Día 2 de enero, y volvemos retomamos, es un decir, la cruda actualidad que este año no nos ha dejado ni en las solemnidades. El Papa Francisco, en la Basílica de San Pedro, presidió la celebración de la misa con motivo de la 58ª Jornada Mundial de la Paz, que tiene como tema: «Perdónanos nuestras deudas: concédenos tu paz». Debemos «buscar a Jesús en cada ser humano, especialmente en los más frágiles», afirmó el Pontífice. Quien luego nos invitó a «proteger la vida» y «promover el respeto a la dignidad de la vida humana, desde la concepción hasta la muerte natural». Al final del rezo del Ángelus del primer día del año, el Papa Francisco subrayó el problema de la deuda, agradeciendo a quienes se comprometen por la paz en los lugares de guerra: «Os agradezco todas las iniciativas de oración y compromiso por la paz promovidas en todas partes del mundo provenientes de comunidades diocesanas y parroquiales, de asociaciones, movimientos y grupos eclesiales, como la marcha nacional por la paz que tuvo lugar ayer en Pesaro. Y saludo a los participantes en el evento ‘Paz en todas las tierras’ organizado por la Comunidad de Sant’Egidio en varios países. Saludo a la Comunidad de Sant’Egidio, que está allí».
Misa en las Grutas Vaticanas a dos años de la muerte de Joseph Ratzinger. Homilía del prefecto del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos de la que EWTN nos ofrece algunos extractos. El Logos está vinculado al amor, ya que el Logos es amor : éste es el centro de la vida y de la obra de Benedicto XVI, recordando la primera encíclica de Ratzinger. «Por tanto, la palabra de Dios tiene un rostro concreto, nos mira y nos da dignidad, que es la más alta dignidad del ser humano. Y, como tiene rostro, nombre, se llama Jesús de Nazaret, Emmanuel, Dios con nosotros. En Él, Dios mismo mostró su verdadero rostro y nos concedió su amor». Y es este amor divino el que nos hace inmortales, ya que tiene la última palabra sobre la muerte, abriéndonos a la «promesa consoladora de Dios» en los cielos: no un más allá indistinto ni una esperanza vaga, sino «una realidad profunda y comunitaria». El cielo no conoce aislamiento; es la comunidad abierta de los santos, por tanto, realización de toda convivencia humana, que no es competencia, sino consecuencia de la pura apertura al rostro de Dios. De aquí resulta completamente evidente que la confesión cristiana de la vida eterna no es otra cosa. que la confesión de que Dios es real».
Las previsiones de ‘peregrinos’ par el jubileo en Roma, ya lo hemos comentado, son menores que los turistas de un año normal. Es un secreto a voces que las cuantas no salen, no hay especiales entusiasmos y todo se intenta vestir de normalidad cuando nada lo es. Toda comparación con el último año santo ordinario, el 2000, nos hace ver que estamos en otro mundo. No nos lo dicen del todo, pero las cosas de seguridad preocupan y mucho y el acceso de los peregrinos a las Puertas Santas no será gratuito: será necesaria inscripción. Para el Jubileo 2015/2016 la inscripción era obligatoria, pero sólo para cruzar la Puerta Santa de San Pedro. La inscripción y la correspondiente reserva son necesarias para los grupos, pero viendo las instrucciones online parece necesaria también para los individuos y para las Puertas Santas de todas las basílicas. Es necesario facilitar todos los datos, incluido el número de cédula de identidad o pasaporte y el número de teléfono sin ninguna garantía de privacidad y sobre la gestión y protección de los datos personales sensibles. Italia, y otros países europeos, están sufriendo una verdadera invasión migratoria, muy querida por el Papa Francisco, en la que no se pide, ni de lejos, los datos que el Vaticano quiere para pasar una puerta. Estos controles de datos se piden para todos loe actos del año santo. Nos dicen que al inscribirse tenemos derecho a «Tarjeta del Peregrino que garantiza beneficios y descuentos en oportunidades imperdibles y hace que «tu peregrinación sea única», puedes llevar la «Mochila del Peregrino, creada con materiales ecológicos, perfecta para tus viajes entre ciudades y naturaleza» o completando «tu estilo con nuestras exclusivas camisetas y sudaderas, ideales para celebrar el Jubileo 2025 con un toque personal» y eligiendo «nuestros artículos icónicos como botellas de agua, pulseras rosario, peluche». No puede faltar el lápiz oficial del Jubileo de 2025, “el único lápiz fabricado íntegramente en Italia, con materiales reciclados mejorados. Más que una invitación a lucrar las gracias jubilares todo parece estar montado para ver como desplumamos al ingenuo peregrino.
