En Roma tenemos un agosto muy soportable para lo que es habitual, nos referimos a lo meteorológico, la cercanía del mar y de las montañas cercanas hacen que este tiempo sea sumamente agradable para largas cenas saboreando la brisa de los Castelli o la del evocador mar Tirreno. Hoy retomamos las audiencias de los miércoles después de un mes de julio, anunciado sin audiencias y más lleno que nunca. Nos hemos asomado al aula Pablo VI, media y somos generosos, volvemos a los vacíos. Pensábamos en un otoño caliente y no está faltando un agosto caliente que apunta maneras y culminará con la locura del sínodo de los sínodos.
Seguimos con artículos consecuencia de las ultimas emanaciones pontificias. Señalamos uno Crux publicado en el Catholic Herald: » El Papa Francisco atacó la «corrupción» de los movimientos conservadores dentro de la Iglesia y dijo que el Concilio Vaticano II aún no se ha implementado por completo» y ataca a los «profetas de la confusión» que socavan la misión de la Iglesia. Las personas con ideologías de «derecha» son la facción más peligrosa de la Iglesia y pidió una generación de sacerdotes que jueguen al fútbol en lugar de ir a las comunidades a predicar. “Necesitamos seminaristas normales, con sus problemas, que jueguen al fútbol y que no vayan a los barrios a dogmatizar”.
Los movimientos ideológicos en la Iglesia «tienen un aire restaurador, con mucha mística aparente, pero también con mucha corrupción». Reconoce “cierta impotencia” por no ir “al límite”: “todavía no me he atrevido a poner fin a la cultura de una corte en la Curia”. «Cualquier pastoral guiada por una ideología, «de izquierda, de derecha o de centro… es enfermiza desde el principio, y hace daño a los jóvenes». “En este momento, los grupos vinculados de alguna manera a las ideologías de derecha son quizás los más peligrosos”. “Temo a los grupos de jóvenes intelectuales, esos que llaman a los jóvenes a pensar y luego los llenan de ideas raras”.
Uno de los enemigos a batir es el Opus Dei, mucho se ha tardado. Hacía algunos días que circulaba por los sacros palacios el rumor de que tendríamos una modificación del código de derecho canónico en lo relativo a las prelaturas personales que, por ser la única, afectaría de lleno al Opus Dei. El prelado actual no asistió a Lisboa lo que hacía presagiar lo peor. El Papa Francisco pretende que el Opus Dei se ‘eutanasie’ al verse obligado a cambiar sus estatutos a la música que otros le marcan. Con la nueva modificación desaparece lo que hasta ahora entendíamos cómo prelatura personal y queda reducido, ‘asimilado’, suena mejor, a una asociación sacerdotal de derecho pontificio. El Opus Dei, fue erigido hace 40 años con la Constitución Apostólica ‘Ut sit’ de Juan Pablo II. La respuesta inmediata del Opus Dei es que: “Estudiaremos las consecuencias que estos cambios puedan tener en la configuración jurídica del Opus Dei, también en el marco del trabajo que se está realizando con el Departamento del Clero sobre la adaptación de los Estatutos exigidos por el Motu Proprio Ad charisma tuendum, en un ambiente de comunión con el Santo Padre». El Prelado queda como ‘moderador’, los laicos desaparecen y los sacerdotes diocesanos asociados, ni se sabe, pero nada bueno. La victoria es de Ghirlanda que reescribe el Derecho canónico introduciendo sus obsesiones bien conocidas y sin duda compartidas por el Papa Francisco. La táctica de estos años de «obedecer» con «humildad y silencio», no perece que este dando los resultados esperados, estamos al comienzo, la guerra ha iniciado, el jaque ya está, y parece casi mate.
Entre los miembros del Opus Dei, muchos de ellos lectores nuestros – aunque se lo han prohibido expresamente, entendemos que la tentación es demasiado fuerte – se está enviando un texto de la “Carta” n. 8 de San Josemaría, nn. 53 y 54, de 1943: «Os consta cómo generalmente nos entienden y nos quieren los Ordinarios de las diócesis en las que trabajamos; y —sea la que fuere la forma jurídica que, con el tiempo, tome la Obra— la Iglesia, que es nuestra Madre, respetará el modo de ser de sus hijos, porque sabe que con eso sólo pretendemos servirla y agradar a Dios. Esta es la razón por la que no admitimos, sobre la Iglesia, ni una duda ni una sospecha: ni la toleramos, en otros, sin protesta. No buscamos a la Iglesia los lados vulnerables —por la acción de los hombres en Ella— para la crítica, como suelen hacer algunos que no parecen tener fe ni amor. No concibo que se pueda amar a la madre, y que se hable de esa madre con despego».
