philippe Petit» (1998), y antes «Le syndrome de Vichy» (1987).
3. En el ámbito hispano, se destacan trabajos de historiadores como Santos Juliá o Julián Casanova, quienes han aplicado esta perspectiva a la transición española o a los debates sobre la memoria histórica.
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EL PONTIFICADO DE FRANCISCO
Al haber fallecido el 21 de abril de 2025, a las 07:35 h, la valoración de su pontificado, según los criterios de la historia del tiempo presente, ésta se realiza ya a partir del día 22 de abril.
Desde la historia del tiempo presente, el análisis del pontificado de Francisco exige asumir que estamos interpretando un proceso aún vivo en sus consecuencias, es decir, que sus efectos no han concluido como si ha concluido el imperio de Alejandro Magno o la política de César Augusto.
Aunque haya concluido su figura personal con su muerte física y biológica y entierro con ataúd en la tumba, los efectos y consecuencias de tu pontificado no están en absoluto cerrados.
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FIN DE PONTIFICADO LA HISTORIA DEL TIEMPO PRESENTE
1. Una historia con testigos vivos y documentos accesibles
La muerte de Francisco activa una transición de la memoria testimonial (periodistas, eclesiásticos, fieles) hacia la elaboración de narrativas históricas.
La historia del tiempo presente exige recoger esa memoria antes de que se institucionalice en versiones oficiales que siempre mienten porque ocultan todos los hechos y consecuencias negativas, o que los testigos pierdan o adulteren su memoria o se pierdan documentos.
2. Paradojas como síntomas de tensiones no resueltas
Las paradojas que rodearon su extraño y raro pontificado (como el liderazgo sinodal ejercido de forma solitaria o la centralización informal en nombre de las periferias) pueden interpretarse como expresiones de conflictos estructurales en la Iglesia contemporánea y como contradicciones personales.
La historia del tiempo presente juzga y contextualiza, siempre sabiendo que hay unos efectos aún no cerrados y mucha intrahistoria que no se conocerá nunca jamás o dentro de muchos decenios.
Las paradojas mencionadas en el artículo:
(1) Del anti-centro al nuevo centro
Francisco quiso desmantelar el viejo poder central vaticano en favor de las periferias, pero terminó construyendo un nuevo centro informal, más dependiente de su persona y menos institucional.
(2) Reformador atrapado por su propia reforma
Intentó reformar con hombres de confianza y estructuras flexibles, pero sin consolidar normas claras. El resultado fue un sistema frágil y dependiente de liderazgos personales.
(3) Periferias con discurso de élites
Aunque hablaba desde la periferia, adoptó temas afines a las élites progresistas occidentales, generando una desconexión entre su base y su narrativa.
(4) Una Iglesia local proyectada como modelo universal
Llevó la experiencia latinoamericana al plano global, sin siempre respetar la diversidad eclesial, lo que produjo resistencias y tensiones.
(5) Gobierno personalista bajo discurso sinodal
Promovió una Iglesia participativa, pero gobernó de forma centralizada, tomando decisiones clave en soledad.
(6) Transparencia narrativa, no institucional
Habló mucho de sí mismo, con visibilidad mediática inédita, pero sin abrir canales reales de transparencia en la gestión eclesial.
(7) De la fascinación inicial al desgaste final
El entusiasmo inicial por su figura se diluyó en la reiteración de mensajes y en la falta de reformas estructurales duraderas.
(8) Revoluciones que no cuajan
Gestos simbólicos fuertes, como el nombramiento de mujeres en cargos clave, no llegaron a institucionalizarse, y su impacto se diluyó tras su salida.
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3. El uso del archivo y del testimonio en tensión
Esta corriente valora tanto los documentos (cartas, entrevistas, decisiones curiales) como los relatos personales de cualquier tipo (testigos, fieles, periodistas, historiadores, enemigos, afectados), siendo conscientes del carácter político de la memoria, incluso la documentada oficialmente en grabaciones o papeles.
