Ayer tuvo lugar la presentación de Jorge González Guadalix Café y rosquillas con la señora Rafaela.
En Braojos, a setenta y tantos kilómetros de Madrid, tarde desapacible. al regreso. ya de noche, el termómetro marcaba 7 grados.
A las 18.30 dio comienzo la santa misa, concelebrada con Don Jorge por otro sacerdote muy conocido. El cocelebrante principal y autor del libro con una precisa casulla propia del Domingo Laetare que se celebraba.
La monumenntal iglesia, llena. Más de cien personas. Dejo dos fotografías para que veáis el aforo de la misma y en ellas no sale el crucero.
Los que saben lo que es la presentación de un libro en Madrid no eran nada optimistas sobre la asistencia al acto. Hace una semana un amigo me decía haber estado en la de otro libro en Madrid y que contando al autor y al presentador eran 16 personas. Pues en Braojos, a las 7 de la tarde de un mal día recién terminado el invierno, ni cuatro gatos. Es no conocer el tirón de Jorge González Guadalix. Más de cien personas.
Simpáticas palabras del alcalde, Jorge que abre y cierra el acto, José Francisco Serrano, Juanjo Romero y yo presentando el libro. Mis compañeros estuvieron magníficos, fueron muy aplaudidos y en algún momento hicieron que los ojos de Guadalix se nublaran de emoción.
Después una larga fila para conseguir una dedicatoria al tiempo que disfrutábamos de una copa de vino o varias y unos refrescos, acompañados generosamente de queso, chorizo y pan en un ambiente de general y gozosa amistad.
Y especial alegría en el reencuentro de viejos amigos a algunos de los cuales hacía años que no encontraba.
Mi mujer y yo terminamos el día en la simpatiquísima «Casa de la Cultura» de Braojos prolongando ya con un pequeño grupo de amigos un día estupendo.
Me hubiese gustado poder asistir y aportar un pequeño lote de las deliciosas pastas que elaboran las hermanas de Iesu Comunio. Muy a mi pesar, no pudo ser. Otra vez será. Un fuerte abrazo a D. Jorge, amigo, -por ahora virtual- a quien admiro y respeto a la espera de poder conoverle personalmente.
Fue una tarde memorable gracias a ti y a tantos buenos amigos. Nos juntamos lo mejor de la blogosfera: tú, Paco Serrano, Juanjo Romero, servidor y ese cura que tú dices… que por ahí andaba y algo sabe de esas cosas.
Gracias, maestro!