Domingo pre cónclave, campaña reñida en el Vaticano, intentando vender a Parolin, ¿manipulación de las congregaciones? la mafia de Silvestrini, esperando fumata, los vacíos del Papa Francisco.

Domingo pre cónclave, campaña reñida en el Vaticano, intentando vender a Parolin, ¿manipulación de las congregaciones? la mafia de Silvestrini, esperando fumata, los vacíos del Papa Francisco.

Es domingo, el domingo del precónclave por excelencia, un día  decisivo, no hay congregaciones pero la campaña por los reñidos votos están en su pleno apogeo, los curiales, los italianos y diplomáticos van a por Parolin, sin entusiasmos, pero no hay otra cosa. Nos lo pretenden vender como un hombre de gran  de talla institucional con mano firme capaz de mediar entre empujones y contraataques que en este momento. La campaña se produce también en los medios italianos e incluso se está llegando a suprimir artículos que puedan dejar alguna sombra sobre el candidato, al más puro estilo de una campaña electoral.

Hay un precónclave paralelo que se está desarrollando en las redes sociales, a la espera de que  los cardenales electores silencien sus teléfonos  y computadoras cuando ingresen a la Capilla Sixtina. Entre los más activos está el cardenal de Nueva York, Timothy Dolan –el papábile favorito de Donald Trump– , quien desde su llegada a Roma tras la muerte del Papa Francisco no deja pasar un día sin dar a conocer dónde está y qué está haciendo.  También estuvieron activos, pero con menor presencia cardenales como Vincent Nichols, Robert Sarah, Sean O’Malley, Leonardo Sandri, Blase Cupich o Mario Grech. Table, del 21 al 23 de abril,  recogió aproximadamente 149 mil menciones y cuenta con una página de Facebook seguida por más de 600 mil seguidores.

El tema estrella de hoy es la operación Parolin, al más puro estilo italiano mafiosillo, no solo se centra en la exaltación del candidato, sino en la eliminación de sus posibles adversarios. Sus promotores saben que tienen una mercancía defectuosa, tontos no son, y hay venderlo  como un mal menor. Saben que para votar a Parolin hay que hacer la vista muy gorda ante  cuestiones  importantes que hoy  intentamos tratar. Pesa mucho el hecho de no tener experiencia pastoral y su muy fallida gestión de la Secretaría de Estado sobradamente conocida en la sacros palacios.

Son días de muchos cónclaves privados moviéndose por los pasillos de los Palacios Apostólicos, entre almuerzos,  cartas codificadas y llamadas telefónicas. Un cónclave hecho de presiones sutiles , de promesas apenas pronunciadas y de nombres susurrados con la cautela de quien sabe que en el Vaticano, a menudo, quienes se van como Papa no vuelven como cardenales o simplemente desaparecen. Nadie lo dice abiertamente, pero todos lo saben: la muerte de Francisco ha abierto un vacío político, teológico y mediático que la Curia se apresura a llenar. El clima es más electoral que espiritual, con estrategias precisas, alianzas temporales y candidatos que se mueven como en una campaña sin lemas, pero con muchos mensajes codificados. Las grandes maniobras de la era post-Francisco se están desarrollando en tres niveles. La primera es la institucional , guiada por el cardenal Pietro Parolin , Secretario de Estado saliente, un hombre de la Curia, un pontífice lógico para muchos. Parolin es un hombre estimado y acostumbrado a la diplomacia, tranquilizador ante las cancillerías europeas. Pero esta misma imagen de continuidad podría penalizarlo entre los votantes que temen un retorno al equilibrio curial posterior a Benedicto.
El tercer frente es el más difícil de descifrar: el de los reformistas prudentes , cardenales que no quieren romper con Francisco pero tampoco replicarlo. He aquí un nombre que agrada a muchos sin dividir a nadie y que se mueve silenciosamente : el del francés Jean-Marc Aveline , arzobispo de Marsella. Es el hombre de síntesis: europeo pero abierto al Mediterráneo, teólogo pero pastor, apreciado por los jesuitas pero alejado del círculo mágico argentino. Aveline no tiene necesidad de exponerse: su perfil crece precisamente porque no ofende, no asusta, no polariza.  En las reuniones secretas romanas, donde todo se expresa con gestos, miradas y silencios, y la palabra que más se escucha de defensa de Aveline el ‘equilibrio’. Aveline ya había elegido su nombre papal: Juan XXIV, no lo anunció, pero lo dejó filtrarse . No debe subestimarse el atractivo de un Papa africano, aquí entra Peter Turkson , un ghanés, vuelve a aparecer en conversaciones confidenciales. Es una figura autorizada, ya protagonista de la diplomacia vaticana en materia climática y de justicia social. Su temporada romana estuvo marcada por tensiones con la cúpula de la Secretaría de Estado y algunos temen que su papado sea más simbólico que operativo.  En el Vaticano, donde la elección es también una cuestión de resistencia moral, el perfil bajo es un signo de fuerza y si hay un nombre que hoy en día no asusta a nadie y gusta a muchos , es precisamente el de Jean-Marc Aveline .