En el caso de Francisco, la gran cantidad de entrevistas y libros autobiográficos serán fuentes de valor, pero también de construcción narrativa interesada.
La historia del tiempo presente es una enorme aspiradora que todo lo atrapa, clasifica y contextualiza, y da siempre una apreciación provisional en evolución continua, si es que es necesario.
4. Un pontificado como actor de lo contemporáneo global
La historia del tiempo presente subraya que Francisco fue actor en procesos que desbordan lo eclesial: debates sobre migración, cambio climático, capitalismo, sexualidad, etc.
Las paradojas de su pontificado no se entienden solo desde la teología o la estructura eclesial, sino desde las tensiones globales del siglo XX y XXI, y sobre todo se observa que es un hijo del Concilio Vaticano segundo y toda la hermenéutica de la ruptura.
5. Transición entre épocas eclesiales
El fin de este pontificado no solo marca el cierre biográfico de un Papa, sino un momento bisagra entre dos modelos de Iglesia:
– uno marcado por la figura de Juan Pablo II-Benedicto XVI
– y otro aún incierto, con Francisco como transición carismática e inacabada, pero que desde un punto de los conocedores de la teología católica ortodoxa, ha sido el pontificado más horroroso y terrorífico de la historia de la Iglesia, no por el grado de inmoralidad como los Borja, sino por la destrucción y la liquidación de la Fé del catolicismo: es el ejemplo a no seguir en todos los ámbitos.
Curiosamente no he enlazado con ninguna tradición relacionada con Juan XXIII o Pablo VI.
La integridad de la persona de Francisco siempre ha rechazado literalmente cualquier enlace con la Sagrada Tradición, el magisterio vivo de la Iglesia desde San Pedro, y la tradición de los grandes teólogos, Padres y Doctores de la Iglesia, santos, mártires, místicos, devociones como el Santo Rosario y la Adoración Eucarística, revelaciones marianas, vestimentas litúrgicas, decoración de iglesias, misa clásica y tradicional… Todo ha sido una autorreferencialidad a su propio pensamiento y al pensamiento modernista y progresista subyacente.
La historia del tiempo presente atiende precisamente a estos momentos de inflexión donde el sentido aún está en disputa.
6. Historia del tiempo presente e inteligencia artificial IA
La necesidad de estar recogiendo de manera urgente y permanente cualquier tipo de testimonio sobre lo que representó este espantoso pontificado, a la luz de la historia del tiempo presente, se ve completamente favorecido por la aplicación de instrumentos de inteligencia artificial, los cuales pueden analizar y sintetizar cientos de miles de millones de datos.
7. Valoración inmediata del pontificado de Francisco
No es necesario esperar 100 años para dar valoración del pontificado de Francisco, ya desde el día 22 de abril se puede realizar una valoración, aunque sea provisional, de acuerdo con la enorme cantidad de cientos de miles de datos que ha generado durante 13 años.
Es más, la valoración del pontificado de Francisco debe de realizarse ya de manera urgente e inmediata, porque entre el día 6 y 11 de mayo tendrán lugar el cónclave, momento en que se cerrarán las puertas y no podrán leer los Cardenales ningún tipo de valoración del pontificado de Francisco.
Y evidentemente la historia del tiempo presente deberá de aplicarse también a todos los futuros papás sin excepción alguna: la verdad y pureza de la doctrina católica, la extensión e intensificación de la Fé por la Iglesia proselitando por el mundo y la salvación de las almas están por encima de todo, incluso del Papa, que es solo un servidor de servidores.
¡¡¡Si hoy no hay valoración crítica del pontificado de Francisco, es un día perdido para la salvación de las almas!!!