Interesante artículo sobre la diplomacia del Papa Francisco que será puesta a prueba en este Año Jubilar. Su posición sobre los asuntos mundiales sigue las historias de la gente y parece que se compone de información extemporánea. El Papa recibe informes de la Secretaría de Estado, mantiene línea directa con los Nuncios Apostólicos y tiene una visión general de las cosas, pero Papa tiene limitaciones cuando es necesario un esfuerzo diplomático real. En primer lugar, sus formas de comunicar tienen límites: Francesco hace de la espontaneidad y la comunicación directa su sello, pero esto no puede funcionar cuando hay que sopesar cada palabra. Cada palabra que dice el Papa, sea quien sea, tiene consecuencias y provoca alguna reacción, simplemente porque el Papa lo dice, y ese es un factor limitante (o debería serlo). Por último, existen límites a la interpretación que el Papa y la Santa Sede hacen de determinadas situaciones y del papel que la Santa Sede puede desempeñar en el ámbito diplomático. La diplomacia del Papa Francisco se encuentra en una fase crítica porque, en una palabra, no habla diplomáticamente, ni hace diplomacia en el sentido habitual del término.
El único éxito estrictamente diplomático del Papa Francisco fue el restablecimiento de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, en 2014, pero la Iglesia allí actuó como garante de dos estados que ya habían levantado el embargo. La Iglesia había sido durante años un canal de comunicación privilegiado entre Estados Unidos y Cuba. Realmente el Papa Francisco heredó años de trabajo. El Papa Francisco se pretende presentar como un gran líder moral, a veces como un líder religioso, con comprensión de las realidades sobre el terreno, y en otras ocasiones como un líder global capaz de abordar desafíos en el corazón del mundo, como cambio climático. La realidad es que no hacemos más que sumar fracasos, como los intentos de mediación en Venezuela. La Iglesia en Nicaragua vive una persecución muy fuerte que los reiterados llamados al diálogo no han logrado poner fin. En cuanto a Ucrania, el Papa Francisco ha seguido un rumbo errático. Todo parece improvisado y bastante confuso: es casi imposible decir cuándo o dónde terminan las iniciativas personales del Santo Padre y comienzan los esfuerzos diplomáticos institucionales de la Santa Sede, o incluso si hay o debería haber una distinción significativa entre ellos, que no sea parte de una estrategia a largo plazo, sino el resultado más o menos inmediato de lo que el Papa escuchó y piensa en un día determinado.
En la situación de Tierra Santa, el Papa Francisco no fue más allá de los llamamientos a la paz. Mantiene una línea directa con la parroquia de Gaza, donde hay un sacerdote argentino. Pero ¿hasta qué punto una línea directa con la parroquia nos permite mirar la situación general, el contexto y los matices? En el urbi et orbi de Navidad se hizo referencia a la situación en Chipre. ¿Qué hará el Papa? ¿Se pondrá del lado de Turquía como lo hizo con Rusia, con la idea de halagar a la potencia emergente? ¿O se pondrá del lado de Chipre y contra su ocupación ante el que es el último muro de Europa? A la diplomacia del Papa Francisco le falta prudencia verbal, contexto y, a veces, visión internacional a la hora de hacer declaraciones. La Iglesia de los suburbios no logra ser una Iglesia de paz, porque la paz vista desde los suburbios es diferente de la paz que se puede lograr. Nos acercamos al discurso del Papa Francisco ante el Cuerpo Diplomático el 9 de enero, seguro que será equilibrado, como siempre lo son estos discursos, pero la acción del Papa Francisco será decisiva.
