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El último discurso del Papa a los cardenales tiene un antecedente. Que debía permanecer secreto

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También esta vez, en el discurso que dirige cada año a la curia vaticana antes de Navidad, el papa Francisco ha caído bruscamente sobre los desafortunados oyentes.

El año pasado se la había tomado con los Judas “que se esconden detrás de las buenas intenciones para apuñalar a sus hermanos y sembrar cizaña”.

Hace dos años había puesto en la picota a los “traidores de la confianza” que “se dejan corromper por la ambición o por la vanagloria, y cuando son alejados delicadamente se auto declaran erróneamente  mártires del sistema, del ‘Papa no informado’, de la ‘vieja guardia’…, en vez de recitar el ‘mea culpa’”.

¿Y este año a quién puso en la mira el Papa? Más abajo se informan los pasos más espinosos del discurso dirigido por el Papa a la curia romana en la mañana del sábado 21 de diciembre.

Pero antes se da noticia de otro encuentro acontecido hace pocos días entre Francisco y los cardenales. Un encuentro que comenzó mal y terminó todavía peor.

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De este encuentro ningún órgano de información del Vaticano se ha hecho eco hasta ahora. Pero lo hubo. Aconteció en la capilla vaticana de Santa Marta, la mañana del viernes 13 de diciembre, en el cincuenta aniversario de la primera Misa celebrada por Jorge Jorge Mario Bergoglio.

Quien propuso al papa Francisco festejar esta reaparición con una Misa celebrada por él junto a los cardenales que residen en Roma fue algunas semanas antes el cardenal Angelo Sodano, en su calidad de decano del colegio cardenalicio.

Francisco había respondido que no. Pero Sodano no se dio por vencido y gracias al cardenal Giovanni Battista Re, vicedecano del sacro colegio cardenalicio, intervino nuevamente sobre el Papa, al final logró doblegar su resistencia.

Al enviar a los cardenales la carta de invitación al encuentro, Sodano hizo alusión al rechazo inicial opuesto por Francisco.

Quien, sin embargo, solo atenuó ligeramente su repulsión. El 13 de diciembre se celebró la Misa, pero en el más absoluto silencio por ambas partes. El Papa no pronunció la homilía y no dijo una sola palabra ni antes ni después del rito. Y Sodano ni siquiera pudo leer el mensaje de augurio que había preparado, en nombre no sólo de los presentes sino de todo el colegio cardenalicio. Terminada la Misa Francisco saludó rápidamente uno por uno a los cardenales y se retiró.

En la tarde, tanto en “L’Osservatore Romano” como en “Vatican News” se publicó el mensaje augural del cardenal Sodano. Pero sin dar noticia ni proporcionar una sola imagen de la Misa celebrada con el Papa.

Esta era, en efecto, la orden taxativa del pontífice: ninguna noticia y ninguna foto.

Es inútil decir que los cardenales congregados en Santa Marta han quedado muy golpeados por la frialdad mostrada por el Papa respecto a ellos. Una frialdad de la que no comprenden el motivo.

Y he aquí el discurso prenavideño dirigido a la curia romana el 21 de diciembre. Con el antecedente que se dijo.

Esta es la referencia al texto completo del discurso, que fue seguido el mismo día por un «motu proprio» papal que dio noticias de la renuncia de Sodano al cargo de decano del colegio de cardenales.

> “Queridos hermanos y hermanas…”

Y estos son algunos de los pasajes.

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NO COMO EL “GATOPARDO”

No estamos viviendo simplemente una época de cambios, sino un cambio de época. […] A menudo sucede que se vive el cambio limitándose a usar un nuevo vestuario, y después en realidad se queda como era antes. Recuerdo la expresión enigmática, que se lee en una famosa novela italiana: “Si queremos que todo siga como está, es preciso que todo cambie” (en “Il Gattopardo” de Giuseppe Tomasi di Lampedusa).

NUEVOS PROCESOS, NUEVOS PARADIGMAS

Nosotros debemos iniciar procesos y no ocupar espacios: […] No es necesario privilegiar los espacios de poder respecto a los tiempos, incluso largos, de los procesos. […] Necesitamos otros “mapas”, otros paradigmas que nos ayuden a reposicionar nuestros modos de pensar y nuestras actitudes: no estamos más en la cristiandad.

AGREGAR LA COMUNICACIÓN

Al Dicasterio para la Comunicación se le ha confiado el encargo de reunir en una nueva institución a los nueve organismos que, anteriormente, se ocuparon, de diversas maneras y con diferentes tareas, de la comunicación: el Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, la Sala de Prensa de la Santa Sede, la Tipografía Vaticana, la Librería Editrice Vaticana, L’Osservatore Romano, la Radio Vaticana, el Centro Televisivo Vaticano, el Servicio de Internet Vaticano y el Servicio Fotográfico. […] Todo esto implica, junto con el cambio cultural, una conversión institucional y personal para pasar de un trabajo de departamentos cerrados ―que en el mejor de los casos ofrecía una cierta coordinación― a un trabajo intrínsecamente conectado, en sinergia.

RIGIDEZ, SINÓNIMO DE ODIO Y DESEQUILIBRIOS

Siempre está la tentación de replegarse en el pasado —incluso utilizando nuevas formulaciones—, porque es más tranquilizador, conocido y, seguramente, menos conflictivo. […] Aquí es necesario alertar contra la tentación de asumir la actitud de la rigidez. La rigidez que proviene del miedo al cambio y termina diseminando con límites y obstáculos el terreno del bien común, convirtiéndolo en un campo minado de incomunicabilidad y odio. Recordemos siempre que detrás de toda rigidez hay un desequilibrio. La rigidez y el desequilibrio se alimentan entre sí, en un círculo vicioso.