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En estos días de efervescencias y sentimentalismos, en los cuales todos, todos, todas y todes son Francisquistas, la gran Logia de Italia, incluso aquellos que de frente evidenciaron las inconsistencias de este «pontificado»; los liberales y los conservadores (jesuitas, Opus Dei, etc.) quedan algunas preguntas para contestar certeramente: ¿cambió Francisco la doctrina Católica, aquella que no es negociable? ¿Cometió herejía? En caso afirmativo: ¿puede un papa ser hereje? ¿Abdicó verdaderamente Benedicto al renunciar al Ministerium y no al Munus, según su declaración en latín? ¿Por qué Benedicto siguió usando su sotana blanca y siguió impartiendo la bendición apostólica, cuando según los entendidos, no era Papa? Lo demás, es moda, fanatismo, globalismo, culto a la personalidad y mala memoria.
En mi opinión, es fácil ver cómo el cónclave de 2013 significó la confluencia germano-useña en la Iglesia Católica para hacer una revolución luterana, a través de dos instrumentos, la Mafia de San Galo (teólogos y obispos europeos) y la Operación Primavera Católica (obispos, jesuitas y Partido Demócrata de Obama, Clinton y Soros).
En esencia, simplemente, es destruir toda la doctrina católica tradicional, la de los actos intrinsece malum, la que no permite la vida sacramental, es decir, al pecador grave o mortal no hay que pedirle nada a cambio, ninguna contraprestación, ninguna conversión ni siquiera de corazón de manera efectiva y operativa, se accede directamente a la vida sacramental y eclesial si hay una atenuante o eximente procedente de la herética moral protestante de las circunstancias y situaciones. Así nació Amoris laetitia y Fiducia supplicans y el resto de normas: dame amor o dolor insufrible, y yo te lo legitimo todo.
Todo ello es una vieja moral luterana que surgió de principios del siglo XX y que fue desarrollándose a medida que pasaban las guerras mundiales hasta su eclosión en la Guerra Fría, en el período de los 25 ó 30 gloriosos, es decir, de la época de mayor crecimiento y bienestar alemán.
Francisco quería implementar esta herética moral alemana luterana de los actos bonum imperfectum et incompletum, que liquidan a la moral católica de los actos intrinsece malum, a través de la moral de las situaciones o circunstancias: la presencia de cualquier bien posible destruye la mortalidad o gravedad del pecado y lo vuelve virtuoso o salvífico: el amor o el sufrimiento en la ideología de género.
Para ello implementó el Sínodo de las Familias (2014-2015) que condujo a Amoris laetitia, y luego, en 2019, se desarrolló el apostático camino sinodal alemán, que era la gran rebelión y revolución para implementar ya la totalidad del herético programa de protestantización de la Iglesia Católica, y para ello Francisco aprobó la celebración del Sínodo de la Sinodalidad, un instrumento sólo diseñado para que se introdujera en la Iglesia Universal toda la ideología rupturista protestante luterano-alemana de la Teología del Rin.
Además, Bergoglio aprovechó la falta de legitimidad moral de la Iglesia en general, debido a los grandes escándalos de abusos y corrupción financiera y moral. Aprovechando un momento de debilidad general, de pérdida de reputación y credibilidad, de disminución de legitimidad moral, era el mejor momento posible: la Iglesia no sería nadie para meterse en la vida de los demás porque nadie aguanta tanto escándalo de abusos y corrupción financiera, por lo tanto, la pastoral de la misericordia y de la compasión sería el instrumento para destruir la doctrina moral católica tradicional: Amoris laetitia fue la bomba atómica según Seifert de la moral católica, por lo que se permitía la comunión y absolución de adúlteros impenitentes por la moral de circunstancias (discernimiento, integración, acompañamiento), vida sacramental que antes tenían impedida por los actos morales intrinsece malum per se, pero ahora son actos morales bonum imperfectum et incompletum, salvíficos y santos.
Diversos autores han creado esta nueva moral luterana alemana de la Teología del Rin, que consiste simplemente en introducir la moral de situación o circunstancias para convertir un acto moral intrinsece malum que priva de la vida sacramental y eclesial hasta la conversión del pecador, a una moral del bonum imperfectum et incompletum donde una atenuante o eximente (el amor, el dolor insufrible), transforman el pecado mortal o grave no en un pecado leve, sino en una virtud saludable, santificada y salvífica (Amoris laetitia, Fiducia supplicans).