La lista de cardenales que quieren intervenir en las congregaciones generales es larga y el cónclave se acerca. Por este motivo los cardenales han acordado duplicar las congregaciones generales del lunes y a la de la mañana se añadirá otra por la tarde, por el momento no se espera ninguna duplicación para el martes.  Sólo unos pocos cardenales acudirán hoy a celebrar a sus iglesias romanas, una costumbre que se da los domingos que caen en precónclaves. «No nos hemos organizado, cada uno se regulará libremente».

Il Cardinale François-Xavier Bustillo de  Ajaccio comenta el curioso encuentro de los cardenales franceses con su presidente Macron el día del funeral del Papa Francisco: «En Francia estamos acostumbrados a la polémica y estoy descubriendo que en Italia es lo mismo», «los intercambios y los encuentros son importantes» pero «no significa realizar un acto político ni estar sometido a condicionamientos».  «En un contexto laico, no es el presidente de la República quien les dice a los cardenales qué hacer ni a quién votar. Son reuniones de amistad, de respeto, sin condicionamientos. Así que no entiendo por qué ha habido controversias; somos libres y responsables».  En cuanto al trabajo de las congregaciones, «existen diferencias y divergencias, lo cual no significa que haya división dentro del colegio cardenalicio. No somos clones, no somos fotocopias, somos libres. Las divergencias se resolverán con madurez, porque el Papa es el Papa de todos los católicos».

El arzobispo de Singapur, William Seng Chye Goh, considerado entre los conservadores: Reconocemos los méritos de Francisco, pero ningún Papa es perfecto, nadie puede hacerlo todo». Encontraremos a la persona adecuada para suceder a San Pedro, El cardenal argentino Vicente Bokalic Iglic : «¿El nuevo Papa? Lo estamos buscando. El deseo es que pueda estar en continuidad con el Papa Francisco. Lo dijo el cardenal Jean Paul Vesco, arzobispo de Argel:  «¿Nuevo Papa? El Espíritu Santo ya lo ha decidido, pero aún no estamos listos, necesitamos más tiempo para orar. Señala que «el espíritu del Papa Francisco» es «importante» en los encuentros.  Filoni promociona a los suyos y el mensaje ahora es que hay que estar unidos y recurrir incluso a la aclamación de Parolin en la primera sesión del día seite. Todo para  mantener la unidad de la Iglesia, el legado de Francisco y  la evangelización de la Europa postcristiana.

Mucho se ha dicho y escrito ya sobre el Tagle cantante que canta a viva voz Imagine de John Lennon.  El caso Becciu, diplomático, que   se autoexcluyó del cónclave por el «bien de la Iglesia» y como signo de «obediencia a la voluntad del Papa Francisco», a pesar de que continúa declarando su inocencia en cada oportunidad útil con referencia a los eventos judiciales en los que se ha visto involucrado en los últimos meses.  Angelo Becciu, por consejo explícito de algunos cardenales muy cercanos a él, decidió dar un paso al lado  para evitar el riesgo de una división dentro del Colegio Cardenalicio incluso antes del inicio del cónclave.  A las extrañas vicisitudes de la modificación de la fecha de nacimiento del  cardenal Ouédraogo del que dice que consumió todo el contenido del abundante minibar de su habitación en Casa Santa Marta, bajo la ilusión de que todo era gratis. La factura ha desvelado un mini cónclave en su habitación, un vaso llevó a otro y antes de que uno se diera cuenta el minibar estaba vacío y el coste cargado a la cuenta del cardenal, quien no apreció en absoluto la desagradable sorpresa. El caso del arzobispo emérito de  Lima Juan Luis Cipriani que  ya cumplió 81 años y no podrá ingresar al cónclave, poro que su posición  puede dividir la presunta unidad ‘francisquista’ de américa latina.