«Y nunca estaremos bastante satisfechos de nuestro trabajo, por muchos que sean los servicios que, con la gracia de Dios, hagamos a la Iglesia y al Papa, porque el amor nos exigirá más cada día, y nuestros trabajos siempre nos parecerán modestos, porque el tiempo, del que disponemos, es breve: tempus breve est (1 Co 7,29). Con el amor desinteresado, hemos de tener una gran confianza: estoy seguro de que se acrecentará en vuestras almas, con la ayuda de Dios, a pesar de las incomprensiones que el Señor quiera permitir, que —insisto— nunca serán incomprensiones de la Iglesia. Con este espíritu de confianza filial, recibiremos siempre con gozo y alegría cualquier noticia que nos venga de la Esposa de Jesucristo, también cuando sea dolorosa o pueda parecerlo, a los ojos de personas ajenas a la Obra, ya que sabemos que de la Iglesia no nos puede venir nada malo: diligentibus Deum omnia cooperantur in bonum (Rm 8,28); para los que aman a Dios, todas las cosas son para bien. Y me atrevo a aseguraros que esta alegría nuestra, a pesar de los pesares, no dejará de causar estupor y sorpresa, y sobre todo edificación, en quienes sin motivo, porque no lo puede haber, esperan de nosotros una reacción distinta».
“Inteligencia artificial y paz”. Este es el tema del próximo Mensaje del Papa para la Jornada Mundial de la Paz 2024. “El notable progreso realizado en el campo de la inteligencia artificial tiene un impacto cada vez más profundo en la actividad humana, en la vida personal y social, en la política y la economía”. “La urgencia de orientar la concepción y el uso de la inteligencia artificial de manera responsable, para que estén al servicio de la humanidad y la protección de nuestra casa común, exige extender la reflexión ética al ámbito de la educación y el derecho”. “La protección de la dignidad de la persona y el cuidado de una fraternidad efectivamente abierta a toda la familia humana son condiciones esenciales para que el desarrollo tecnológico contribuya a la promoción de la justicia y la paz en el mundo”.
Ya están identificados los adoradores del peculiar sagrario de las jornadas de Lisboa: «Las tres personas arrodilladas rezando somos mis amigos y yo. Casi se nos salieron las lágrimas en los ojos cuando vimos que Jesús estaba en un Tupperware, así que nos arrodillamos y rezamos el Rosario por las ofensas a Su Sagrado Corazón». Además de estas cajas de plástico completamente inusuales, vimos en Estoril en una misa con más de 40.000 personas, la Sagrada Comunión distribuida en tazones de patatas fritas de IKEA, cubiertas con plástico adherente; la Sagrada comunión distribuida casi exclusivamente por laicos, con Obispos sacerdotes no haciendo lo que les compete. Las manos ungidas en el día de la ordenación sacerdotal, es, ante todo, poder tocar al Santísimo Sacramento.
El recordado Caffarra pronunció una lectio magistralis en Bratislava el 24 de febrero de 2016, titulada La Iglesia y el hombre de la posmodernidad: «La alternativa a una Iglesia sin doctrina no es una Iglesia pastoral, sino una Iglesia de la arbitrariedad y esclava del espíritu de la época: «Praxis sine theoria coecus in via», decían los medievales. Esta trampa es grave, y si no se la derrota, causa graves daños a la Iglesia. Por al menos dos razones. La primera es que, siendo la Sagrada Doctrina nada más que la Revelación divina del plan divino para el hombre, si en ella no se enraíza la misión de la Iglesia, ¿qué le dice la Iglesia al hombre? La segunda razón es que cuando la Iglesia no se protege de esta trampa, corre el riesgo de respirar el dogma central del relativismo. El segundo escollo es olvidar que la clave interpretativa de la realidad en su conjunto y de la historia humana en particular no está en la historia misma, el verdadero discípulo de Jesús piensa todas las cosas a través de Jesucristo y Jesucristo a través de todas las cosas».
«El tercer escollo es la primacía de la praxis. Me refiero al primado fundacional. El fundamento de la salvación del hombre es la fe del hombre, no su obra. Lo que debe preocupar a la Iglesia no es principalmente la cooperación con el mundo en los grandes procesos operativos, para lograr objetivos comunes. La preocupación insomne de la Iglesia es que el mundo crea en Aquel a quien el Padre ha enviado para salvar al mundo. El primado de la praxis conduce a lo que un gran pensador del siglo pasado llamó la dislocación de las Personas divinas: la segunda Persona no es el Verbo, sino el Espíritu Santo».
«El cuarto escollo, íntimamente ligado al anterior, es la reducción de la propuesta cristiana a una exhortación moral. Es la trampa pelagiana, que Agustín llamó el veneno horrendo del cristianismo. Esta reducción tiene el efecto de hacer muy aburrida y repetitiva la propuesta cristiana. Sólo Dios es siempre impredecible en su acción. Y de hecho, en el centro del cristianismo no está la acción del hombre, sino la Acción de Dios. El quinto escollo es el silencio sobre el juicio de Dios, mediante una predicación de la misericordia divina hecha de tal manera que se corre el riesgo de hacer desaparecer de la conciencia del hombre que escucha la verdad la verdad de que Dios juzga al hombre».
