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El día en que la iglesia cambió: en el último adios a Benedicto XVI la iglesia del futuro se hace visible. Requiem aeternam dona ei, Domine.

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Hoy intentaremos hacer otra información esta tarde con las impresiones de lo que viviremos en las próximas horas. Hoy es día de trabajo en el Vaticano, no se ha declarado luto oficial y  todos los dicasterios están abiertos, hay permiso general para asistir a los funerales del Papa Benedicto. Ayer veíamos dos ¿iglesias? paralelas, por un lado, la marea humana seguía desbordando la plaza y la basílica con una alegría creciente y, por el otro, teníamos la audiencia del miércoles con el Papa Francisco en el aula Pablo VI.

Nos parece muy significativo que no se tenga la flexibilidad, y la elegancia y delicadeza pedida y reclamada por el Papa Francisco en la última audiencia para ajustar la agenda a lo que esa sucediendo. Es evidente que con el cuerpo presente de Benedicto XVI en la Basílica, con la manifestación de fe y cariño que estamos viviendo, no tiene mucho sentido ponerse a dar una catequesis sobre el discernimiento, como si nada estuviera sucediendo.

Es sorprendente, o quizás no tanto, hay un plan de a dónde tenemos que ir, no nos lo dicen con claridad, pero lo vemos cada día. No se pueden admitir variaciones ni retrocesos, la realidad no puede modificar el camino trazado. No importa si en la plaza hay miles, al fin son rígidos, no saben discernir, ni ellos mismos son conscientes de lo equivocados que están y, todo lo que quieran añadir. La música y la letra la conocemos muy bien y se repite una y mil veces.

En estos momentos, son la siete de la mañana, la plaza ya empieza a llenarse, por supuesto, rodeando ya el obelisco, todas las calles conducen a San Pedro. Roma vuelve a recobrar el buen ambiente que hemos conocido en tantos y tantos encuentro con San Juan Pablo II y Benedicto XVI en sus años de pontificado. Se nota la alegría, la convicción de que estamos ante un santo que se va engrandeciendo con los años. Lo mismo que sucedió en el primer viaje de Juan Pablo II a Polonia, está sucediendo hoy, son miles y miles que se ven las caras, muchos, la inmensa mayoría muy jóvenes y con ideas muy claras. No están aquí por obligación, ha hecho un gran esfuerzo, se nota, contentos de hacerlo, se miran a los ojos con alegría gritando en medio del desierto: ¡hay futuro!, ¡Dios no ha abandonado a su iglesia!.

Benedicto XVI está realizando el milagro de hacer visible la iglesia que tanto amo, la iglesia de la que tanto escribió, esa iglesia que tanto quieren destruir, que tanto quieren deformar y manipular. Hasta un ciego puede verlo, pero los hay que no quieren ver y están en sus madrigueras esperando a que todo pase para olvidar el sofoco y volver, y pretender volvernos, a lo suyo. Pesamos que habrá un antes y un después, hay muchos que se sienten huérfanos y que están viviendo la metamorfosis de empezar a sentirse adultos, protagonistas de la iglesia del siglo XXI, del tercer milenio. Otro han hecho tanto en estos años, ahora nos toca a nosotros y, si es cosa de Dios, nadie lo podrá parar.

Esta tarde citaremos las noticias de hoy, no nos parece el momento de hacerlo ahora, hoy es un día para la oración junto a Benedicto XVI, nos vamos a la plaza, a rezar, y cómo no, a disfrutar del milagro de la fe. Son muchos los que nos comentan que los amigos y familiares les han pedido que los representen hoy aquí. Tendremos muy presentes a todos los lectores de nuestra Specola junto al Papa Benedicto XVI el día de su funeral. Hoy los medios de comunicación nos acercan a nuestras casas celebraciones lejanas, pero somos seres humanos y necesitamos el calor de la cercanía, de la mirada, entrelazar nuestras manos y sentir que no estamos solos en medio del caos que nos toca vivir.