Sigue existiendo el misterio sobre los dos cardenales electores que aún no han llegado a Roma. Según explicó Bruni, que no reveló sus nombres, ambos no comunicaron su posible ausencia del Cónclave. De momento, pues, oficialmente los que entrarán en la Capilla Sixtina son 133 y no los 135 iniciales con dos cardenales que han manifestado problemas de salud: Cañizares y el keniano John Njue, envuelto también en el misterio debido a su edad, al igual que el caso del cardenal Ouedraogo.

El enfrentamiento entre los cardenales continúa, pues, en las congregaciones generales. Hoy, en la novena congregación, estuvieron presentes 177 cardenales, de los cuales 127 eran electores (sobre un total, en este momento, de 133).  Tomaron la palabra veinticinco personas. Entre los temas abordados también estuvo el contratestimonio que a veces llega de hombres de la Iglesia con abusos sexuales o escándalos financieros. Luego, como las piezas de un mosaico, tratamos de delinear la Iglesia del futuro, desde la unidad hasta la participación de los jóvenes, desde el trabajo misionero hasta la liturgia. En segundo plano queda el mensaje del Papa Francisco: en una entrevista inédita publicada por los medios vaticanos, el Pontífice subrayó en 2021 que «la Iglesia no es la que tiene el dinero en los bancos».

Un sorprendente y en cierto modo revelador ataque ha lanzado en los últimos días el cardenal Beniamino Stella contra algunas de las reformas más emblemáticas del Papa Francisco. La prestigiosa revista de los jesuitas estadounidenses, America, lo hizo público en un podcast emitido el 30 de abril. El episodio, hasta ahora ignorado por la prensa italiana, se remonta a la séptima asamblea plenaria precónclave, donde Stella, exprefecto del Dicasterio para el Clero, ahora fuera del electorado por límites de edad, criticó la apertura a los laicos en funciones de gobierno en la Iglesia. Stella atacó abiertamente al Papa Francisco. «Impuso sus ideas, saltándose la tradición de la Iglesia.  Beniamino Stella se supone cercano a Francisco, tanto que recibió la púrpura en el primer consistorio de 2014, pero celebrado el funeral, está ahora impulsando con fuerza la candidatura de Parolin: Después de un papado que creó desorden y confusión, se necesita un perfil diplomático y moderado.

Nos vamos a analizar algunas claves para entender quién es Parolin, sus padrinos, de donde viene, y porque no es el candidato perfecto y hasta sus promotores lo saben. A  pesar de sus diferencias temperamentales y culturales, pertenece a esa corriente eclesial que apoyó la candidatura de Bergoglio: el grupo del cardenal Achille Silvestrini, los de San Gallo.  Los hay que piensan, y no pocos que su eventual ascenso al Trono de Pedro sería una catástrofe para la Iglesia.  Criado a la sombra de Silvestrini definido como el cardenal de la diplomacia que llegó a la Santa Sede en 1953, entrando en círculo de Tardini, Secretario de Estado del 1958 a 1961, quien le presentó su recién creada: Villa Nazareth, de la que luego presidiría la Fundación como la fuerza motriz del progresismo católico italiano. Acabó bajo las alas protectoras del cardenal Agostino Casaroli , con quien colaboró ​​estrechamente en la realización de aquella Ostpolitik que marcó gradualmente el paso de la Iglesia del silencio al silencio de la Iglesia; no porque Casaroli fuera procomunista, como erróneamente se le atribuyó, sino porque el diálogo se había convertido en el valor supremo al que había que sacrificar mucho, demasiado.

Silvestrini fue también el hombre del Concilio como profecía, como índice que señalaba horizontes más amplios todavía no realizados, como carta constitucional que comunicaba los principios para el inicio de una nueva Iglesia. Por eso Silvestrini, el cardenal que dialogaba con todos, no podía tolerar un personaje como Lefebvre, evidentemente no merecedor de su diálogo. A sus ojos, Lefebvre era la imagen de la Iglesia preconciliar, que ahora debía abandonarse como una pesada carga que frenaría el proceso profético. Silvestrini siempre consideró el Concilio como el puntapié inicial fundamental para el inicio de nuevos procesos, con los que la Iglesia debía abrirse a la modernidad. Su visión quedó resumida en la entrevista que concedió a Avvenire con ocasión de su nonagésimo cumpleaños: «Creo que es necesario volver a empezar desde el Concilio Vaticano II, desde todo lo que aún no se ha realizado y todavía queda por hacer […]. Con mi querido y fraterno amigo el cardenal Carlo Maria Martini, a lo largo de los años nos hemos preguntado muchas veces cuán necesario y urgente era buscar un lenguaje nuevo para hablar a la humanidad de hoy y en particular a las nuevas generaciones y dar respuestas adecuadas a la modernidad. El desafío que espera a la Iglesia es precisamente el de salir de los estrechos confines de las sacristías, en cierto sentido de «desclericalizarse» también con los propios laicos y vivir auténticamente el Evangelio». Nuevos procesos a iniciar, salir de las sacristías para llegar a las periferias, combatir el clericalismo: el pontificado de Francisco fue el intento de llevar adelante el programa de Silvestrini. No es ningún misterio que el Papa Francisco ha visitado varias veces Villa Nazaret, para agradecer y rendir homenaje a su benefactor. Sin embargo, el programa aún no está totalmente completado y  es por esto que la estirpe de Silvestrini está trabajando duro para maniobrar el Cónclave y no interrumpir el sueño del maestro.

