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Cuarenta ‘sin techo’ andan por Jaén

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Es dificil contabilizarlos porque no siempre están en los mismos sitios, pero según estimaciones de Cáritas Diocesana alrededor de cuarenta personas deambulan, haga frio o calor, por las calles de diversos pueblos de la provincia, fundamentalmente los núcleos urbanos más grandes.

Son los denominados ‘sin techo’, personas que cargan a sus espaldas historias muy diferentes, algunas de mala suerte en la vida, otras de mala cabeza…pero todas con el mismo final: un banco del parque o unos cartones como cama. Como casa el demodelor frio de la noche. A lo sumo, los bajos de un puente o las instalaciones de un cajero automático.

En su auxilio acuden todos los días los voluntarios que Cáritas tiene en diversos puntos de la provincia. Intentan darles una solución a su problema, ayudarles a buscar un empleo y a que poco a poco la vida les sonría de nuevo. Pero no es fácil. Hay muchos que no se dejan ayudar, otros que han perdido la noción del tiempo y desconocen en qué mundo viven. En general, la autoexclusión planea sobre todos ellos.

En la ciudad de Jaén desde hace un año funciona el hogar de los sin techo, una acogedora vivienda, adosada al convento de Santa Clara en la que conviven diariamene en torno a una decena de personas, indigentes a los que el equipo de Cáritas ha conseguido ‘sacar’ de la calle. Presicamente el próximo 23 de noviembre se celebra el Día de los Sin Techo.

Por desgracia, se calcula que un 30 por ciento de los ciudadanos vive por debajo del umbral de la pobreza, pero la cifra sube en los últimos tiempos a pasos agigantados. La crisis que todo lo toca y casi todo lo hunde, también se nota en Cáritas.

En los últimos cinco o seis meses ha crecido de forma muy importante el número de personas que acuden a pedir ayuda. Ese crecimiento se cifra en el 40 por ciento. Son personas que debido a la situación económica se ven incapaces de pagar la hipoteca, los recibos, incluso de poder comprar comida para alimentar a su familia.

La administración andaluza debe implicarse más con el problema de la pobreza, pues lo único que se ha conseguido en los años de bonanza es que los ricos sean más ricos y los pobres más pobres. La cifra de parados sube escandalosamente y las necesidades de las familias de la provincia aumenta hacia un futuro incierto y grave.

Y todo esto ocurre en la Andalucía imparable, según el slogan de la Junta de Andalucía, donde todos los males son y serán posibles, junto a un clientelismo atroz.

Tomás de la Torre Lendínez

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