Esa frase nunca habría salido indemne del examen de la Congregación para la Doctrina de la Fe, si el papa Francisco hubiera dejado que la controlaran.
Pero no ha sido así. En el solemne documento sobre la fraternidad humana del 4 de febrero, firmado conjuntamente en Abu Dabi por Francisco y el Gran Imán musulmán de al-Azhar, Ahmed el-Tayeb, figura la siguiente afirmación:
“El pluralismo y la diversidad de religión, color, sexo, raza y lengua son expresión de una sabia voluntad divina, con la que Dios creó a los seres humanos”.
Nada que objetar al color, sexo, raza y lengua. Pero que Dios también quisiera la diversidad de religión es una tesis nueva y temeraria para la fe católica. Porque entonces ya no valdría lo que el apóstol Pedro, el primer papa, predicaba lleno de Espíritu Santo después del Pentecostés, es decir, “no hay otro nombre por el que nosotros debamos salvarnos” si no es Jesús, ya que su actual sucesor pone al mismo nivel todas las religiones.
Un mes después, en la audiencia general del 3 de abril, de regreso de otro viaje a tierras musulmanas, Marruecos, el papa Francisco intentó arreglar la mala jugada. “No debemos asustarnos de la diferencia” entre las religiones, dijo. “Dios ha querido permitir esta realidad” con la “voluntad permisiva” de la que hablan “los teólogos de la Escolástica”. En todo caso “debemos asustarnos si no trabajamos en la fraternidad, para caminar juntos en la vida”.
Pero tampoco en este caso, aunque el texto de esta audiencia general hubiera sido sometido primero al control de la Congregación para la Doctrina de la Fe, habrían aprobado este parche.
Hemos perdido la cuenta de las veces que el papa Francisco ha rehusado pedir o aceptar la opinión de la Congregación, cuya misión es la de comprobar la fidelidad al dogma.
Si lo hubiera hecho, por ejemplo, con “Amoris laetitia”, la exhortación sobre el matrimonio y el divorcio, la habría escrito de manera menos aventurada, sin provocar esos “dubia” – firmados y publicados por cuatro cardenales – a los que Francisco no ha querido responder, imponiendo el silencio también a la Congregación dirigida entonces por el cardenal Gerhard L. Müller.
Y hoy que se acerca la aprobación del nuevo equipo de la curia vaticana, ya se ha filtrado que la más penalizada será precisamente la Congregación para la Doctrina de la Fe, de cuyo organigrama forma parte también la Comisión teológica internacional, la flor y nata de los teólogos de todo el mundo.
Uno de los treinta teólogos que componen la Comisión no ha querido rendirse y quedarse callado. Y el 2 de junio ha publicado una argumentada declaración de protesta contra la afirmación del documento de Abu Dabi que atribuye la diversidad de las religiones a la voluntad creadora de Dios.
Este teólogo es el estadounidense Thomas G. Weinandy, 72 años, franciscano, cuya dolorida y meditada carta dirigida al papa Francisco en 2017 ya conocen los lectores del blog Settimo Cielo, la cual también se quedó sin respuesta:
> Un teólogo escribe al Papa: Hay caos en la Iglesia y usted es una causa
Aquí tienen la referencia al texto íntegro de su nueva intervención, esta vez bajo la forma de un auténtico ensayo teológico, publicado en “The Catholic World Report”, la revista on line de Ignatius Press, la editorial fundada y presidida por el jesuita Joseph Fessio, antiguo discípulo de Joseph Ratzinger y miembro de su “Schulerkreis”:
> Pope Francis, the uniqueness of Christ, and the will of the Father
El padre Weinandy se toma muy en serio la gravedad del asunto, que presenta de la siguiente manera:
“Pope Francis is noted for his ambiguous statements, but I find the indeterminate meaning contained in the Abu Dhabi statement the most egregious. By implication, it not only devalues the person of Jesus, but it also, and more so, strikes at the very heart of God the Father’s eternal will. Thus, such studied ambiguity undermines the very Gospel itself. Such implicit doctrinal subversion of so foundational a mystery of the faith on the part of Peter’s successor is for me and for many in the Church, particularly the laity, not simply inexcusable, but it most of all evokes profound sadness, for it imperils the supreme love that Jesus rightly deserves and merits.”
“El papa Francisco es conocido por sus afirmaciones ambiguas, pero encuentro que el sentido indeterminado de la afirmación contenida en el documento de Abu Dabi ha superado el límite. Implícitamente no sólo devalúa la persona de Jesús, sino que también, y mucho peor, ataca directamente el corazón de la eterna voluntad de Dios Padre. Por lo tanto, esta estudiada ambigüedad mina desde la raíz la verdad del Evangelio. Esta implícita subversión doctrinal de un misterio de la fe tan fundamental por parte del sucesor de Pedro es para mí y para muchos en la Iglesia, especialmente entre los laicos, no sólo inexcusable, sino que sobre todo provoca una inmensa tristeza, porque pone en peligro el amor supremo que Jesús merece justamente”.
