Las Hermanas del Santo Ángel dejan Don Benito

Con la discreción que les ha caracterizado siempre, ayer, martes 28 de noviembre, después de celebrar la Santa Misa en el oratorio privado de la casa que han venido ocupando en los últimos años en la calle Eduardo Dato, se disolvió definitivamente la comunidad de Hermanas del Santo Ángel de

la Guarda, después de 135 años de presencia interrumpida en nuestra ciudad, a la que llegaron el año 1888 para regentar el “Colegio del Santo Ángel”, en el que se han educado tantas generaciones de mujeres

dombenitenses, y que fue pionero en procesos de integración, hoy asumidos con normalidad en la educación, pero que en aquella época no eran frecuentes.

El colegio cerró sus puertas el curso 2005-06; su recuerdo permanece en las generaciones que se educaron en sus aulas y en el nombre de una de las arterias más transitadas de Don Benito, como es la Plaza del Santo Ángel,

donde estuvo.

Aunque el colegio cerró, una comunidad de hermanas ha permanecido hasta ayer en nuestra ciudad, con un apostolado distinto al de la enseñanza; pues desde entonces han estado al servicio de los más desfavorecidos en el conocido como “Centro Ozanam”, allí han realizado durante años una gran labor de promoción humana y social, siendo el rostro visible de una Iglesia samaritana y pobre; y en el servicio pastoral en las parroquias del entorno, fundamentalmente de los llamados “pueblos de colonización”, donde tanto saben de la cercanía, cariño y testimonio de estas hermanas.

Cómo párroco de Santa María doy también fe de su cercanía y entrega en nuestra parroquia, especialmente de la Hna. Paquita Cerrato en la catequesis de confirmación (que seguirá llevando desde su nuevo destino en

Almendralejo, hasta que se confirmen los chicos de su grupo).

Una comunidad religiosa que deja una ciudad es siempre una perdida, sentimos nosotros que acabe en Don Benito una historia que tiene escrita tantas páginas para gloria de Dios y de edificación de la Iglesia.

Damos gracias a Dios por la presencia en Don Benito de esta querida congregación, y pedimos que no falten en la Iglesia vocaciones para todos los estados de vida, especialmente para la vida religiosa femenina.

GRACIAS, QUERIDAS HERMANAS, DIOS OS BENDIGA.

Muy afectuosa pero lo importante y lo grace es que son otras que se van