IGLESIA ATRASADA EN DOSCIENTOS AÑOS

El Cardenal Martini, en la última entrevista concedida pocos días antes de su muerte, pronunció palabras que nos deben hacer pensar: «La Iglesia se ha quedado doscientos años atrás. ¿Por qué no se sacude? ¿Tenemos miedo? ¿Miedo en lugar de valentía?».

Comentarios
4 comentarios en “El último discurso del Papa a los cardenales tiene un antecedente. Que debía permanecer secreto
  1. Con qué contundencia y claridad ha expresado usted la misión de la Encarnación del Hijo de Dios y la de todos los que por nuestro bautismo nos llamamos cristianos.
    Ha sido un consuelo leerle y un remanso de paz para el Alma.
    Dios se lo pague.

  2. ¿Por qué se debe hacer proselitismo y evangelizar? Porque ser necio y astuto es fácil pero ser justo y conocer a los malvados lleva tiempo y supone sabiduría. Es cierto que al hombre en pecado no le gustan las verdades humanas y menos aún la Verdad divina si ello altera en algo su forma de vivir, nadie agradece a nadie por decirle una verdad y, sin embargo, por dar una mentira cómoda y por halagar los oídos casi todo hombre es premiado con el agradecimiento, pero el buen padre no es amigo del hijo sino padre aunque le gustaría ser amigo porque, muchas veces, debe corregir al hijo a pesar de que ello provoque el resentimiento del hijo hacia su persona, el buen amigo corrige a su amigo, el buen familiar a su familia amada y el buen gobernante corrige al pueblo por medio de buenas leyes y lo hace por la verdad y no por medio de mentiras, por supuesto, que es más fácil vivir la vida mintiendo que diciendo la verdad, la mentira es grata y halaga el oido, eso lo saben bien los políticos y lo sabe el astuto que es, también, un idiota moral y religioso. Así que decir la verdad produce, muchas veces, sufrimiento hasta el martirio, es políticamente incorrecto y genera enemistades y mucho más aún decir la Verdad en religión. Así que uno podría preguntarse: ¿por qué no mentir o callar ya que lo hacen todos si la mentira tanto agrada a los hombres y al Mundo? ¿por qué no decir, por ejemplo, que está bien el adulterio, el matrimonio del mismo género, la eutanasia, el sacarle con astucia unos pesos al prójimo, que la Iglesia católica está haciendo las cosas muy bien, que hay que acompañar al suicida, que toda religión salva, que los ateos se salvan, que no existe el infierno ni el pecado, etc. u omitir toda crítica si omitiendo o diciéndole eso hago feliz a mi interlocutor y gano amistades o las conservo? ¿para qué mostrarle su pecado si con ello me vuelvo ingrato frente a él y puedo ganar su enemistad? Primero hay que distinguir, es conveniente tener presente lo que enseña Jesucristo de no tirar las perlas a los cerdos y de esperar el tiempo, no se debe buscar el martirio porque sí, el martirio llega cuando Dios lo establece, tampoco se debe hablar de religión a cualquiera porque no le habló Jesucristo a Herodes y a Judas no le dijo nada para que se retractara. Tampoco debe uno ir golpeándose por la vida contra los que no le prestarán oídos. San Pablo buscaba los nuevos catecúmenos y no se preocupaba de los miembros de la ciudad de Satán sabía que no todos se debían convertir y que no todos serían católicos eso hay que tenerlo bien en claro al hablar de religión porque el que genera la conversión es Dios muchas veces por medio de los hombres pero es Dios el que da la gracia de la fe, la esperanza y la caridad y el libre albedrío del hombre que supone la capacidad de cerrarse a Dios y a su gracia. Conviene hablar de religión según los distintos niveles del interlocutor, a veces, uno colabora en algo a que Dios siembre la semilla de la fe pero debe darle tiempo para que crezca y, en ese caso, las palabras son pocas y el discurso es diferente de aquel que puede tenerse con personas que son ya católicas. ¿Por qué es necesario decir en estas fiestas que solamente existe un Salvador para este Mundo y que es Jesucristo y que no existen otros verdaderos salvadores como Buda, Mahoma o Marx a pesar del ecumenismo? Porque de eso se trata estas fiestas. Porque, sea como sea, todo hemos de morir, sí, todos y sería bueno decirse a sí mismo en los momentos finales: “Bueno, he dicho alguna verdad, he defendido la verdad, he defendido los derechos de mi Amigo divino, de Jesucristo” Porque eso es ser un verdadero hombre y una verdadera mujer, decir la verdad humana y la Verdad divina, aunque a muchos les desagrade, aunque a muchos les moleste, aunque nos genere enemigos de este mundo, aunque no nos agradezcan y nos persigan, hemos dicho una verdad, somos verdaderos hombres y mujeres, hemos dado algo bueno al otro y al Mundo sin esperar nada a cambio y recibiendo aún ingratitud, hemos sido buenos hombres y mujeres y santos aunque más no sea en aquella pequeña medida necesaria para ganar el Cielo porque de eso se trata ser un ser humano. Que festejen en esta Navidad el nacimiento del Salvador y que agradezcan a ese Salvador el decirnos la Verdad a costa de ser crucificado y el enviar a sus discípulos a evangelizar, porque para ello vino al Mundo para salvar al Mundo de las mentiras del demonio y de los pecados de los hombres por obra, palabra y omisión, eso se festeja y no otra cosa, y esa es la Verdad, les guste o no, la agradezcan o no los católicos, esa es la única Verdad y es muy bueno decirlo, es nuestra felicidad decirlo y afirmarlo siempre. Felices Fiestas en familia para todos.

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