La esposa del neotradi y los neocons I

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Tomamos esta entrada de la bitácora de la esposa del neotradi. La autora promete otra sobre el mismo tema. Aprovechamos para sugerirle su lectura a Pacopepe, que tantas veces ha preguntado por el significado de Notas sobre Neoconservadurismo católico.

Intentaremos trazar en este breve artículo algunas notas sobre un movimiento de amplia difusión dentro de la Iglesia. Lo llamamos neoconservadurismo, pues estos grupos intentan “conservar” todos los cambios surgidos del humanismo integral de Jacques Maritain, la nueva teología, el modernismo y el progresismo; llevados a cabo antes, durante y después del Concilio Vaticano II. No diremos nada que no haya sido dicho por muchos autores, sino que trataremos de dar ejemplos concretos de que este modo de actuar es contrario a la sana doctrina religiosa tradicional y contrario al ideario político del nacionalismo católico.

La primera nota es el carácter postconciliar de estos movimientos e institutos. La mayoría (y son muchísimos) han nacido en la “primavera” de las décadas del `60,`70 y `80. Algunos nacieron antes, pero tuvieron un gran desarrollo en estas décadas. Ya sean estos progresistas izquierdistas, modernistas, conservadores o modernistas de derecha (los llamamos así, aunque creemos que las categorías izquierda-derecha no explican la realidad a esta altura de los acontecimientos); todos se erigieron como la nueva oleada del Espíritu Santo, con carismas propios e indiscutibles y como verdaderos interpretadores de los textos conciliares.
Fomentaron una primacía inequívoca del carácter eminentemente práctico del intelecto. Son deudores de Suárez, Occam y Scoto. Lo contemplativo fue dejado de lado, en pos de una carrera de fundaciones, crecimiento y todo tipo de apostolados. Evangelizar la cultura y dialogar con el mundo son prioridades. Para ello se necesitan colegios, centros de formación, universidades, seminarios, etc. Todas cosas muy buenas en si. Pero, ¿con qué base doctrinal? La base doctrinal será la interpretación de cada grupo del CVII a través del líder iluminado o fundador. Por él y solamente por él, pasa la voz del espíritu que le indica qué se debe hacer, a quién se debe atacar, con quién se debe pactar, quiénes tienen vocación religiosa, quiénes pueden ser laicos o laicas consagrados, quiénes pueden misionar en lugares inhóspitos, o incluso, qué familia lo debe dejar todo para misionar en cualquier parte del mundo.

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El “fundador” es el nuevo “mesías” que da el sentido de pertenencia a personas con diversos problemas. Se forma de esta manera una jerarquía paralela.

Aceptarán el dialogo interreligioso, el ecumenismo de Nostra Aetate, la libertad religiosa de Dignitatis Humanae según los designios de las mas altas jerarquías de la Iglesia, ganadas por el modernismo. Jamás criticarán nada, defenderán el acto ecuménico de Asís. Serán promotores del diálogo con el judaísmo y los musulmanes, por supuesto diálogos sin el logos, o sea sin verdad.

Forjaran en sus miembros una moral casuista y de carácter jansenista, que aprisiona la conciencia. De este modo, podrán “dirigir” mejor espiritualmente a sus miembros, “entrenándolos” en la carrera y el “ejercicio” de la santidad. Por supuesto, todo sopesado con el carácter particular de cada grupo.

Serán deudores de la sana laicidad, y apoyaran (para no ir contracorriente) a los políticos conservadores. Tenemos los ejemplos de los liberales yankees como Michael Novak y el biógrafo de Juan Pablo II George Weigel, el caso del “catoliquísimo” Mario Monti en Italia. Apoyado por el fundador de la heterodoxa (que no herética) comunidad de San Egidio; fautora de Asís I, II y III y pequeños Asís a lo largo de Europa y el mundo. Lo paradójico es que este hombre de “izquierda”, me refiero a Andrea Ricardi, apoye a un ex ejecutivo de Goldman-Sachs, la Trilateral y un ajustador económico implacable contra la sociedad italiana, identificado con la “derecha” liberal mas rancia y partidaria de los mercados financieros. Monti es un neo-liberal de tomo y lomo. Otro esbirro liberal es el ajustador Rajoy del Partido Popular en España. Defendido por el centro de estudios económicos de la Universidad de Navarra. Ambos mandatarios (o agentes del imperialismo internacional del dinero) son apoyados y sostenidos, en general, por conferencias episcopales y nuevos movimientos. Estos gobiernos son más anti-católicos que el propio Chávez si nos descuidamos. Pero para los neoconservadores todo lo que “huele” a socialista esta mal. Una cooperativa es algo detestable, toda actuación del estado es estatismo, la función social de la propiedad privada es un “pecado”. El bien común los incomoda. Qué triste que aquellos prelados que se llenan la boca con la opción preferencial por los pobres apoyen o bendigan a esta gente. En el orden temporal debemos reconocer que la Iglesia ha cometido graves errores (decir esto es herejía para un neoconservador) como la condena del rexismo belga o la condena de la Acción Francesa entre otras; sin nombrar la traición a los mártires cristeros.

