Empezamos semana y la entrevista concedida a la emisora suiza hace casi un mes y mantenida en espera por el Papa Francisco, está teniendo un impacto devastador a pesar del intento de corrección inmediata del Vaticano. No es la primera vez que nos intentan aclarar lo que está muy claro. En las redes sociales aparecen frases irreverentes y dibujos burlones sobre el Papa Francisco, considerado por muchos, desde el comienzo del conflicto, desequilibrado hacia las posiciones prorrusas.
Estamos rodeados de confusión, con amplias evidencias en materia doctrinal, en política es aún peor. No dudamos que el Papa Francisco es la desesperación de Parolin , que ya no sabe qué hacer para frenar las declaraciones de Su Santidad, que cada vez que habla, arma un buen lío. El cardenal Zuppi , presidente de la CEI , lo entendió bien y ha huido, dejando la escena internacional a su legítimo propietario, Parolin, que tiene que sacar las castañas del fuego. La guerra va por su tercer año y algunos de los aliados occidentales están considerando la posibilidad de enviar tropas. «La comunidad internacional debe estar atenta a las palabras del presidente francés, Emmanuel Macron, que pidió pasos concretos hacia una presencia de la OTAN en territorio ucraniano, como garantía de una victoria sobre el mal, sobre la fuente de los problemas del mundo».
Vamos con las repercusiones de la última entrevista del Papa Francisco. El embajador de Kiev ante el Vaticano no ha tardado en contestar: “¡Es muy importante ser consistente! Cuando hablamos de la Tercera Guerra Mundial, que estamos viviendo ahora, es necesario aprender las lecciones de la Segunda Guerra: ¿Alguien habló entonces seriamente de negociaciones de paz con Hitler y de la bandera blanca para satisfacerlo? Así que solo queda una lección: si queremos poner fin a la guerra, ¡debemos hacer todo lo posible para matar al Dragón!”.
Rusia tampoco se ha callado y la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, María Zajárova: «A mi modo de ver, el Papa pide a Occidente que deje de lado sus ambiciones y admita que se equivocó”. En cuanto a Rusia, “nunca hemos bloqueado las negociaciones”. «El proyecto Ucrania» de EE.UU., Gran Bretaña y los países de la OTAN en general «ha fracasado». Un proyecto iniciado en 2014 «bajo la bandera de la democracia» pero que en realidad fue «un golpe de Estado, un cambio de régimen inconstitucional» en Kiev. Zajárova cita en este sentido, entre otras cosas, las negociaciones entre Rusia y Ucrania en la primavera de 2022 en Estambul, que luego fueron bloqueadas «bajo la presión de Boris Johnson». Luego, bajo «presión estadounidense», el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, firmó un decreto, aún en vigor, que prohíbe las negociaciones con Moscú. «En la mente de Occidente sólo había una solución: la guerra, Ucrania fue sacrificada como herramienta”. “Desafortunadamente, sacrificaron al pueblo ucraniano, al Estado ucraniano y a la paz mundial sólo por sus ambiciones. Por eso hoy el Papa les pide: ‘dejen a un lado sus ambiciones y admitan que se equivocaron’”. El Pontífice habla con Occidente y no con Kiev, «porque todo el mundo entiende que Ucrania no es independiente, que el régimen de Kiev está bajo presión de Occidente».
El propio presidente ucraniano Volodymyr Zelensky en sus redes sociales: “Cuanto más absurdas sean las declaraciones que salgan de Moscú, mayor debe ser nuestra fuerza. Sólo la fuerza de nuestra protección de la vida, nuestra capacidad de lograr nuestros objetivos, puede devolver a Rusia a un estado de sobriedad al menos parcial. La locura rusa debe perder esta guerra. Haremos todo lo posible por ello».
Del Vaticano, por ahora, solo tenemos la aclaración del portavoz: «El Papa utiliza el término bandera blanca, y responde retomando la imagen propuesta por el entrevistador, para indicar con ella el cese de las hostilidades , la tregua lograda con el coraje de la negociación. En otra parte de la entrevista, hablando de otra situación de conflicto, pero refiriéndose a toda situación de guerra, el Papa afirmó claramente: «Negociar nunca es una rendición».
Pasamos a otros temas, no tan distantes de todo lo anterior. Hace unas semanas, ante la grave bronquitis que lo persigue, el Papa Francisco, en la mesa con algunos amigos llegados de Buenos Aires y Córdoba, contó este chiste: «¿Qué pierde un teólogo, un filósofo y un jurista? El teólogo pierde la fe, el filósofo pierde la razón, el jurista pierde el tiempo», y una gran carcajada al probar el «dulce de leche», el postre tradicional argentino. El derecho es precisamente uno de los campos en los que se cultivan las críticas más acaloradas contra el Papa Francisco. Su copiosa producción legislativa, una masa de motu proprio superior a los emitidos en 50 años por sus predecesores, acaba siendo contradictoria y creando confusión.
En los últimos días, el Dicasterio para los Textos Legislativos, gobernado Filippo Iannone, nunca antes consultado desde que Francisco se convirtió en Papa, ha recibido, sorprendentemente, el mandato de implicar especialistas canónicos de las mejores universidades europeas para preparar una ley marco que será presentada a los cardenales que, durante la sede vacante, se reunirán en Roma para «gobernar» la Iglesia. La preparación del texto legislativo debería prever, en particular, qué práctica adoptar en caso de que un Papa reinante no pueda desempeñar su cargo por motivos de edad o enfermedad. Regularía quién y cómo puede pedir, tal vez imponer, a un Papa reinante que deje vacante el trono de Pedro, retirándose a la vida privada para curarse de sus dolencias.
Encontramos un larga y documentada relación de hospitales, clínicas, residencias de ancianos, hospitales universitarios. En Roma se encuentran 11 de las 20 instituciones sanitarias religiosas de Italia «gobernadas» por la Santa Sede. En la última década, para compensar las deficiencias de la sanidad pública, un río de dinero ha fluido incesantemente de las arcas de la región del Lacio a hospitales y clínicas privadas acreditadas. En 2024 se ha fijado un nivel máximo de financiación de 3.000 millones de euros, como techo de gasto para comprar servicios sanitarios a estructuras privadas.
En la diócesis de Mileto-Nicotera-Tropea, al sur de Italia, la Iglesia católica ha sido blanco de la delincuencia y ya no se trata de unos pocos casos aislados. Graves amenazas a los párrocos y ahora un casquillo de bala dirigido al obispo. Mientras todo esto sucede, el prometido documento de excomunión de los mafiosos sigue esperando, sin duda, hay otras prioridades. El obispo anterior acelero su renuncia y parece que hubo una implicación directa del Papa Francisco, tras varios acontecimientos que afectaron a la diócesis.