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Reflexión de un profesor de la UNED de Almería

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A la luz del libro de Jesús Espeja, BAC: creer en el Espíritu Santo. Entresaco las siguientes consideraciones de la enseñanza magisterial que nuestro Obispo Gómez Cantero nos transmite al final de su visita “ad limina”.

Como marco para comprender el análisis posterior, he de resaltar que es una suerte contar con un Pastor que tiene absoluta clarividencia del modo de operar del Espíritu y que además, por distintas manifestaciones del propio obispo, cabe pensar qué: o él manipula al Espíritu Santo, siendo la muletilla para acreditar su santa voluntad o estamos ante el hecho, sin parangón, de que no sólo ha recibido la gracia de estado en la consagración episcopal y por ello la fuerza particular para la misión sino que además es un autómata movido directamente y sin voluntad propia por el Espíritu Santo.

Tres convicciones motivan y vertebran el contenido del libro que pongo a la base de mi reflexión:

1) Sin la luz y la fuerza del Espíritu Santo no es posible confesar que Jesús es el Señor; pero «el Espíritu actualiza en la Iglesia de todos los tiempos y de todos los lugares la única revelación traída por Cristo a los hombres, haciéndola viva y eficaz en el ánimo de cada uno» (Juan Pablo II);

Esta primera idea pone de relieve que el Espíritu no puede estar olvidado porque es el que santifica la Iglesia. El que actualiza la única Revelación de Cristo.

Por ello, me llama la atención esa reiteración a creer en el Espíritu Santo. Creer para acreditar su visión particular de la Iglesia. ¿Ideológica?

No comprendo el sentido de está pregunta que se hace nuestro Obispo: ¿Cómo podemos creer si no tenemos en cuenta a cada miembro de la comunidad? Entendiendo que irá dirigida a las obras, puede ser un llamamiento de atención para que comprendamos que las obras acreditan la Fe que profesamos. De él ya sabemos que es: “bondadoso, humilde, sencillo, austero, culto, intelectual…” él mismo da testimonio de ello.
Pero si la pregunta no se dirigiera hacia eso, podría dar lugar al error y la confusión. En cuanto que la Fe es un don de Dios que da gratuitamente a la humanidad y se derrama en el Bautismo. Y así desde el seno de la familia somos llamados a ser hijos De Dios en el Hijo de Dios. Por tanto, la Fe es un don de Dios a la persona que se vive en comunidad. O la pregunta está mal planteada o nos quiere plantear un terrible error: ¿la Fe me la da Dios o la comunidad?

“Necesitamos creer mucho en el Espíritu Santo, quizás, el gran olvidado, y tener la fuerza de los primeros discípulos que, treinta años después de Pentecostés, fueron capaces de establecer comunidades vivas…” en esto si puedo decir que estoy absolutamente de acuerdo con Mons. Cantero.
Acudiendo a la historia vemos que el primer salto cultural pasó erróneamente de considerar a Dios centro de la creación y de la humanidad a una visión: “antropocéntrica” donde se empezaba abrir esa ridícula premisa: “Dios empieza a existir si yo creo en Él”. Para derivar en el XIX en la imposición de la Razón, como la diosa y garante de todo.

Caminando en esa línea y pasando por el modernismo llegamos a lo que ya tachó S. Juan Pablo II como nefasto: “la idea de aldea global” que deriva en la pérdida de las raíces y la cultura de todos los habitantes de la tierra difuminada en un individuo sin identidad y en manos de la maquinaria diabólica de la producción. En ese magma se hace grande y fuerte un personalismo tal que llega a olvidar la misma acción de Dios en la historia. Provocando que los que se tienen como: “hombres de Dios” escriban este tipo de cosas.
Hombres de Dios que parecen haber olvidado que las Bienaventuranzas son los valores contrarios a los del mundo pero con mucha fuerza pretenden agradar al mundo. Pasando de ver el problema que en sí supone plantearse la idea de una aldea global para el ser humano y la diversidad de culturas y de modo particular para los propios cristianos. A congraciarse con la agenda 2030, sin más espíritu crítico que una mera visión idílica de la misma.

2) «El Espíritu de Dios con admirable providencia guía el curso de los tiempos y renueva la faz de la tierra» (Vaticano II); «será por tanto importante descubrir al Espíritu como aquel que construye el reino de Dios en el curso de la historia» (Juan Pablo II).

Otro de los grandes bloques de este libro sobre el Espíritu, nos ilumina con la recta comprensión de que Él providencialmente construye el reino.
Así destaco de las declaraciones de Cantero: “Necesitamos aún mucha humildad para ser fermento en la masa, pequeña semilla de mostaza, sal que de sabor…”
Es la humildad del que deja a Dios ser Dios. Y no arrebata el lugar a Dios para endiosarse. Recordando al Santo de Loyola. Él cuál resalta que el pecado de los clérigos es mayor que el de los propios diablos. Los sacerdotes habiendo recibido ser imagen de Dios, utilizan en nombre de Dios o “Espiritu Santo” para construir su reino y no el de Cristo.
Sin ánimo de ser crítico porque luego nuestro Obispo con grandes ponderaciones manifiesta lo buenísimo que es y lo mucho que sufre porque lo persiguen. Invito a observar con un poco de sentido común las noticias de estos días de “visita ad limina”, entre dificultades entendemos que es la página oficial del Obispado de Almería. La idea más clara sería pensar que es el Blog personal de un señor que se llama Antonio Cantero, que en compañía de su inseparable amigo Ignacio está de vacaciones en la ciudad eterna. Entre otras muchas maravillas de las que disfrutarán estos días: el arcoíris, el techo de S Juan de Letrán … y lo que se hayan reservado para el recuerdo íntimo. Han visto al “Pedro de ahora”… y se han quedado tan perplejos que es: “como para pensárselo”. Con un poco de suerte después de estos maravillosos días se convierte.