Una serie de autores alemanes o de su esfera cultural, luteranos y católicos, dieron paso a paso la relativización de las normas morales desde la ortodoxia hacia la heterodoxia en su luteranismo de base.
1. Helmut Thielicke (1908–1986)
Teólogo luterano alemán conocido por su enfoque ético y pastoral. Thielicke abordó la homosexualidad desde una perspectiva que buscaba equilibrar la doctrina tradicional con la compasión pastoral, influenciado por la teología de la cruz y la ética de la responsabilidad. Aunque no abogó directamente por un cambio radical en la moral sexual, su trabajo abrió espacio para una discusión más matizada en la iglesia luterana alemana, conocida como EKD.
a) Ética de la responsabilidad: En su obra Ética teológica (Theologische Ethik, 3 volúmenes, 1951–1964), Thielicke considera los contextos complejos en la valoración moral, considerando las realidades humanas con los principios bíblicos, y discute la homosexualidad como una condición humana que requiere comprensión pastoral, aunque no aprueba las relaciones homosexuales activas, reflejando el pensamiento luterano de su época, los 1950-60 previos a la revolución de Mayo del 1968.
b) Teología hermenéutica crítica: reinterpretó las Escrituras considerando el contexto histórico, lo que permitió un enfoque menos condenatorio hacia los homosexuales, aunque mantuvo una postura tradicional sobre los actos homosexuales.
2. Wolfhart Pannenberg (1928–2014)
Teólogo luterano alemán, conocido por su teología sistemática y su enfoque en la revelación histórica. Mantuvo una postura conservadora sobre la homosexualidad, argumentando que la Biblia y la tradición cristiana no apoyan las relaciones homosexuales. Sin embargo, su metodología teológica influyó en debates dentro de la iglesia luterana (EKD) al introducir la necesidad de dialogar con las ciencias sociales y la cultura contemporánea.
Su trabajo en la Universidad de Múnich y su participación en círculos ecuménicos influyeron en la apertura de la EKD hacia discusiones teológicas sobre sexualidad, aunque él no fue un impulsor directo del cambio, sino que introdujo el relativismo de las ciencias sociales y la sociología cultural contemporánea como «rebajador» de las normas morales divinas.
a) Teología hermenéutica crítica: En Teología sistemática (Systematische Theologie, 1988–1993), Pannenberg aboga por una interpretación de la Biblia que considera la historia y la razón, pero mantiene una visión tradicional de la sexualidad como ordenada hacia la procreación. Aborda la antropología teológica, incluyendo la sexualidad, defendiendo una visión normativa basada en la complementariedad de género.
b) Teología de la creación y la relación: Ve la sexualidad humana como parte del orden creado, lo que lo llevó a rechazar la normalización de la homosexualidad en la iglesia.
3. Hans Küng (1928–2021)
Teólogo católico suizo-alemán, crítico de la jerarquía vaticana. Küng abogó por una reforma en la Iglesia católica, incluyendo una reconsideración de las enseñanzas sobre sexualidad. Fue una figura influyente en Alemania, especialmente en círculos progresistas, y apoyó una visión más inclusiva hacia las personas LGBT, aunque no específicamente sobre transexualidad.
Su trabajo en Tubinga y su crítica al magisterio romano influyó con teólogos alemanes que buscaban reformar la postura católica. Su influencia se vio en el “Camino Sinodal” alemán (2019–2023), que discutió la inclusión de personas LGBT.
a) Teología contextual: En Ser cristiano, 1974, Küng aboga por una teología que responda a los desafíos modernos, incluyendo los derechos humanos y la diversidad sexual, los cuales tiene primacía sobre las normas de la moral católica: por fin se puede hacer una revolución de toda la moral sexual, familiar y matrimonial católica desde hace dos milenios para volver a unos supuestos «orígenes». No trata exclusivamente la homosexualidad, Küng plantea una ética basada en el amor y la justicia, que influyó en teólogos católicos alemanes progresistas.
b) Centralidad del amor y la justicia: Küng enfatizó el amor como principio ético, lo que lo llevó a cuestionar las condenas absolutas de la homosexualidad: la moral de las circunstancias, en concreto la eximente o atenuante del amor, prevalecen sobre toda norma moral.