Requiem aeternam dona eis, Domine
et lux perpetua luceat eis.
Te decet hymnus, Deus, in Sion
et tibi reddetur votum in Ierusalem.
Exaudi orationem meam,
ad te omnis caro veniet.
Kyrie eleison.
Christe eleison.
Dies irae, dies illa
solvet saeclum in favilla,
teste David cum Sibylla.
Quantus tremor est futurus
quando iudex est venturus
cuncta stricte discussurus!
Tuba mirum spargens sonum
per sepulcra regionum
coget omnes ante thronum.
Mors stupebit et natura
cum resurget creatura
judicanti responsura.
Liber scriptus proferetur
in quo totum continetur
unde mundus iudicetur.
Iudex ergo cum sedebit
quidquid latet apparebit,
nil inultum remanebit.
(soprano y cuarteto)
Quid sum miser tum dicturus?
Quem pratonum rogaturus,
cum vix iustus sit securus?
Rex tremendae majestatis
qui salvandos salvas gratis,
salva me fons pietatis!
Recordare, Iesu pie
quod sum causa tuae viae,
ne me perdas illa die.
Quarens me, sedisti lassus,
redemisti crucem passus;
tantus labor non sit cassus.
Iuste iudex ultionis,
donum fac remissionis
ante diem rationis.
Ingemisco, tanquam reus,
culpa rubet vultus meus;
supplicanti parce, Deus.
Qui Mariam absolvisti
et Latronem exaudisti
mihi quoque spem dedisti.
Preces meae non sunt dignae,
sed tu bonus fac benigne
ne perenni cremer igne.
Inter oves locum praesta
et ab haedis me secuestra
statuens in parte dextra.
Confutatis maledictis,
flammis acribus addictis,
voca me cum benedictis.
Oro supplex et acclinis,
cor contritum quasi cinis,
gere curam mei finis.
Lacrimosa dies illa
qua resurget ex favilla
iudicandus homo reus.
Huic ergo parce, Deus.
Pie Iesu, Domine,
dona eis requiem. Amen.
Domine Iesu Christe, Rex gloriae,
libera animas omnium fidelium defunctorum
de poenis inferni et de profundo lacu.
Libera eas de ore leonis,
ne absorbeat eas tartarus,
ne cadant in obscurum,
sed signifer sanctus Michael
repraesentet eas in lucem sanctam,
quam olim Abrahae promisisti
et semini eius.
Hostias et preces tibi, Domine,
laudis offerimus.
Tu suscipe pro animabus illis.
quarum hodie memoriam facimus.
Fac eas, Domine,
de morte transire ad vitam,
quam olim Abrahae promisisti
et semini eius.
Lux aeternam luceat eis, Domine,
cum sanctis tuis in aeternum, quia pius es.
Requiem aeternam dona eis, Domine,
et lux perpetua luceat eis,
cum sanctis tuis in aeternum, quia pius es.
Comentarios
3 comentarios en “El día en que la iglesia cambió: en el último adios a Benedicto XVI la iglesia del futuro se hace visible. Requiem aeternam dona ei, Domine.
  1. En esta víspera de día de reyes nuestra santa madre iglesia católica y apostólica s celebra la despedida hacia la casa del padre Dios ,nuestro querido papa emérito Benedicto dieciséis uno de los más grandes teólogos del mundo siempre trabajando para guiar la iglesia de nuestro Señor Jesucristo hacia su fundador nuestro padre celestial y manteniendo siempre nuestra sana doctrina y nuestra sagrada tradición apostólica

  2. Estimados, Dios nos recuerda permanentemente su presencia y nos da situaciones concretas y visibles de su Misericordia. Nos llama permanentemente a la conversión y suscita vidas notables ejemplares cuyo final es un tránsito confiado, sereno y silencioso al Creador.
    Benedicto XVII ha pasado a la inmortalidad ya nada le pueden hacer. Cumplió hasta el fin el buen combate, terminó la carrera y conservó la Fe.

  3. Comparard la homilía pronunciada por el cardenal Ratzinger en el funeral de san Juan Pablo II y la del papa Bergoglio en la del papa emérito Benedicto XVI. ¡Qué diferencia! ¡Qué pena!

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