por INFOVATICANA | 15 agosto, 2011
El filolefebvriano de hoy es Athanasius Schneider, obispo auxiliar en Kazajistán. Experto en Patrística e Iglesia primitiva, explicó las diferencias entre la forma de comulgar en la Iglesia primitiva y la actual práctica de la comunión en la mano. Según afirmó, esta costumbre es completamente nueva y no hunde sus raíces en los tiempos de los primeros cristianos, como se ha sostenido con frecuencia. En la Iglesia primitiva había que purificar las manos antes y después del rito, y la mano estaba cubierta con un corporal, de donde se tomaba la forma directamente con la lengua: era más una comunión en la boca que en la mano, afirmó Schneider. De hecho, tras sumir la Sagrada Hostia el fiel debía recoger de la mano con la lengua cualquier mínima partícula consagrada. Un diácono supervisaba esta operación. Jamás se tocaba con los dedos. La comunión en la mano no tiene nada que ver con la Iglesia primitiva, es de origen calvinista.
En la foto siguiente se puede apreciar la dispersión de fragmentos que se sigue de la práctica de la comunión en la mano:
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