Parolin es el heredero natural de Bergoglio, porque es el heredero natural de Silvestrini. La elección de Bergoglio y las prioridades de su pontificado tuvieron su origen en el escritorio de Don Achille, aunque el carácter muy autoritario y poco diplomático del Papa Francisco fue más un obstáculo que una ayuda para la empresa. Parolin es la persona indicada para reparar los defectos de carácter del Papa argentino, sin desviarse en lo más mínimo de la agenda de Silvestrini. No se olvida el discurso de Parolin: «Un Concilio, una profecía que continúa con el Papa Francisco»  en 2017 en Washington, en la Universidad Católica de América , por invitación del arzobispo Donald Wuerl, protegido del ex cardenal Theodore McCarrick.  El Concilio según esa hermenéutica «abierta», que no se interesa por los textos de los documentos ni por la interpretación que les da el Magisterio posterior (Juan Pablo II y Benedicto XVI), sino únicamente por el espíritu profético.

Parolin es el cardenal más despiadado hacia los fieles apegados al rito antiguo de la Misa y fue él quien jugó un papel decisivo en la redacción de la Traditionis Custodes , sentando las bases de un verdadero apartheid interno en el seno de la Iglesia. Si Parolin apareciera de la Logia vestido de blanco, el peligro de un nuevo cisma en la Iglesia católica sería muy real, aunque estos días esté dando garantías de  moderación sobre el tema para obtener la veintena de votos conservadores que necesita para llegar a 89.

