“¡Oh feliz pareja, Joaquín y Ana, a vosotros está obligada toda la creación! Por medio de vosotros, en efecto, la creación ofreció al Creador el mejor de todos los dones, o sea, aquella augusta Madre, la única que fue digna del Creador”
Estas son palabras San Juan Damasceno en una homilía del 8 de septiembre en la Basilica de Santa Ana de Jerusalén considerara como el lugar del nacimiento de la Virgen María. Ya en el siglo V existía en Jerusalén el santuario mariano situado junto a los restos de la piscina Probática (de las ovejas). Allí están las ruinas de una vivienda que se ha considerado como la casa natal de la Virgen. Maravillosa fiesta que nos enseña como Dios prepara la salvación del género humano desde la sencillez del nacimiento de una Niña que será llamada bienaventurada por todas la generaciones.
Hoy en un día de una auténtica avalancha de noticias que nos resulta complicado presentar.
El Caso Viganò tiene dos centros de interés: el Vaticano y Estados Unidos.
En el Vaticano se intenta controlar el desastre y se usan todas la técnicas posibles y conocidas para anulas los efectos del testimonio Viganò que nadie ha desmentido y que cada día de pasa aparecen nuevos datos que confirman la veracidad de los hechos denunciados. El Papa Francisco intenta retomar la normalidad pero todo lo que dice o hace es interpretado como respuesta a lo sucedido. Sin duda estamos ante un momento de gran complejidad y no es fácil de comprender los que está sucediendo y sus consecuencias. Los informadores religiosos no hacen pie y se mueven en el mundo de las alucinaciones más absolutas.
En Estados Unidos las cosas se ponen serias y entramos en el ámbito judicial y penal. Los hechos denunciados son gravísimos delitos tanto en quien los ha cometido como quien los ha encubierto. Los pasos dados por el fiscal de Nueva York corren el riesgo de entenderse a otros estados. Hoy se pública la respuesta de Sandri a un sacerdote americano de donde se deduce que ya en el 2000 el Vaticano sabia y ocultaba. Más de uno se está intentado cubrir las espaldas ante la segura citación en un tribunal civil en donde siempre mejor ser testigo que imputado. Estamos seguros que Viganò será llamado y como consecuencia muchos de los citados en su testimonio. La iglesia norteamericana vive de donaciones y no de pasteleos con el gobierno de turno. Ya son varios los donantes importantes que empiezan a decir que se lo piensan. Legatus es la mayor organización católica y anuncia que por ahora deja de hacer donaciones al Vaticano. Las razones son no solo «el ocultamiento y connivencia de altos miembros de la jerarquía americana sino también la responsabilidad , incluso financiera, al interno del Vaticano, en los fondos recibidos para beneficencia y obras de caridad». Los dineros no van a los pobres, de los que tanto se habla y utiliza, sino a cubrir corrupciones inconfesables de incapaces y deshonestos. Simplemente están pidiendo respetuosamente aclaraciones del uso de sus fondos.
En el resto del mundo se habla y no poco. En Alemania y en horario de máxima audiencia vuelve un documental muy premiado que acusa directamente a Papa Francisco de encubrir casos de abusos en Buenos Aires. Y los alemanes son muy mirados para las cosa de dineros y no está el horno para bollos.
Viganò , el inventor de falsas noticias, nos dice que es justo callar, si lo sabrá él.
El Cardenal Burke, norteamericano y no implicado en todo este lío, sigue con su petición de aclaraciones que no llegan. Traemos algunos ecos, pocos, de la extraña entrevista sobre temas económicos que a nadie parece interesar pero que se mete en opiniones políticas como la renta de ciudadania y la libertad de mercado que son ampliamente criticadas.
El Papa Francisco sigue proclamando el valor de la acogida. De los famosos acogidos por el Vaticano ya han desaparecido 75, ayer eran cuarenta, y nadie se hace responsable. Son 200 los acampados en plaza Venecia de Roma pidiendo que les den una vivienda. La reciente ley de uniones civiles viene utilizada para realizar fingidos marimonios y quedarse en Italia.
Ante las peticiones de unidades extrañas, orquestas sin solistas y silencios forzados conviene recordar las palabras de San Agustín: «In necessariis unitas, in dubiis libertas, in omnibus carita, «En lo esencial unidad, en lo dudoso libertad, en todo caridad». Si algo nos debe distinguir a los católicos es lo que encierra la famosa frase de G. K. Chesterton: «para entrar en la Iglesia hay que quitarse el sombrero, no la cabeza».
La Virgen concebirá y dará a luz un hijo a quien pondrá el nombre «Dios con nosotros.»
Buena lectura.
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Es insoportable que haya que estar aceptando hasta 15 veces el maldito banner de la dichosa privacidad.
Sugiero a los lectores manden uno o 600 mensajes como este en todos los blogs, en recíproca respuesta a Infovaticana, se ve que sus informáticos no son muy allá. En insufrible.