Ya en el año 2000 la Congregación para la Doctrina de la Fe, cuyo prefecto era Ratzinger, había avisado de lo importante que era desechar tergiversaciones y errores relativos a Jesús como único salvador del mundo. Lo había hecho con la declaración “Dominus Iesus”, con la cual, como dijo su autor y con el pleno acuerdo del papa Juan Pablo II, quería reafirmar precisamente este “elemento irrenunciable de la fe católica” respecto a cualquier otra religión.
Pero, a pesar de esto, o precisamente por esto, la “Dominus Iesus” fue acogida con una ráfaga de críticas, no sólo desde fuera, sino también desde dentro de la Iglesia, incluso por parte de teólogos y cardenales famosos, como Walter Kasper o Carlo Maria Martini.
Y esas críticas son precisamente las que hoy se encuentran recogidas y condensadas en el fragmento del documento de Abu Dabi que el padre Weinandy desaprueba.
Pero aún hay más. Después de remitirse al “Dominus Iesus” y de reconocer su mérito, el padre Weinandy escribe que ni siquiera esa declaración supo llegar al fondo del asunto:
“Because of this inadequacy, missing is the full truth and beauty of who Jesus is; and so, what is not fully appreciated is the manner in which he is the universal Savior and definitive Lord. I want in this essay to make evident what is lacking in ‘Dominus Iesus,’ and in so doing, further nullify any interpretation of the Abu Dhabi document which could affirm, or even suggest , that Jesus and other religious founders are of equal salvific value, and thus that God willed all religions in the same manner as he willed Christianity.”
“A causa de esta insuficiencia se pierden la verdad y la belleza de lo que es Jesús y no se aprecia plenamente el modo en que él es el Salvador universal y Señor definitivo. En este ensayo mío lo que quiero es hacer evidente lo que falta en la ‘Dominus Iesus’ y, de esta forma, invalidar todas las interpretaciones del documento de Abu Dabi que afirmen o, por lo menos, sugieran que Jesús y otros fundadores de religiones tienen el mismo valor salvífico, y que, por lo tanto, Dios quiso todas las religiones del mismo modo en que quiso el cristianismo”.
Por eso es necesario leer el ensayo del padre Weinandy. Que concluye así:
“What I have articulated here may be obvious to all faithful Christians. Nonetheless, given the ambiguity contained within the Abu Dhabi statement that Pope Francis signed, a strong reaffirmation is now necessary. One would like to think (the forever giving him the benefit of the doubt) that Pope Francis unwittingly, and so not consciously aware of the doctrinal implications of his signature, did not intend what the document seems to declare.
“Regardless, no one, not even a pontiff, can undo or override the will of God the Father concerning Jesus his Son. It is God the Father who ‘has highly exalted him and bestowed upon him the name which is above ever name.’ The Father has eternally decreed that at the name of Jesus, and not at the name of Buddha, Mohammed, or the name of any other past, present, or future religious founder, that ‘every knee should bow, in heaven and on earth and under the earth, and every tongue confess that Jesus Christ is Lord.’ To do so is not simply to glorify Jesus, but also ‘to the glory of God the Father’ (Phil. 2:9-11). In his love the Father has given the world Jesus his Son (Jn. 3:16), and ‘there is no other name under heaven given among men by which we must be saved’ (Acts 4:12). In this supreme truth we are to rejoice in gratitude and praise.”
“Lo que he explicado aquí puede resultar obvio a todos los fieles cristianos. Sin embargo, debido a la ambigüedad contenida en el documento de Abu Dabi firmado por el papa Francesco, es necesaria una enérgica reafirmación. Me gustaría pensar – siempre concediéndole el beneficio de la duda – que el papa Francisco, involuntariamente y por lo tanto sin una plena consciencia de las implicaciones doctrinales de su firma, no quería decir lo que el documento parece declarar.
“En cualquier caso nadie, ni siquiera un pontífice, puede anular o ignorar la voluntad de Dios Padre relativa a su Hijo Jesús. Dios Padre ‘le exaltó y le otorgó el Nombre, que está sobre todo nombre’. El Padre estableció eternamente que al nombre de Jesús, y no al nombre de Buda, Mahoma o de cualquier otro pasado, presente o futuro fundador religioso, ‘toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos, y toda lengua confiese que Cristo Jesús es Señor para gloria de Dios Padre’ (Filipenses, 2, 9-11). Con su amor el Padre dio al mundo Jesús, su Hijo (Juan 3, 16) y ‘no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos’ (Hechos 4, 12). Debemos alegrarnos en esta suprema verdad con gratitud y oración”.
