Los curas también confiesan

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En una parroquia hay una celebración comunitaria del sacramento de la penitencia para preparar a toda la comunidad en este tiempo de Adviento de cara a la conmemoración del nacimiento del Señor en Belén. Estamos un grupo nutrido y dos curas.

Tras las lecturas de la Palabra de Dios, le breve homilia, el examen de conciencia, comienzan las confesiones individuales. Un cura se acerca al otro y le confiesa sus pecados. Al acabar el otro hace lo mismo. El resto de personas se acerca a reconciliarse con el Señor y preparar sus almas ante la inmediata Navidad.

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Al acabar el acto, se acerca una madre con sus dos hijos de sexto de enseñanza primaria, y me pregunta si los curas tambien se confiesan. La respuesta es afirmativa. Y les pongo la siguiente comparación: un médico cuando está enfermo, siempre acude a otro médico que lo cure. Exactamente igual, un sacerdote que es una persona pecadora como cualquier otra acude a otro sacerdote para confesar sus pecados. Y es la misericordia del Señor, por medio del sacerdote, quien perdona los pecados del cura.

El niño, muy expresivo, insiste: !Anda, pues, yo pensaba que un cura se confesaba consigo mismo¡. Le respondo que no es así. Que es tal como lo ha visto en la celebración comunitaria de la penitencia.

Aprovecho, y les informo que los curas tambien somos solidarios con la situación de pobreza social generada por la crisis económica, pues con el lema ‘Los sacerdotes con Cáritas Diocesana’ estamos colaborando en cuentas de unas determinadas entidades bancarias con el dinero que cada uno en conciencia y en libertad ha ingresado. Son muchas las necesidades que han surgido con este bache económico que todos debemos solidarizarnos con los más pobres víctimas de una economía que ha mirado más el lucro inmediato que el futuro que se veía muy oscuro desde hace largos meses atrás.

La madre se marcha dándoles respuesta a los dos hijos gemelos que no paran de preguntarle sobre el asunto.

Mientras, me quedo pensando en el montón de gente buena que existe en la Iglesia y que desean conocer detalles de la vida del sacerdote. Para mayor publicidad lo dejo colgado en este Olivo y que sean los lectores quienes pregunten y opinen como siempre.

Tomás de la Torre Lendínez

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