4. Renato Lings
Teólogo danés, no alemán, pero relevante en el contexto luterano europeo. Lings se especializó en relecturas queer de la Biblia, desafiando interpretaciones tradicionales sobre homosexualidad. Su trabajo ha sido referenciado en círculos luteranos progresistas en Alemania, especialmente en la EKD, que ha adoptado posturas más inclusivas.
Su obra ha sido discutida en seminarios teológicos y por grupos como la Lesben- und Schwulenverband in Deutschland (LSVD), que colabora con iglesias luteranas inclusivas.
a) Teología hermenéutica crítica: En Love Lost in Translation: Homosexuality and the Bible (2013), Lings reexamina textos bíblicos comúnmente usados para condenar la homosexualidad, argumentando que reflejan contextos culturales específicos propios de la época y no son en absoluto principios universales. Ofrece una relectura de pasajes bíblicos, como Levítico y Romanos, proponiendo que no condenan la homosexualidad moderna
b) Teología contextual: Su enfoque considera las experiencias de las personas LGBT como parte del discernimiento teológico, es decir, deben incluirse y deben considerarse como un bien posible (amor).
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Actualmente estas teologías han estado siendo introducidas por el círculo mágico de Francisco y por otras figuras áulicas de este tipo de movimiento de colores.
Cardenal Reinhard Marx (católico, Alemania): Como arzobispo de Múnich, Marx ha apoyado gestos inclusivos hacia la comunidad LGBT, como la misa de 2022 en apoyo a los LGTBI en St. Paul, Múnich. Su enfoque refleja una teología contextual y la centralidad del amor y la justicia, aunque no ha publicado un libro específico sobre esto.
Jean-Claude Hollerich (católico, Luxemburgo, pero influyente en Alemania): En 2022, afirmó que la doctrina católica sobre la homosexualidad necesita revisión y debe de ser eliminada, usando una teología contextual y cuestionando la base sociológica de las enseñanzas tradicionales.
Marcella Althaus-Reid (teóloga argentina, influyente en Europa): Su libro La teología indecente (2005) emplea una teología queer y contextual, desafiando las normas sexuales cristianas. Aunque no es alemana, su obra ha sido discutida en círculos teológicos luteranos y católicos progresistas en Alemania. En definitiva, si eres del pueblo, pobre, lgbt, minoría y otras circunstancias, entonces eres un ente moral intrínsecamente bueno por siempre.
Relectura contextual de la Biblia:
La EKD y teólogos como Lings han reinterpretado textos bíblicos, argumentando que no condenan las relaciones homosexuales consensuales modernas. En el Camino Sinodal católico, se propuso una hermenéutica similar, aunque con resistencia del Vaticano.
Centralidad del amor y la justicia:
Küng y Marx enfatizan el amor como principio ético, apoyando la inclusión de personas LGBT en la iglesia. La EKD ha adoptado esta perspectiva en sus políticas de no discriminación.
Reconocimiento de la orientación sexual:
La EKD reconoce la orientación sexual como parte de la identidad humana, permitiendo la ordenación de pastores homosexuales y bendiciones de uniones del mismo sexo. En el catolicismo alemán, figuras como Hollerich han cuestionado la noción de “desorden” en la homosexualidad, y pidió quitar del Catecismo que las relaciones gays son “intrínsecamente desordenadas”, con el silencio cómplice de Francisco
Separación entre ética civil y eclesial:
Tanto luteranos como católicos progresistas en Alemania (Camino Sinodal) han abogado por distinguir las leyes civiles (que apoyan derechos LGBT) de la doctrina eclesial, permitiendo una coexistencia de posturas: o sea, un católico es una entidad esquizofrénica, pues puede apoyarse en la legislación civil para violar la norma moral católica, una curiosa pirueta.