Otro punto negro es el  acuerdo con China , que enfureció incluso a un hombre de gran obediencia y mansedumbre como el cardenal Zen.  Con la decisiva mediación del ex cardenal McCarrick y de Celli, otro hombre de Silvestrini, vinculado a Villa Nazareth, vendió la Iglesia al gobierno comunista chino, que de hecho es libre de nombrar a los obispos que más le guste, para erigir nuevas diócesis e impedir la iniciación cristiana de menores. Y hasta el día de hoy, nadie sabe cuál es el contenido de ese acuerdo, ni siquiera los cardenales, que harían bien en pedir cuentas del mismo antes de gastar su voto en apoyo al ex secretario de Estado
Hay que sacar a Parolin como sea y la decepción y la frustración entre los cardenales que esperaban un diálogo abierto y libre durante la preparación del cónclave es palpable. ¿Y quién está manipulando? Quienes dirigen las asambleas cardenalicias que preceden al cónclave son principalmente el ex Secretario de Estado Pietro Parolin  y el camarlengo Kevin Farrel.  ¿Y en qué consiste la manipulación? En comprimir y orientar lo máximo posible el debate sobre los temas más importantes para la Iglesia. Algunos cardenales hubieran deseado disponer de toda la semana próxima, con más tiempo para los discursos, dado que hay un número sin precedentes de cardenales electores. 
Después de 12 años de un pontificado autocrático que evitó cuidadosamente el conocimiento entre cardenales, que además fueron nombrados y elegidos repetidamente de todos los rincones del mundo con criterios misteriosos, se podría esperar que al menos durante las reuniones preparatorias del cónclave fuera posible discutir abiertamente la situación de la Iglesia y las prioridades y desafíos que debe afrontar. Parece prevalecer el deseo de apresurarse, sólo con el tiempo suficiente para asegurar los votos necesarios para alcanzar los dos tercios necesarios para la fumata blanca. Una prisa que no le sirve más que al cardenal Parolin, que ha preparado muy bien el terreno en estos últimos meses, mostrándose por una parte cercano al Papa Francisco y a su continuador pero al mismo tiempo dando la impresión de marcar una distancia que quisiera tranquilizar a cuantos han sufrido la confusión  del pontificado que acaba de terminar.
El escandaloso tratamiento del caso Becciu, gran antagonista de Parolin en la Secretaría de Estado, es ejemplar desde este punto de vista. Después de una semana en la que se discutió mucho sobre la presencia o no de Becciu en el cónclave, recién a inicios de esta semana el cardenal Parolin compareció ante las Congregaciones Generales anunciando que el caso había sido resuelto porque habían surgido dos cartas del Papa (septiembre de 2023 y marzo de 2025) decretando su exclusión. Es una situación que ha dejado a muchos cardenales incrédulos, pero ni siquiera han tenido la oportunidad de hacer preguntas que resultarían incómodas.Parolin sigue siendo el rostro experto e institucional de la diplomacia vaticana, pero hay quienes buscan un perfil diferente: no demasiado ligado a Francisco , como el filipino romano Tagle, pero capaz de combinar experiencia curial y alcance global. Entre los cardenales que empiezan a ser estudiados por los electores del próximo Cónclave , hay uno  un poco Wojtyla y un poco Ratzinger . No es romano,  Albert Malcolm Ranjith , de 78 años, arzobispo de la capital de Sri Lanka, ex nuncio, ex jefe de dos importantes departamentos vaticanos, liturgista, misionero, sólido experto en la Curia y sus sombras. Además del italiano, habla inglés y francés, entre otros idiomas. Fue secretario de Propaganda Fide y del Culto Divino. Pero cuando denunció la dudosa gestión de los bienes del cardenal Sepe, fue destituido y se quedó sin lugar donde quedarse ni alojamiento. Benedicto XVI lo llamó poco después y lo nombró nuncio en Indonesia, el país musulmán más poblado del mundo.  Vive con sencillez, no da entrevistas , no toma partido. Su lema episcopal – Verbum caro factum est – revela una teología encarnada, concreta, enraizada en la historia.  Quizás podría ser la solución más sencilla e inesperada y a sus 78 años asegura una nueva ronda para los cardenales más jóvenes.
Nos vamos con otras noticias, que las sigue habiendo. Zelensky también volvió a hablar del encuentro en el Vaticano con Trump, y dice que Trump ha cambiado su enfoque sobre la guerra en Ucrania desde ese día . «Estoy seguro de que, tras nuestra reunión en el Vaticano, el presidente Trump empezó a ver las cosas de otra manera. En cualquier caso, este es su punto de vista, su decisión».  La conversación en Roma fue la «mejor» que ha tenido y en ella él y Trump acordaron que un alto el fuego de 30 días entre Kiev y Moscú como  primer paso correcto hacia la paz en la guerra con Ucrania.

La chimenea de la Sixtina ya está lista, son dos estufas: una de hierro fundido, que data de 1939, y una segunda, más moderna, instalada en 2005. La estufa histórica se utilizará para quemar las tarjetas de votación, garantizando así la eliminación total de cualquier rastro del recuento. La más reciente será utilizada para producir las bombas de humo que indicarán el resultado de la votación.  Para evitar ambigüedades , a partir de la elección de Benedicto XVI en 2005, se decidió acompañar la fumata blanca con el repique festivo de campanas, así el mensaje que llegaba desde la Capilla Sixtina podía ser claro e inequívoco. Para el humo blanco se  utilizaba paja húmeda para producir humo blanco , pero el resultado no siempre era fiable y en algunos casos, el color del humo había causado confusión en el pasado. Un sistema de iluminación hará claramente visible el color del humo incluso si se emite por la noche. En la estufa más moderna se inserta un cartucho de 25 centímetros de largo, 15 de profundidad y 7 de alto, que contiene cinco cargas químicas activadas en secuencia por un dispositivo electrónico. Cada carga produce humo durante aproximadamente un minuto, lo que garantiza un ahumado continuo durante una duración total de aproximadamente siete minutos. El cartucho destinado a generar humo negro contiene perclorato de potasio, antraceno y azufre y el del humo blanco utiliza clorato de potasio, lactosa y colofonia también llamada brea griega. El sistema del humo como mensaje visible se remonta oficialmente al cónclave de 1878, que condujo a la elección de León XIII, hasta entonces, la comunicación de los resultados era mucho más confidencial y difícil de interpretar.