El Papa Francisco ha intentado abordar los problemas del mundo con decisiones personales y enviados especiales (Zuppi en Rusia y Ucrania, en el pasado). Celli y luego Tscherrig en Venezuela), pero sin una estrategia a largo plazo. Cuando se trata de cuestiones importantes que afectan al mundo secular de hoy, el pueblo y los líderes populares escuchan a la Santa Sede. Cuando el Papa Francisco habla de aborto, ataca la ideología de género o defiende a la familia, bien podría estar hablando con una pared. La cuestión de la soberanía de la Santa Sede también está cuestionada dentro de la propia Santa Sede y debilitada por decisiones estructurales de gobierno, que tienden a desdibujar la frontera entre la Santa Sede y el Estado de la Ciudad del Vaticano, con un panorama lleno de Juicios on procedimientos judiciales muy cuestionables. Si la Santa Sede no tiene una soberanía fuerte, ¿por qué debería ser digna de ser escuchada en la asamblea de naciones? Después de once años de pontificado, los desafíos diplomáticos del papado del Papa Francisco apenas han comenzado.
Mario Nanni es el autor una publicación que intenta explorar el complejo y polémico asunto jurídico del proceso Becciu. «El caso Becciu es un hecho cierto, hay una historia real, muy intrincada, con implicaciones inquietantes y cuestiones quizás insolubles (legales, políticas, morales). Es un lío grande y difícil de desenredar y también de contar. Hay que reconocer que su trabajo está sesgado, del lado de Becciu. El aspecto más inquietante y lleno de consecuencias es el del mecanismo judicial en el que Becciu se encontró de alguna manera aplastado. «Se identificaron muchas anomalías: entre ellas el cambio, cuatro veces, de las normas procesales durante el desarrollo del proceso. Y la impresión de una sentencia ya escrita es fuerte, dado que no se había reservado ningún espacio para las circunstancias consideradas favorables al cardenal y que prueban su inocencia». Interesantes sus preguntas sin respuesta: «¿Qué hay realmente detrás del juicio a Becciu? ¿Cuál es el verdadero motivo que ha desencadenado una máquina de barro, que el propio proceso ha demostrado que se trata de un complot contra el cardenal sardo?». ¿ Incluso un intento de golpear a Bergoglio ? ¿O «simplemente» un mecanismo ideado por personajes perezosos? ¿Lo sabremos alguna vez? Lo más probable es que no.
El misericordiado obispo Joseph E. Strickland ofrece al inicio de año una carta: «Cuando pensamos en las escaleras y en lo que une el cielo y la tierra, naturalmente pensamos en la Iglesia de Cristo, porque, como católicos, estamos precisamente en una escalera construida por el mismo Cristo. Los peldaños de esta escalera son los sacramentos que salvan el abismo que separa al Creador de lo creado, y el Depósito de la Fe es la estructura de soporte». «A lo largo de la historia de la Iglesia esta escalera, que conecta la tierra con el cielo, siempre se ha mantenido sólida, a pesar de los continuos ataques del exterior. Pero ahora vemos ataques que se originan dentro de la propia Iglesia, por parte de alguien que dice tener la autoridad para librar esta guerra. Lo que está sucediendo es la culminación de algo que, con intenciones diabólicas, ha sido planeado sistemáticamente, como lo profetizaron muchos santos a lo largo de la historia de la Iglesia».
¿Cuándo empezó el intento de destruir esta escalera? Muchos señalan al Vaticano II como el culpable. Nací en octubre de 1958, el mismo año y mes en que el Papa Juan XXIII fue elegido para la Cátedra de San Pedro como Pontifex Maximus, o sumo pontífice, gran constructor de puentes. Recuerdo esto porque muy a menudo se destaca 1958 como el comienzo de la agitación que vemos latente en la Iglesia hoy en innumerables maneras. El pontificado de Juan y su decisión de convocar el Concilio Vaticano II fueron un momento crucial en la historia de la Iglesia. El Papa Juan XXIII abrió el Concilio el 11 de octubre de 1962, pero en junio de 1963 murió y fue Pablo VI, su sucesor, quien ocupó su lugar. La cuarta y última sesión del Concilio concluyó en diciembre de 1965. Entonces, ¿fue este el comienzo de la caída? De hecho, parece que ha habido un intento sistemático de demoler lo que antes del Vaticano II se había considerado irreformable. Pero ¿cómo destruyeron lo que es eterno?