Chimo Vice: ¿Ahora usa ese seudónimo pajarraco? ¿Sabe Ud. lo que es un error tipográfico, es decir de teclado, al no pulsar un dígito (Sobre Roncali, Juan XXIII y dejarlo en Juan XXII? ¿Ha leído Ud. a Socci y a Mattei? !Deje de insultarme misógino! Es Ud. un viejo pajarraco inculto de mal agüero, exactamente de igual calaña que quienes han silenciado los casos de pederastia, han silenciado la semilla del diablo inoculada «antes incluso del Concilio Vaticano II según el experto MATTEI. Lea y deje de ser una boca-anal.
Tendrá Ud. la suerte- por jugar en casa- de que no publiquen mi comentario. Al menos el censor lo leerá.
A fer-li por a ton desconegut pare!
Jesús se pasó la vida caminando de un lado para otro, no fue como Sócrates, Platón, Aristóteles o el propio Buda, que proclamaban sus discursos sentados. Jesús fue un caminante empedernido y el que quiera seguirlo, tiene que caminar y enterarse personalmente de los problemas que angustian a las personas, sobretodo a los pobres, a las mujeres maltratadas y a los niños.
¿ Sabes porqué la gente ha abandonado la Iglesia? Porque hay demasiadas poltronas, demasiados tronos, demasiados sillones donde solamente se sientan las cabezas pensantes pero que no hacen nada más que eso, defender ideas, viven en sus castillos mentales, pero eso no tiene que ver nada con el caminante Jesús de Nazaret, que se pasó la vida liberando a los pobres y curando toda enfermedad y dolencia y por trono tenia una piedra ¡ Qué se levanten de sus poltronas los autosuficientes sacerdotes y caminen, para enterarse de una vez, de lo que vinó ha hacer Jesús en el mundo.
San Juan Pablo II de Asís fue quien abrió las compuertas de estas canonizaciones masivas y devaluadas. Es justo que participe de la misma devaluación. Y Benedicto y Francisco en lista de espera …
No no, en lo devocional se ve si tienen seguidores o no lo tienen. Y si aguantan la moda de los primeros años y el furor popular o decaen. San Juan Pablo II no parece decaer, hay reliquias, hay altares y su recuerdo permanece. No conozco a nadie que sea devoto de San Pablo VI y alguno más de Juan XXIII, pero es curioso el semsum fidei de los católicos, se habla de un hombre bueno, de diálogo, un campesino que llegó a obispo, cardenal y Papa, de su humildad e incluso de su ingenuidad llena de humanismo y era verdad creía en el hombre, era de una mentalidad abierta y positiva pero pocos que digan lo de santo cosa que para nada pongo en duda.
Lo de Pablo VI de ontología, un Papa antipático, amigo de los suyos e inmisericorde con los demás, el desastre en que metió a la Iglesia es hoy más evidente que nunca, intelectual progresista típico couche europeo, perejil de todas las salsas con los partidos llamados demócratas crisitanos que acababan por no ser cristianos, consintió el famoso diálogo con los marxistas promoviendo el desastre que fue la Teología de la Liberación, metió a gobernar en la Curia a toda la mafia que todavía hoy en parte la ocupa y luego se quejó del humo del infierno que entraba por las rendijas, fue incomprensivo con España, a cuyo episcopado destrozó por muchos años para desmarcarse a última hora del régimen de Franco. Su único acierto fue el Credo del Pueblo de Dios y la Humanae Vitae que es lo que le ha llevado a la canonización. Por supuesto no hablemos de la controvertida reforma litúrgica que si por lo menos se celebrara según las normas pues vaya, pero ya nos hemos acostumbrado al ingenio de cada uno que la celebra. Con respecto al actual pontífice, aquél podía ser inteligente, diplomático, sibilino y teológicamente bien fundamentado, hoy se es grosero, populista rebasando lo barriobajero y callejero, teológicamente no pasaría de primero de Teología y el mensaje como corre prisa la venta de todo valor católico pues es más brutal, incoherente y da la sensación de que no se sabe ni donde se va y todo son opiniones de última hora alrededor de un micrófono o propios de un mal sueño. La Diplomacia vaticana antaño tan atinada hoy parece llegar tarde y no estar a la altura de nada, por ver no ven venir ni los vientos aunque a pocos les guste (el ejemplo de Europa, donde la inmigración y el Islam cada día es peor visto, parece ser que el único lugar de Europa donde desean que seamos todos en dos generaciones musulmanes es en el Vaticano).