El el Vaticano hay 40 empleados internos trabajando, entre carpinteros, herreros, pontoneros, montadores, floristas y personal de limpieza, además de unos 20 auxiliares puestos a disposición por empresas externas. Entre los que estarán a disposición de los electores,  estarán presentes en el cónclave cinco electricistas y ascensoristas, cinco técnicos de calefacción y fontanería y dos técnicos, que prestarán juramento y estarán en servicio a tiempo completo, pernoctando en el Vaticano, sin poder tener contacto con sus familias.  Las actividades incluyen «la limpieza, la revisión pictórica y de la planta, y la limpieza extraordinaria de las habitaciones asignadas a los cardenales electores y al personal de apoyo en los tres edificios seleccionados para alojar a los cardenales: la Domus Sanctae Marthae, el Ex Ospizio Santa Marta y el Colegio Etíope, con un total de unas 200 habitaciones. En cada edificio se crean las divisiones que garantizarán el aislamiento de los participantes, utilizando mamparas, puertas provisionales y el cierre temporal de algunas ventanas para evitar la introspección y se  instalará todo el mobiliario que falta. La Santa Sede cubre los costes del cónclave con una suma «regularmente presupuestada» y «no hay patrocinadores específicos». Los cardenales podrán ingresar desde la noche del martes 6 hasta la mañana del miércoles, antes de la Misa Pro Eligendo Pontificie programada para las 10:00 en San Pedro. «El día antes del comienzo del Cónclave, el personal de la Dirección colabora en la colocación de aproximadamente 80 sellos de plomo, necesarios para cerrar todos los accesos al perímetro del Cónclave, garantizando así la confidencialidad esperada». La Florería Vaticana se encargará de la preparación del balcón  central del Aula de las Bendiciones, desde donde aparecerá el nuevo Papa.

La Conferencia de Obispos Católicos del Estado de Nueva York ha criticado públicamente la publicación del presidente estadounidense Donald Trump en la que se presenta como Papa. «No hay nada inteligente ni gracioso en esta imagen, señor presidente. Acabamos de enterrar a nuestro amado papa Francisco y los cardenales están a punto de entrar en un cónclave solemne para elegir al nuevo sucesor de San Pedro. No nos imite».

Ettore Gotti Tedeschi en  La Verità: «Este Cónclave también podría ser el último. La elección consiguiente es pues fundamental para restablecer, si se quiere, el orden de la Autoridad Moral de la Iglesia. Este Cónclave tiene como objetivo afirmar la  renuncia o conformación de dicha autoridad moral necesaria en el mundo. Por eso creo que el Papa ideal debería ser un Cardenal santo, para indicar la búsqueda de la santidad como objetivo de la Iglesia».  «Este Cónclave no se puede comparar con el de 1978 ni con el de 2005. Porque necesariamente estará afectado por lo que ocurrió desde hace 12 años.  Además, las condiciones sociopolíticas y económicas en los últimos 12 años han cambiado aún más».

Desde 2017, los datos ya no eran publicados por la Prefectura de la Casa Pontificia, y ahora que tras su muerte todos se han hecho públicos, la verdadera razón está clara: el Papa Francisco que decían que era tan popular no entusiamaba demasiado.  Durante los pontificados de Juan Pablo II y Benedicto XVI la Prefectura de la Casa Pontificia solía publicar, a finales de diciembre, datos sobre la participación de los fieles en los encuentros con el Pontífice en el Vaticano. Con el Papa Francisco empezó a pasar lo mismo , pero desde 2017, sin ninguna explicación, ya no se proporciona esa información.  Sospechábamos la razón, desde estas líneas hemos manifestado repetidamente la falsedad de los pocos y parciales datos oficiales y ofrecido imágenes de lo ‘vacíos’ clamorosos del Papa Francisco.  El inicio del Pontificado fue un boom rotundo: 7,3 millones en 2013, 5,9 millones en 2014. Después empezó el descenso, pero siempre con números significativos: 3,2 millones en 2015 y 3,9 millones en 2016. En 2017, año en el que la Prefectura dejó de hacer públicos los datos, el descenso se hizo más significativo con 2,7 millones de participantes, casi 1,2 millones de creyentes menos y los números se hicieron cada vez más pequeños. Después de los años de Covid (2020, 2021), en 2022 hubo un ligero repunte hasta los 2,4 millones, pero luego el número cayó por debajo del umbral de los dos millones, alrededor de 1,7 millones tanto en 2023 como en 2024.  Con el Papa Benedicto nunca tuvimos las cifras sensacionales registradas con Francisco, pero tampoco el colapso que hemos tenido en los últimos años, y en todo caso nunca bajó de los 2 millones.

«Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero».

Buena lectura.

 

 

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