| 22 septiembre, 2016
Hoy creo que el post puede ser ver el vídeo del encuentro que ha habido en Asis de distintas religiosas. Este tipo de encuentros estoy seguro de que son muy del gusto de nuestro Padre Dios. Ojalá hubiera un gran encuentro así, al menos, una vez al año.
El único “pero” que le pondría al modo concreto en que ha sido organizado es que hubiera sido mejor hacer algo más estético, con menos gente incluso, pero más bello. Y debería haberse hecho algo más místico, más espiritual. Cuarenta personas en el marco de un templo completamente vacío. En medio de una luz totalmente natural entrando por las ventanas, ese candelabro de velas hubiera sido impresionante. Algo más centrado en la oración y los símbolos, mejor que algo como un estrado y unas firmas.
Lo de las velas estaba bien, pero el marco era frío. No, yo creo que todos los asistentes se han quedado con la sensación de que se podía haber hecho algo mejor. Una oración (de tres minutos) hecha por cada grupo al Dios Todopoderoso hubiera sido mejor. Todo el mundo hubiera esperado con gusto a que acabaran las oraciones.
Los curas no podemos pretender saber de todo. Cualquier director de escenografía hubiera realizado una obra de arte mucho mejor con esos elementos presentes. No digo que allí hubieran hecho algo al estilo del musical El rey león. Pero hay una diferencia bastante grande entre lo bello y lo sofisticado, y una ceremonia como la que hemos visto.
Con esos mimbres, menuda cesta se hubiera podido hacer. Al arzobispo de Canterbury se le veía asaz aburrido, y no seré yo el que esta vez le quite la razón al súbdito de su Graciosa Majestad.
Los curas no podemos pretender saber de todo. Cualquier director de escenografía hubiera realizado una obra de arte mucho mejor con esos elementos presentes. No digo que allí hubieran hecho algo al estilo del musical El rey león. Pero hay una diferencia bastante grande entre lo bello y lo sofisticado, y una ceremonia como la que hemos visto.
Con esos mimbres, menuda cesta se hubiera podido hacer. Al arzobispo de Canterbury se le veía asaz aburrido, y no seré yo el que esta vez le quite la razón al súbdito de su Graciosa Majestad.
Jesús llamó bienaventurados a los que trabajan por la paz, pero no hay que olvidar que también dijo que no había venido a traer la paz a la tierra sino la división (Lc 12,51), a causa del anuncio del Evangelio. San Francisco de Asís se reunió con musulmanes para procurar evangelizarlos, pero reunirse para rezar por la paz hasta con fieles de una religión cuyo dios manda no tomar como amigos a los cristianos, y hacer la yihad, entre otras ´´lindezas´´, es el colmo de los despropósitos. Con esos encuentros de oración interreligiosa, se está otorgando legitimidad a otras religiones, y a otros «dioses», traicionando así a Jesús y a su mandato de evangelizar.
Pues mire padre Fortea, igual ha sido mejor así, poco y breve, porque si empiezan teatralmente al estilo Hollywood, e invocando a no se sabe quien durante horas, menudo miedo, porque en lugar de llegar la oración al Nuestro Señor igual aparece el del rabo. Dejemos las cosas como están y recemos rosarios que siempre han sido eficaces, aunque a veces lo hgamos un poco distraidos.
Encíclica
ENCÍCLICA «MORTALIUM ANIMOS» de S.S Pío XI promulgada el 06/01/1928 acerca de como se ha de fomentar la verdadera unidad religiosa.
Venerables Hermanos: Salud y bendición apostólica
1. Ansia universal de paz y fraternidad
Nunca quizás como en los actuales tiempos se ha apoderado del corazón de todos los hombres un tan vehemente deseo de fortalecer y aplicar al bien común de la sociedad humana los vínculos de fraternidad que, en virtud de nuestro común origen y naturaleza, nos unen y enlazan a unos con otros.
Porque no gozando todavía las naciones plenamente de los dones de la paz, antes al contrario, estallando en varias partes discordias nuevas y antiguas, en forma de sediciones y luchas civiles y no pudiéndose además dirimir las controversias, harto numerosas, acerca de la tranquilidad y prosperidad de los pueblos sin que intervengan en el esfuerzo y la acción concordes de aquellos que gobiernan los Estados, y dirigen y fomentan sus intereses, fácilmente se echa de ver –mucho más conviniendo todos en la unidad del género humano-, porque son tantos los que anhelan ver a las naciones cada vez más unidas entre sí por esta fraternidad universal.
2. La fraternidad en religión. Congresos ecuménicos
Cosa muy parecida se esfuerzan algunos por conseguir en lo que toca a la ordenación de la nueva ley promulgada por Jesucristo Nuestro Señor. Convencidos de que son rarísimos los hombres privados de todo sentimiento religioso, parecen haber visto en ello esperanza de que no será difícil que los pueblos, aunque disientan unos de otros en materia de religión, convengan fraternalmente en la profesión de algunas doctrinas que sean como fundamento común de la vida espiritual. Con tal fin suelen estos mismos organizar congresos, reuniones y conferencias, con no escaso número de oyentes e invitar a discutir allí promiscuamente a todos, a infieles de todo género, de cristianos y hasta a aquellos que apostataron miserablemente de Cristo o con obstinada pertinacia niegan la divinidad de su Persona o misión.
3. Los católicos no pueden aprobarlo
Tales tentativas no pueden, de ninguna manera obtener la aprobación de los católicos, puesto que están fundadas en la falsa opinión de los que piensan que todas las religiones son, con poca diferencia, buenas y laudables, pues, aunque de distinto modo, todas nos demuestran y significan igualmente el ingénito y nativo sentimiento con que somos llevados hacia Dios y reconocemos obedientemente su imperio.
Cuantos sustentan esta opinión, no sólo yerran y se engañan, sino también rechazan la verdadera religión, adulterando su concepto esencial, y poco a poco vienen a parar al naturalismo y ateísmo; de donde claramente se sigue que, cuantos se adhieren a tales opiniones y tentativas, se apartan totalmente de la religión revelada por Dios.
Texto completo:
http://es.catholic.net/op/articulos/19089/cat/703/mortalium-animos.html
Por mi parte no es necesario agregar comentarios ,por desgracia el misterio de la iniquidad esta obrando cada vez más fuerte en la Iglesia, ya lo dijo el Señor: El que tiene oídos para oír, oiga.