¿Beato Juan XXIII? ¿Se olvida usted de que ya ha sido canonizado? Como Pablo VI y Juan Pablo II. San Juan XXIII, San Pablo VI, San Juan Pablo II de Asís. «Y dos, Benedicto y yo, en lista de espera. ¡Rezad por nosotros!» (palabras de Francisco).
Pero no me extraña que pierda usted la cuenta de este furor canonizador, de estas canonizaciones en serie dirigidas a canonizar el Concilio Vaticano II y todas las innovaciones y reformas salidas del mismo. Canonizaciones devaluadas que pocos toman en serio. Se habla de ellas unos pocos días, antes y después de la ceremonia, y después se olvidan, como usted ha olvidado ya la del «Beato Juan XXIII».
Lola, deje de tirar basura contra la Santa Iglesia Católica para que Francisco eluda sus responsabilidades. Y para su ignorancia le diré que Juan XXII es un papa del s. XIII, no lo confunda con el Beato Juan XXIII. Lo que hay que hacer es plantar cara a Bergoglio y a su gentuza, y que vuelva un verdadero Papa como es S.S.Benedicto XVI.
La palabra humana, es un modo de expresión que varia según los distintos idíomas del mundo, incluso las palabras, que quieren expresar lo mismo, varian su significado, según, la história, la experiencia y las costumbres tan diferentes que tiene un pais y otro. Es imposible el uniformismo y ese es un grave pecado que ha tenido la Iglesia en su história, el meter a Dios en una jaula y decir que todos tenemos que pensar lo mismo de El. Dios es inconmensurable y no se le encierra en unas palabras, en unos ritos en unas costumbres de la Roma Imperial ni teniendo miedo a las mujeres y admitiendo el celibato. ¡ Ya está bien, de tantas patrañas!
Sr. Tintoré, no suelte más exabruptos. Es la Santa Iglesia , precisamente, la que nos da a conocer a Dios y la que nos garantiza el verdadero conocimiento de Dios, por medio de Cristo en cuyo nombre se ha revelado, con la asistencia del Espíritu Santo. Las opiniones personales son las que quedan fueran y son respetables, pero nada más que opiniones. La Verdad está en la Iglesia que es su depositaria.
“El pluralismo y la diversidad de religión, color, sexo, raza y lengua…». Según la RAE diversidad es: 1. f. Variedad, desemejanza, diferencia.
2. f. Abundancia, gran cantidad de varias cosas distintas. Si el término se aplica por igual a religión, color, raza, lengua y sexo no se puede referir a este último caso como dualidad simplemente, para todos entonces abundancia o gran cantidad. ¿Desde cuándo eso de abundancia o gran cantidad de «sexos»? Por lo menos no se usó «género», pero es parte de la misma ambigüedad…
Cita: «“No debemos asustarnos de la diferencia” entre las religiones, dijo. “Dios ha querido permitir esta realidad” con la “voluntad permisiva” de la que hablan “los teólogos de la Escolástica”. En todo caso “debemos asustarnos si no trabajamos en la fraternidad, para caminar juntos en la vida”.»
Absolutamente TODO existe por la voluntad permisiva de Dios. Si «no debemos asustarnos» por la diferencias entre las religiones, no debemos asustarnos por nada, ni por «no trabajar en la fraternidad o caminar juntos» ni por cualquier tipo de atrocidad ni pecado ni nada, ¿no? Por tanto, no tiene ningún sentido sacar a colación la «voluntad permisiva» en este caso.
Nadie se atreve a ponerle el cascabel al gato: Judeo-masonería pura y dura. Pura y dura. Por eso las declaraciones «de unos y de sus esbirros en España, Italia, EEUU se parecen tanto.
Jamás llegó a tan alta «instancia» la judeo-masonería infiltrada en la Iglesia de Jesucristo, como con Juan XXII y sobre todo con Pablo VI. No soy yo quien lo opina, sino expertos com Mattei y los Servicios secretos noruegos quienes le ponen hasta grado en la Logia respectiva a Montini.
Mismo mandil con Bergoglio. Mismo miedo a identificar el problema de quienes se llaman «cristianos». Mismo miedo a decir !El rey está desnudo! Mismo miedo que ha arrastrado la jerarquía eclesiástica (falsa prudencia) con todos los males que la han aquejado, que la han corrompido por dentro, incluída la pederastia.
Mismo marear la perdiz, por no decir LA VERDAD (que es Jesucristo)
A todos estos, el Señor los «llamó» y les dió «diez talentos». El Señor se lo demandará. No lo duden un segundo.
Prefiero mil veces ser «maragata».