Bueno pues a pesar de D. Antonio, y aunque él no lo cree, es el Espíritu Santo quien dirige la Iglesia. Porque tanto el Obispo como muchos de sus amigos ideológicos parten de esto: “Lo que permanece parado se estanca y corrompe” pero gracias a Dios, él ha llegado a Almería a sacar la diócesis de la inercia como lo dijo el día que se presentó con esos dos niños.
Tanto que la única actividad para este curso programada es una formación del clero de mano de la famosa actriz, perdón que dice que es Teóloga, Cristina Inogés, la cual habla de la Iglesia: como una barca hundida y triste que no es que haya que hacerla nueva pero que tiene que comenzar desde cero.
Será por eso la visión apocalíptica de todos los que hablan de división pero la división ha llegado con ellos. Conmigo o contra mi. Lo que yo digo es: sinodal, eclesial y responde a la voz del Espíritu.

3) «El Espíritu habita en la Iglesia y en el corazón de los fieles como en un templo» (Vaticano II).

Termina Cantero hablando de la imaginación y de la fuerza con la que incluso se vistió a las imágenes de srs y sras barrocas para instruir.
Lo felicito por esa conversión, ya que en Teruel, eso eran cosas femeninas y basadas en candelabros y puntillas, donde abogaba por la simplicidad. Ahora en su conversión, quiso ser tan original que para la solemnidad de la Inmaculada difundió un cartel de una joven africana que posaba como angustiada en la barra de un bar, eso sí con doce puntitos a modo de estrella que hacían pensar, según él, en la Virgen María. Es sin duda un genio y un artista consumado. Entre ese cartel y la barca llena de geranios que colocó en el parque de las familias, ya ha salido la Iglesia de Almería de la inercia.
Menos mal que hemos tenido la suerte de contar con tan gran cabeza en Almería. Así lo definía D. Andrés García Lorca: el doctor Antonio Cantero, humilde, bondadoso, intelectual… no lo niego salvo que no acabó la licencia en Teología. Será que es doctor de la Iglesia puesto que con tantas virtudes como lo alumbran, no será necesario que se manifieste el parecer de la Iglesia y menos esperar a demostrar virtudes heroicas, si ya nuestro obispo nos hace saber y así lo transmite: lo bueno y lo artista que es.

Y aunque parezca que actúo con ironía acabo dándole nuevamente la razón: “Esta nuestra vieja Iglesia europea, o avanza y da respuestas a las personas de hoy con parámetros actuales o nos convertiremos en una cerrada y pequeña secta”. Efectivamente necesitamos parámetros actuales y dejarnos de teología vacía y de color salmón apastelado. Dando a pensar a los que luego seremos puestos como infames y calumniadores, que realmente tal y como pensó el comunismo su idea es destrozar todo, hacerlo usando el nombre de Dios en vano y como criterio de autoría para hacer lo que le dé la gana. Y después cuando todo se haya disuadido en la nada, en la simplicidad de su teología, dar a la humanidad lo único que le habrá quedado: nada.
No entiendo porque se preocupa tanto si seremos muchos o pocos. Cristo no pidió que fuésemos muchos, sino que anunciásemos la Verdad. Verdad que no pasa por modas, sino que es Eterna.
Le pido al Espíritu Santo, el gran olvidado por muchos Obispos, que le recuerde al nuestro dos cosas: “sin mí no podéis hacer nada” “muchos lo dejaron porque seguirlo era duro…¿y vosotros queréis iros también?”

Profesor en la Universidad de Almería, católico y sigo hasta las orejas de tanto tonto.

Comentarios
5 comentarios en “Reflexión de un profesor de la UNED de Almería
  1. No veo mucha relación entre lo que este profesor cita del libro sobre el Espíritu Santo y las críticas que hace al obispo. Cae en críticas y hasta en juicios de mal gusto que poco tienen que ver con lo que cita del obispo o del libro. ¿Es propio de católicos recurrir a la crítica anónima en medios públicos que escandaliza y divide todavía más? Otros han hecho lo mismo criticando al obispo anterior, sí. Pero eso no autoriza a actuar como ellos.

    1. Pintor de brocha fina, ¿usted ha leido el art´iculo entero?, debemos distinguir entre criticar y dar la opinión, y pienso que en ese artículo se de el punto de vista de un libro, y las tonterias frescas que suerta este obispo que nos han mandado, que no sabe ni hablar, pero menos de teología.
      Es increibe lo que se vive en la Iglesia… y si, se necesita la iluminación del Espíritu Santo, para que a más de uno le cage en el ojo…

  2. No se quien es este profesor pero me hace reír Agusto. No recordar el mastodonte y simple de Obispo que han mandado.
    Después de la cara de Omella, todo lo espero.

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