Artículo de Simon Caldwell en el Catholic Herald. El Papa Benedicto XVI previó que la ideología de género sería el próximo gran desafío para la Iglesia y la última rebelión contra Dios: el próximo gran desafío que tendrá que enfrentar la Iglesia es la ideología de género, y será la rebelión definitiva contra Dios el Creador». La confesión la hace el profesor Haas, ex presidente del Centro Nacional de Bioética de EE. UU, fruto de una conversación espontánea con Benedicto XVI: “Hemos sido golpeados por un tsunami de ideología transgénero, las instituciones católicas de atención médica están siendo demandadas por negarse a realizar procedimientos de mutilación en hombres que quieren ser alterados quirúrgicamente para parecerse a mujeres o en mujeres que quieren parecerse a los hombres”. “Las instituciones académicas católicas también están siendo demandadas y atacadas simplemente por intentar continuar testificando la verdad de que sus estudiantes son hombres o mujeres”.
En su discurso ante la Curia romana en la Navidad de 2012, dos meses antes de dimitir, señaló que «la noción misma de ser, de lo que realmente significa ser humano, está siendo cuestionada». Según la «nueva filosofía de la sexualidad», el sexo «ya no es un elemento dado de la naturaleza, que el hombre debe aceptar y al que debe dar un sentido personal: es un papel social que elegimos para nosotros mismos, mientras que en el pasado fue elegido para nosotros por la sociedad”. “Es evidente la profunda falsedad de esta teoría y de la revolución antropológica que encierra». “La gente cuestiona la idea de tener una naturaleza, dada por su identidad corporal, que sirve para definir al ser humano. Niegan su naturaleza y deciden que no es algo que les fue dado previamente, sino que ellos mismos lo crearon». “El hombre y la mujer como realidades creadas, como la naturaleza del ser humano, ya no existen». «Entonces la familia tampoco es una realidad establecida por la creación y el niño ha perdido el lugar que ocupaba hasta ahora y la dignidad que le corresponde».
“Cuando la libertad de ser creativo se convierte en la libertad de crearse a sí mismo, entonces necesariamente se niega al Creador mismo y, en última instancia, también el hombre es despojado de su dignidad como criatura de Dios, como imagen de Dios en el centro de su ser». «Y queda claro que cuando se niega a Dios, también desaparece la dignidad humana. Quien defiende a Dios, defiende al hombre».
Hoy es Santa Teresa Benedicta de la Cruz, carmelita descalza, mártir y Patrona de Europa: «El 12 de Octubre de 1891 nací yo, Edith Stein, hija del fallecido comerciante Siegfried Stein y de su mujer Auguste Courant, en Breslau. Soy ciudadana prusiana y judía». Lo que definitivamente hizo de puente entre la gracia de Dios y su inteligencia ansiosa de verdad fue la amistad con un matrimonio amigo en cuya casa lee la Vida de Santa Teresa de Jesús. Tenía entonces treinta años. Ella misma dirá: «Comencé a leer, me sentí cautivada inmediatamente y lo acabé de un tirón. Cuando cerré el libro me dije: ¡Esta es la verdad!».
No dio largas al asunto. A la mañana siguiente se compró un catecismo católico y un misal, y se puso a estudiarlos detenidamente. Después fue a la iglesia y asistió a la Santa Misa. Al terminar, Edith se dirigió al sacerdote y le pidió que la bautizara. Fijaron la fecha para el 1 de enero de 1922. Pasó con elegancia y firmeza el costoso aprieto de comunicar a la familia su decisión; recibió el bautismo, la confirmación y la primera comunión, habiendo elegido por nombre el de Teresa. Al llegar la persecución nazi, pierde su puesto de trabajo. Le ofrecen cátedra en una universidad de Nicaragua, pero contra todo pronóstico toma la decisión de entrar en clausura, asunto que llevaba madurando una docena de años. Tiene ella cuarenta y dos cuando entra en las Carmelitas de Colonia, y comienza a llamarse Teresa Benedicta a Croce: Bendecida por la cruz. También su hermana Rosa entra en el convento.
El 2 de agosto de 1942 las apresan dos oficiales de la Gestapo y, el día 9 de agosto, Edith y Rosa mueren en la cámara de gas. La Cruz Roja holandesa publicó una escueta nota: «Edith Stein, nacida en Breslau, fue asesinada el 9 de agosto de 1942 en Auschwitz, con gas».
«Señor, socórreme.»
Buena lectura.
El Opus Dei ha muerto. Explicación exacta de la situación:
https://twitter.com/sanchezgalera/status/1688971218425155603
Espero que a Monseñor Ocáriz no se le esté poniendo cara de Jacques de Molay.