La palabra iglesia, en singular o plural, está de moda en la sociedad española. El origen es la voz hebrea qâhâl (o kahal, transliteración de קהל), que se refiere a la congregación de Israel o pueblo de Dios. Con este sentido la afirmación de Cristo es sobre esta piedra edificaré mi kahal קהל’ pueblo o iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. En griego y latín será ecclessia hasta la fecha actual. Tener como apellido el término iglesia en singular o en plural en la lengua española es desde finales del siglo XV. En los últimos ciento cincuenta años ostentar ese apellido ha tenido una connotación hacia una ideología de las izquierdas, sin despreciar a los herederos de ese apellido que han militado en el pensamiento de las derechas. Es curioso que personas que han llevado o llevan ese apellido, militando en las izquierdas, han sido enemigos descarados de la propia Iglesia Católica, con mayúsculas. ¿Es por desear huir de su propio apellido paterno o materno? ¿Es por la hartura de escribir y declarar la palabra ante la burocracia de la sociedad? ¿Es por educación familiar donde le han inyectado el desamor al propio apellido? ¿Es por avergonzarse de tener tal apellido? En una parroquia, un día, apareció, al comienzo de la Transición, una persona deseosa de intercambiar su primer apellido Iglesias por el segundo, Torres. Lo arregló en el Registro Civil y llegó con el acta actualizada. En el libro bautismal correspondiente se procedió a la corrección legalizada desde la Curia diocesana. Al cabo del tiempo encontré a aquella persona, quien casi se pone a llorar, porque la gente en el trabajo le había motejado ahora: Torres de la Iglesia. Nunca pudo huir del termino Iglesia. La abundante presencia actual del término iglesia, en singular o plural, es muy lindo oirlo en boca de quienes sabemos que son agnósticos reales, ateos posibles, o despitados pillados a lazo por mitad de las calles. La riqueza del lenguaje español es ilimitada. Tomás de la Torre Lendínez
El apellido Iglesias en la España de hoy
| 17 junio, 2014
No puedo mas que unirme hoy al comentario de Margarita y de Caminant, sensatos como ellos solos.
Tengo familia lejana que luce su apellido Iglesias orgullosa, y ademas militan en la derecha liberal. Quiero que conste como excepcion de la regla general.
Gran bombazo suelta hoy este cura. Creo que deberia ir por esta estrecha calle, encontrara mucho material. Saludos.
Huir de lo que uno es(y el apellido,como el nombre es la definición del hombre)es querer correr atado a una cadena. La cadena está en el corazón de esa persona,no en su pierna,don Tomás.
Un abrazo.
Lleva más razón que un santo don Tomás, esas mismas reflexiones ya me las había hecho yo y lo ilógico creo que se hace lógico, para que los personajes se vean bajo el peso de lo que desean renegar, y por lo que un día serán llamados a capítulo. Ojalá aunque sea por la puerta entre abierta puedan acceder a ella y ver que la Misericordia le tiende sus brazos abiertos, como el padre del hijo pródigo, aunque tendrán mucho de que arrepentirse.
PAX a todos.