Lo hicieron intentando limitar lo que había en el cielo. De hecho, intentar sustituir los materiales dados por el cielo por aquellos dados por el hombre. Pero cuando, como en el caso de la Iglesia, los cimientos están tanto en la tierra como en el cielo, el hombre no puede destruir nada. Lo único que puede hacer es oscurecer la Verdad poniendo en su lugar al “mono de la Iglesia”. Ante esta situación, la mayoría de los obispos y cardenales se limitan a asentir, sin decir nunca una palabra, pero saben -no pueden evitar saberlo- que de este modo abandonan la escalera que prometieron proteger. La misma escala respecto de la cual enseñó infaliblemente Bonifacio VIII en su bula Unam Sanctam (1302): “Estamos obligados en virtud de nuestra fe a creer y sostener que hay una sola Iglesia católica, y una sola Iglesia apostólica. Esto lo creemos firmemente y lo profesamos sin reservas. Fuera de esta Iglesia no hay salvación ni remisión de pecados».
«Nada ha sido tan destructivo en la escala santa como los cambios que han ocurrido en el Santo Sacrificio de la Misa. Parece que gran parte de la Iglesia ahora se pregunta, como Santa María Magdalena cuando se encontró con la tumba vacía: “¿Dónde lo pusieron?” Los cambios en el Santo Sacrificio de la Misa desde el Vaticano II en adelante han hecho que muchos no sepan dónde está Él y desconozcan Su amoroso sacrificio por toda la humanidad, ya que la fe en la Presencia Real ha disminuido sustancialmente». El Papa Benedicto XVI dijo: “Lo que las generaciones anteriores consideraban sagrado sigue siendo sagrado y grandioso también para nosotros, y de repente no puede ser completamente prohibido o incluso considerado dañino. Es un deber de todos nosotros preservar las riquezas que se han desarrollado en la fe y en la oración de la Iglesia». A mis colegas obispos les cito las palabras del santo Papa Juan Pablo II: «Debemos defender la verdad a toda costa, incluso si volviéramos a quedar reducidos a sólo doce».
El día 2 de enero se conmemora la ‘Venida’ de la Virgen a Zaragoza, la imagen de la Virgen del Pilar se presenta sin manto para hacer visible el pilar que permanece en el mismo lugar de la ‘venida’ hace casi dos milenios. Ahora solo vemos unas chapas de plata que recubren la Sagrada Columna. La columna, con toda probabilidad, se encontraba en el interior de una casa romana que en el siglo IV pasó a ser un templo de veneración pública, después fue una iglesia visigótica que dio paso a un templo gótico y que dejo paso al barroco de la actualidad.
«Yo soy voz del que clama en el desierto: Rectificad el camino del Señor…»
Buena lectura.
Esperen el comentario de algún palmero, que seguramente no les faltará. No se desanimen.
Qué lamentable es seguir comprobando la ceguera de este medio frente al Concilio Vaticano II y el gran anhelo de San Juan XXIII de lograr una renovación de la Iglesia, abriendo las ventanas de la comunidad cristiana para que entrara la imagen y la realidad de un mundo olvidado que cada día se alejaba más del camino señalado por Jesucristo. Todo se le va en defender ritos, normas, reglas, dogmas, doctrinas, doctores, predicadores, etc. Lo esencial y más importante lo tenemos todos al alcance de nuestras vidas y lo señaló Jesucristo con palabras solemnes: «Amaos». «Os doy un mandamiento nuevo: que os améis». Y sigue siendo nuevo porque no nos amamos. Lo demás, incluyendo las reformas litúrgicas, es secundario.