Su diálogo con el mundo no tiene fin. Cuidado con aquellos que les digan que esto no cambia más. Ellos están convencidos de que convertirán al mundo. Ese optimismo conciliar de la mano del humanismo ha creado la democracia cristiana. Siempre aliada con los poderes del mundo y no con Dios. Arriba citamos ejemplos.

Otra característica particular, mas notable en los neoconservadores vernáculos, es la desmovilización política que proponen, encerrando a sus miembros en actividades religiosas solamente; a los sumo en las luchas pro-vida, pero utilizando el lenguaje democrático y acomodaticio pertinente…

Recuerdo que varios curas de un instituto neoconservador argentino enseñaban que “hay que ser más católico que nacionalista”. Pero ¿Qué es esto? ¿Acaso yo no soy lo suficientemente católico por ser nacionalista, o será que eso me hace más independiente de la estructura eclesial diseñada por el fundador de turno, obteniendo con ello los motes de poseedor de un “mal espíritu” y de “criticarlo todo”, no viendo todo lo bueno que pasa en esta ya larga primavera postconciliar?

La mayoría de estos movimientos e institutos practican un obediencismo a ciegas. Sin dudas con respecto a lo que “enseña” su fundador y la estructura de mando guiada por éste, y luego (de acuerdo a la conveniencia) al Magisterio de la Iglesia. Ah, solamente al Magisterio postconciliar. El otro ya es pasado. Castellani los define perfectamente en el capitulo sobre la “santa obediencia” del RUISEÑOR FUSILADO. A él remitimos.

Por último, viven en un estado permanente de Jornada mundial de la juventud y en una alegría constante. Lo cual no es malo como ya dijimos y repetimos, pero es casi idiota cuando la realidad nos pasa por encima y ante la enormidad de las declinaciones y las vidas frustradas en estos movimientos e institutos. Nos dirán, como dijeron algunos aquí en nuestra Patria, que atacarlos es atacar a la Iglesia y al Papa. Nada más alejado de la realidad. Que nosotros no repitamos que Juan Pablo II es magno, es el mejor Papa de la historia después de San Pedro, no significa que no amemos al Vicario de Cristo; significa que no somos papólatras, otra nota característica de los neoconservadores. Todo lo que dice y hace el Santo Padre es infalible, dogmático y magisterial. Si cae el comunismo, es porque lo venció Juan Pablo II, si ocurre algún escándalo, como los ocurridos con  algunos de estos fundadores, es mentira o fueron otros que encubrieron la verdad al Santo Padre. Ni una cosa ni otra. Hay que observar la realidad y tratar de tener un pensamiento objetivo y tratar de identificar las causas de toda esta debacle del catolicismo, que el P. Bouyer llamo la Descomposición del catolicismo.

Se aproxima el año de la Fe y veremos a lo largo del mundo un coro de alabanzas y glorias al CVII y sus “logros”. Lamentamos no compartirlo, pues la Iglesia se encuentra en franco retroceso. Ya no influye en la sociedad, ni sueñan los católicos con el Reinado Social de Cristo, si se concreta la sana laicidad y la componenda con cuanto liberal o progresista gobierne. Las vocaciones caen esplendorosamente desde hace 50 años, y el retroceso de la práctica religiosa es mas que evidente.

Como católicos tradicionales solamente queremos ser fieles a la Iglesia de siempre, a la Tradición y al Magisterio constante con mucha esperanza. Esperanza de que Cristo vuelva pronto e instaure su reino por los siglos de los siglos.

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